Una visita oficial del presidente Mauricio Funes a Cuba no tiene ninguna trascendencia para El Salvador. Da igual que realice la visita o no.
Escrito por Facundo Guardado.14 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Algunos dirigentes del FMLN se empeñan en hacer creer que su demanda de que Funes haga presencia en La Habana no tiene nada que ver con razones ideológicas, sino más bien es por interés comercial y para conocer experiencias en temas de salud, deporte y cultura. Yo estoy de acuerdo con que en realidad no hay un interés de orden ideológico y que todo se reduce a un vulgar interés comercial. Interés que involucra a algunos líderes del Frente, a algunos líderes del régimen cubano y al presidente Hugo Chávez.
Por otro lado, no creo que a los hermanos Castro les haga gran ilusión que Funes los visite. Creo no equivocarme si afirmo que la presión que ejerce la dirigencia del FMLN a Funes para que realice dicha visita tiene su origen en Caracas, Venezuela. Chávez sí necesita que Funes visite La Habana y lo ve más como un pulso para torcerle el brazo, porque entre otras cosas, a Chávez no le hace gracia que el Gobierno salvadoreño persista en su intención de que Honduras retorne de inmediato a los distintos foros internacionales.
Chávez tiene un particular interés, en la supervivencia del actual régimen cubano porque es este el que le ha otorgado la franquicia de izquierda a cambio del suministro de petróleo. Seguramente, la recompensa que ofrece Chávez a cambio de la foto de los hermanos Castro con Funes es lo suficientemente atractiva (en número de barriles) como para que algunos dirigentes del Frente se empeñen de forma personal en el asunto.
Los promotores de la visita hablan mucho de la importancia de incrementar el intercambio comercial entre ambos países. Creo, que tampoco me equivoco si afirmo, que el intercambio comercial entre Santa Rosa de Lima y Choluteca es más importante y prometedor, que el que se pueda tener con Cuba.
El régimen cubano no tiene capacidad de pago. El petróleo venezolano lo paga con fuerza laboral cubana que presta sus servicios laborales en Venezuela en una modalidad de esclavitud moderna del siglo XXI.
Pero al final, si el presidente Funes y algunos de sus ministros consideran que no hay muchos compromisos urgentes que atender en el país, de mi parte les deseo buen viaje, que disfruten la estadía y que ojalá, tuvieran tiempo para depositar un ramo de flores en la tumba de Orlando Tamayo.
Me quedo tranquilo al saber que Funes no va: ¡Lo llevan!
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