James P. McGovern.29 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Lastimosamente, no todo cambió como se esperaba después de los Acuerdos de Paz.
La habilidad de las Cortes salvadoreñas y el Sistema Judicial de llevar a la justicia a las elites, miembros del gobierno y de los aparatos de seguridad, que fueron responsables de abusos a los derechos humanos, fue un total fallido, y por consiguiente, se vino a reforzar la cultura de impunidad: La nueva Policía Nacional Civil, a pesar de que no se le puede comparar con los viejos cuerpos de seguridad, ha sido penetrada por elementos criminales y abusadores de los derechos humanos que están allí para frenar las investigaciones.
Por otro lado, los pobres no se han beneficiado con los tratados del comercio, a la vez que ha disminuido la ayuda e inversión internacional, incluyendo la ayuda de los Estados Unidos. Mientras que la emigración de los salvadoreños a los Estados Unidos es ahora más grande de lo que fue durante la guerra civil.
Y algunas son peores, y jamás me hubiera imaginado que la violencia en El Salvador, después de la guerra civil, hubiera continuado creciendo hasta convertirse en algo peor, y me refiero: A las bandas criminales que han invadido El Salvador y usan el país para traficar drogas, armas, seres humanos, y otro tipo de contrabando, hacia el resto del hemisferio. Por otro lado, los barrios pobres son constantemente aterrorizados, mientras que algunos miembros de la seguridad y el sistema judicial son corruptos, y por lo tanto el crimen y los asesinatos se han disparado.
Esto, miembros del Congreso, es la realidad heredada por el gobierno del Presidente Funes cuando se convirtió en presidente hace 18 meses, cuyo gobierno lo encuentro pragmático y comprometido en enfrentar al crimen que está robando a El Salvador de su merecida paz.
Sin embargo, hoy, actualmente, hay problemas institucionales que continúan siendo obstáculos para las ansiadas reformas y que se alcance la justicia y se consolide la democracia en El Salvador. Uno de esos obstáculos, en mi opinión, es la oficina del Fiscal General de la República, donde innumerables casos de asesinatos, corrupción, tráfico de drogas, y de lavado de dinero, son bloqueados.
Y el Presidente Funes está haciéndose de un gran coraje para y tomando pasos positivos para enfrentar esos retos que menciono. Dentro de esos pasos positivos, veo el nombramiento de la inspectoría general de la policía, de Zaira Navas, quien es una persona seria en lo que se refiere a que se haga un trabajo honesto dentro de la policía y que la institución no esté manchada con oficiales de policía corruptos.
Este mes, la Inspectora Navas suspendió a 150 elementos de la policía. Estas “malas manzanas” están siendo investigadas por corrupción y por vínculos a las bandas de criminales organizadas y de pandilleros. Y sin embargo, en lugar de apoyar y abrazar ese esfuerzo de la Inspectora Navas, las fuerzas intransigentes del país prefirieron en lugar, el crear una nueva comisión dentro de la Asamblea para investigar a la Inspectora Navas. Esta acción por esas fuerzas intransigentes, también ha sido acompañada por amenazas de muerte a la Inspectora.
El pasado mes de diciembre, el Senador Patrick Leahy, elogió el trabajo de la Inspectora Navas y resaltó la necesidad de fortalecer el imperio de la ley en El Salvador. Yo estoy de acuerdo con eso, y creo que la Inspectora Navas está tomando una acción de coraje, y por lo tanto les animo y les hago un llamado al Departamento de Estado y a nuestra Embajada en El Salvador, a que continúen en el mismo camino de apoyar a la Inspectora en sus esfuerzos.
El Presidente Funes está explorando la posibilidad de formar una comisión independiente, similar a la creada en Guatemala bajo el auspicio de las Naciones Unidas, para investigar a las bandas criminales y los abusos a los derechos humanos. Esto, podría asegurar una investigación independiente de casos de asesinatos y cargos de corrupción oficial, que por mucho tiempo han estado tirados y pudriéndose en la Fiscalía General de la República. Esta comisión, podría abrir nuevos caminos encaminados a finalizar la impunidad.
El Presidente Funes también está trabajando en coordinación con la administración del presidente Obama, el Presiente Calderón, y sus vecinos de Centroamérica, para enfrentar la escalada y penetración del crimen organizado en la región.
El Salvador ha experimentado muchos trágicos episodios cometidos por las pandillas, y la repugnancia del pueblo salvadoreño antes esos crímenes ha crecido. El presidente Funes está tratando de responder ante esto de una manera decisiva, mientras que no repite los errores de los pasados gobiernos, que aparentaban ser fuertes ante la situación, pero fallaron en reducir el crimen y mantener a los jóvenes alejados de las pandillas.
El Presidente Funes también ha establecido una comisión de asesoría en lo que se refiere al tema de las pandillas y el tema de la violencia relacionada con las pandillas. Y un programa que podría ser un modelo para el problema de las pandillas, es el Centro de Formación y Orientación del Padre Antonio Rodríguez en Mejicanos, el cual ha sido un éxito en trabajar con los jóvenes que quieren alejarse de las pandillas, y les ha provisto de educación y entrenamiento.
Señor Orador, Presidente del Congreso, es en nuestro beneficio el apoyar al Presidente Funes en su búsqueda por el imperio de la ley en El Salvador y limpiar las instituciones de la corrupción y el crimen, y que así pueda ser un líder en la región en quebrar la impunidad y las amenazas criminales. Gracias.
James P. McGovern, congresista norteamericano por el Partido Demócrata. Discurso ante el Congreso de Estados Unidos antes de la llegada del Presidente Mauricio Funes en visita oficial a Washington.
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