LPG-Cómo defender la libertad de expresión

 Escrito por Kalena de Velado.26 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica. 

Nuestra joven democracia tiene luces y sombras. Por un lado se escucha la necesidad de realizar pactos de integridad entre sociedad, estado y la empresa privada (mencionado por el actual ministro de Obras Públicas, AID, CASALS, CASALCO y antes por FUSADES, FUNDE, AID, Transparencia Internacional, FUNDEMAS, LIDERA, EMPREPAS). Se pretende una alianza orientada a fortalecer una cultura de transparencia y ética en las licitaciones y construcciones públicas, que incluye dar a conocer al ciudadano toda la información relacionada con las mismas, con testigos de honor como parte del proceso. Paralelamente, sin embargo, se dan contextos adversos contra dos pilares de la democracia: la libertad de expresión y de prensa. Ejemplo oscuro es el reciente fallo que condenó a LA PRENSA GRÁFICA por publicar la identidad completa y las fotos de un menor que asesinó a cuchilladas a un alumno del INFRAMEN en marzo anterior. La sociedad entera está a la expectativa de perder nuestras libertades más fundamentales.

¿Qué hacer ante el atropello de la libertad de expresión? En otros países la primera reacción ante un estado que reprime la libertad es la de ciudadanos que interrumpen sus trabajos junto a jóvenes que faltan a clases y se manifiestan en una sociedad (Pekín en los ochenta y Venezuela recientemente).

“Un poder dictatorial, más aún si tiene el respaldo de las urnas, tiende a ocupar todos los espacios ciudadanos y a machacar todos los síntomas de resistencia y de disentimiento. Pero no hay que luchar de frente con el poder ni perder el tiempo en revueltas estériles. Esto atrae más represión. Lo realmente inteligente es seguir pensando, estudiando, hablando y escribiendo. Se trata de resistir poniéndose a trabajar más, con más imaginación, a través de formas nuevas y nuevos cauces. Eso es lo realmente subversivo” (Jaime Nubiola).

Lo peligroso para los autoritarios es que los ciudadanos piensen por su cuenta, trabajen y estudien con tesón y hablen con libertad. No temen las manifestaciones por multitudinarias que sean, sino que temen la libertad que se expresa en ellas. “Negar que la verdad existe es negar la mayor parte de la grandeza del hombre: es suprimir la inspiración, el arte e, incluso, el ejercicio de la libertad” (Antonio Machado). Hay que defender la libertad con nuestro trabajo, con nuestra pluma, con nuestra conversación. Reunámonos con los colegas, amigos, hablándonos y escuchándonos unos a otros. Procuremos no perder ni un día de trabajo bien hecho (y no faltar a clases); abramos blogs y utilicemos Facebook para expresar ideas con respeto, dando la cara (sin insultos, patanerías o mentiras) e intentemos llegar a más personas nuestras inquietudes dando respuestas a los retos acerca del cuidado de nuestras libertades. En la época de internet esos textos serán leídos también por los enemigos de la libertad.

Al resguardar la verdad, defendemos algo absoluto, capaz de desafiar el paso del tiempo y válido para toda persona. Dice Agustín de Hipona, “las cosas son como son”. Lo contrario es una postura relativista y cómoda: nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira.

Una conversación o correo electrónico inteligente puede generar opinión pública y mostrar que no tuvieron razones los que emitieron el fallo contra LA PRENSA GRÁFICA, ni quienes lo apoyaron tienen razón para empezar a reprimir la libertad de expresión. Con el trabajo diario los ciudadanos podemos defender la democracia, mostrar orgullo por nuestra patria y transmitirlo a las generaciones venideras.

Cómo defender la libertad de expresión