Antonio Andrade.03 de Diciembre. Tomado de Diario Co Latino.
Muy por encima de lo que nuestro gobierno nos ha dado a conocer en los últimos años, los
cárteles de la droga no resultan ser del todo un hervidero de destrampados delincuentes y mucho menos un absoluto puñado de desalmados asesinos, muy por el contrario, resultan ser –no todos obviamente, solo los verdaderamente profesionales- una especie de sindicato –sin las máculas sociales e institucionales a las que el término nos tiene habituados- que no solo persigue un fin común sino que también, a su paso van dejando una serie de beneficios tanto económicos como sociales que difícilmente nuestros gobernantes han atinado a brindar.
Esta aseveración no responde por ningún lado a un incisivo y mañoso ataque en contra de quienes nos “comandan” y “administran” lo que como pueblo producimos sino a una atinada y poco manipulada investigación por parte de la BBC, misma que arrojó detalles de los estatutos bajo los que los miembros de la Familia Michoacana se rigen, en otras palabras, no todo es droga, balazos, levantamientos a destajo y extorsiones, hay también un código de respeto y buenos modales que todo aquel que aspire a formar parte de las familiares filas, debe acatar nada más y nada menos que al pie de la letra.
Por increíble que pudiera llegarnos a parecer, los miembros de La Familia Michoacana tienen terminantemente prohibido el consumo de alcohol y de drogas en horas hábiles, conducir a exceso de velocidad, robar a los pobladores de los municipios que los cobijan y también están obligados a comportarse con humildad y respeto para con la ciudadanía, cabe mencionar que la violencia en contra de las mujeres es severamente castigada. Este tipo de imposiciones o reglamentaciones y la correcta ejecución de las correspondientes sanciones para quienes cruzan los límites de sus lineamientos, le han otorgado al cártel, no solo una posición social superior a la de cualquier institución gubernamental sino también, el poder suficiente para interpelar ante las autoridades por el bien común.
¿O a poco no sabías que no hace mucho, La Familia Michoacana ofreció al gobierno abandonar las armas a cambio de una garantía de paz en Michoacán?, y ¿sabes que respondió el ministerio de seguridad pública?, lo mismo de siempre, que el gobierno no negociará nunca con la delincuencia.
A mi pobre e iletrado entender, este tipo de respuesta solo deja de ver dos vertientes u opciones, o bien nuestros gobernantes siguen velando heroica y firmemente por los intereses de su pueblo –dos segundos para carcajearse de lo lindo y a todo pulmón- o bien, nuestros gobernantes se niegan rotundamente a aceptar que han sido rebasados extraordinariamente por las organizaciones criminales, en cualquiera de los dos casos, México continúa siendo maniobrado bajo un terco régimen de doble-moralistas y de corruptos ejemplares encorbatados, de aquí que se la pasen mencionando tan incansablemente que “el estado no ha sido rebasado por el narco”, ¿pues a que le tienen miedo entonces?
Considerando que las verdaderas organizaciones criminales –conste que solo dije “las verdaderas”- velan por los intereses y las necesidades de los pobladores de más de 900 municipios nacionales –donde cabe mencionar, ellos son los que mandan- en torno a empleo, educación, seguridad y hasta entretenimiento, ¿Qué habría de malo en poner sobre la mesa los acuerdos de trabajo que nos garanticen a los mexicas comunes y corrientes una mejor calidad de vida?
La cosa es sencilla leedores míos –míos no de posesión sino de entrega ¿ok?-, mientras los menos pactan y negocian en pos de un beneficio personal, los más nos estamos muriendo de hambre, mientras los más seguimos sumando adeptos a las filas del analfabetismo y la pobreza extrema, los menos siguen planeando sus venideras campañas políticas y acumulando riqueza de manera insultante.
Yo opino que, si finalmente y desde siempre han pactado con el crimen, ahora deberían de hacerlo de manera abierta, o sea, sin afán de ofender pero devolviendo la ofensa, no por que crean que somos tarados, ustedes lo son menos, nadie es capaz de declarar la guerra al narco y continuar vivito y coleando.
¿O si?
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