Catalino Miranda es el presidente de FECOATRANS, una de las gremiales del sector transporte que dice controlar un 35% de las rutas del país. Miranda fue quien el martes 7 de septiembre, apareció en una conferencia denunciando las amenazas de las pandillas y un paro técnico a raíz de esas amenazas. Ahora dice que él no convocó a ningún paro y asegura que su menaje fue para informar de lo que sucedía. Cree que el gobierno estaba al tanto de todo, y que si no dijo nada fue para no alarmar a la población, y niega que el gremio que representa haya pedido subsidio en medio de la crisis. Sobre la insinuaciones de su participación en esta crisis que hiciera hace dos semanas Genaro Ramírez, presidente de AEAS, la otra gremial de autobuses que se divide la mayor parte del pastel con FECOATRANS, Miranda dice que son cínicas, inciertas y que le "valen".
Por Daniel Valencia Caravantes.27 de Septiembre. Tomado de El Faro.
¿Qué pasó el martes 7 de septiembre?
El rumor comenzó desde la tarde del lunes 6. Había un rumor que decía que las pandillas habían decretado un paro a los empresarios de transporte y el que no acatara iban a quemar las unidades o iban a matar a los conductores.
¿De dónde salió el rumor?
En este negocio casi el 95% de empresarios están extosionados en el país. Ellos tienen el teléfono de todas las oficinas de los empresarios con los que negocian. Entonces, fue tan rápido su esparcimiento, como que fuera un call center, que a las cinco de la tarde del lunes concretizamos que era un hecho confirmado que habría un paro por las amenazas de las pandillas.
¿Es decir que el paro se decidió el lunes 6, y no a media mañana del martes 7?
Nosotros dijimos que había que esperar para ver qué acontecía. En nuestra gremial dijimos que no podíamos rendirnos, aunque también dijimos que si había paro había paro. Pero planteamos que mantendríamos la mayor cantidad de rutas posibles. Esto se definió como a las ocho de la noche. A esa hora ya se conocía la quema del microbús de la 29F. Eso terminó de insolentar el impacto de las amenazas.
¿El rumor qué decía a las dos de la tarde del lunes 6?
Que era protesta por la ley antipandillas y que protestaban por el asedio del ejército en los penales.
¿Por qué no se unieron todas la gremiales, si se supone que todas fueron advertidas?
Fue una desbandada. Unos se escondieron, otros dieron la cara, otros se hicieron enfermos; otros se fueron a la Hacienda de los Miranda a dar gracias por el paro… y otros, de hueso duro, seguimos trabajando. Yo presté servicio y otros compañeros también. Oriente intentó por todos los medios salir, pero la zona estaba conflictiva. En Soyapango no se pudo convencer a los empresarios de que trabajaran, porque cuando intentaron salir, ellos los neutralizaron.
¿Ellos?
Llámese pandilleros o delincuentes. No me compete a mi aclararlo. Pero sí llegaron personeros con armas a amenazar, es o sí fue cierto. Y al siguiente día, a las 12 del mediodía el directorio fue convocado por el Ministro de Seguridad y Justicia a una reunión.
¿Cuándo?
El martes al mediodía. Ellos prometieron prestar más seguridad a cambio de que la flota saliera a trabajar.
¿A qué horas llamó al paro usted?
¡Nosotros no llamamos al paro! Nosotros dimos a conocer las amenzas que estaban dando las bandas delincuenciales. Denunciamos a los crimínales que amedrentaron al sector y había que darlo a conocer. Esa conferencia no fue para decir paremos, sino para convocar a una resistencia nacional contra las amenazas. También la conferencia fue para exigir a las autoridades que persiguieran el delito.
Pero en esa conferencia usted dijo que en esas circunstancias no se podía trabajar, y que se instaba a los empresarios y motoristas a tomar las medidas del caso. ¿Eso no es convocar a un paro?
No, lo que se les dijo es que el que tuviera valor que se tomara un té de hierba del susto en la mañana, al mediodía y en la tarde. Ese llamado fue a las zonas de alto riesgo (Soyapango, San Martin, Ilopango y sus alrededores y la zona oriental). No así la zona occidental que trabajó un 80% ese día.
¿Qué porcentaje de rutas se fue al paro el día martes?
Ese día amaneció con un 40% trabajando y un 60% parado. Al siguiente día, otras rutas intentaron salir a trabajar –por reservas del caso no las menciono- pero fueron amedrentadas. Tras la reunión del mediodía con el Ministerio de Seguridad sucede que ya no amenazaron a los empresarios sino directamente a los conductores. Ahí sembraron el terror y ya se logró mantener hegemonía para seguir laborando.
¿Usted no convocó a un paro contra la violencia y las amenazas?
No.
¿Por qué entonces se entendió que Catalino Miranda salió a convocar a un paro en protesta por la amenazas?
Esa fue la interpretación de algunos malos dirigentes, opositores y fracasados. Ahí está lo que dije: hay grabaciones y los medios lo presentaron.
Pero los medios lo presentaron como un llamamiento al paro.
Como lo hayan presentado, pero ahí está el contexto. Las amenazas estaban latentes. Lo sabían los servicios de inteligencia militar y policial. Ellos no lo dieron a conocer públicamente por no sembrar el pánico en la población.
¿Cómo sabe esto?
Desde el momento en que te mandan a una reunión de emergencia para explicar qué es lo que está pasando, definitivamente que tenían conocimiento.
¿Esa reunión no la pidieron ustedes?
No. Ellos convocaron. Y déjeme decirle que paralelamente al sector transporte, ellos también amedrentaron al sector del comercio informal.
¿Por qué cree usted que la amenaza iba para ambos sectores?
La intención de los grupos irregulares fue poner en jaque la estado por medio del transporte colectivo. Eso no tiene otro nombre. Si la mayoría paga renta.
¿Usted está convencido que las amenazas venían de las pandillas?
Sí, porque los que recogen la pechuga, como yo le llamó, son los mismos que hablaron a los empresarios.
Si ustedes ya tenían desde el lunes en la noche confirmado que la amenaza era cierta, ¿por qué no denunciaron, como usted dice, desde ese mismo día?
Porque las cosas hay que evaluarlas. Y el tiempo fue suficiente para saber qué se le iba a decir a los agremiados y al pueblo salvadoreño. Sobre todo porque estaba en juego el problema que hasta hoy, ni el gremio ni el estado ha respondido por las unidades quemadas. Mucho menos por los muertos, que en los últimos cuatro años sobrepasan los 522. Y a mi me llama la atención las especulaciones que hubo sobre el “¿quién planificó esto?”. La flojedad de algunos jueces y del estado ha conllevado al poder de las pandillas. Esto no es un asunto hecho por niños de 14 años. Es un asunto de gente capacitada en sembrar el terror en el país.
¿Cómo se explica que antes de la conferencia, muchos empresarios no salieron?
No sabría decirte si hubo complot de parte de algunos empresarios porque no me consta. Lo que si te puedo decir es que en una entrevista con el 33, el presidente de AEAS dijo que el ya sabía con mucha anticipación lo que pasaba, pero que no había hecho bulla para ver hasta dónde llegaba el estado. Y si lo sabía, entonces es cómplice, porque esa información que el tenía tuvo que pasarla a los agremiados y al resto de gremiales para que tuviéramos un plan B.
¿Le parece que algunos empresarios del transporte se prestaron a esto?
El tiempo va a discernir si hubo autores intelectuales del sector transporte detrás de esto. Hoy por hoy es prematuro. Por eso el presidente, cuando vino, dijo: algunos empresarios –no se refirió a todos-. Eso llamó la atención al gremio. Todos se volvieron a ver las caras “¿Seré yo, señor?” “¿Quién será?”.
¿Y según usted a quién se refería el presidente?
Cuando el río suena es porque piedras lleva, dicen. A mi me llamó la atención que en pleno movimiento, en la Hacienda de los Miranda había una reunión de -entre 60 y 70- empresarios que discutían que a raíz de las amenazas de las pandillas, exigir el tema del pliego tarifario. Eso nosotros lo descartamos porque son dos cosas diferentes.
Ustedes conocen quién es quién en el gremio. ¿Han investigado porqué el empresario de la unidad x no sacó sus rutas antes de que hubiera una decisión tomada para el martes?
Yo me atrevería a decir que la gran mayoría de empresarios no sacó sus rutas por temor a perder la unidad. En oriente hay unidades especiales que valen hasta un cuarto de millón de dólares. Y nadie se las iba a pagar si se las quemaban. Y de ahí están los pillos que en medio de la tragedia quieren sobresalir, culpando a otros. Confundiendo las conferencias de los anuncios, para echarle la culpa al vecino.
Eso plantea Genaro Ramírez: que le pareció extraña la convocatoria que usted hizo, y que a lo mejor se prestó a algo.
Las insinuaciones del presidente de AEAS además de ser irresponsables son burdas y cínicas. Lo que Genaro hable sobre lo qué pasó, y que le trate de echar la culpa al presidente de FECOATRANS, en pocas palabras: me vale. Esa es la respuesta que le doy a él. Muy pronoto nos daremos cuenta, cuando el organismo de inteligencia investigue, cuál fue la verdad.
¿Cómo sabe que el OIE está investigando?
¡Porque tiene que hacerlo! Si el Estado se puso en riesgo.
¿Ustedes creyeron en el plan de seguridad que ofreció el gobierno?
Un 40% no creyó en el plan de seguridad para los días miércoles y jueves. Pero no solo el sector transporte: educación canceló las clases, el sector informal cerró sus plazas.
¿Y ustedes qué le dijeron el gobierno?
Que aquí aunque amenazaran un mes había que salir a trabajar. Porque aquí pasaba algo: si salías te mataban y si no salías te morías de hambre.
Al menos en eso coincide con Genaro Ramírez.
Es que eso así es. Por eso los que tuvieron valor de salir hay que felicitarlos. Y los que no salieron también porque fueron necios. La sensatez viene al que medita, piensa y actúa. Ponele que esto solo haya sido para medir fuerzas, y que un 80% de las amenazas hayan sido mentira, y solo un 20% real. Esto quedaba como la lotería.
Al sector transporte los amenazan día con día. ¿Usted cómo explica que un 50%, 60% de empresarios haya decido no sacar sus rutas el día martes, y que un 40% pararan los otros dos días?
Porque que iban a "salir es desbandadas los pandilleros a quemar sus unidades". Y cómo no tenían bola de cristal para saber si el ejército la policía controlaría la situación, en ciertas zonas conflictivas, la precaución fue válida.
Si usted no creyó que las pandillas saldrían en desbandada a atacarlos, ¿por qué no lo dijo así en la conferencia del martes? ¿Por qué no llamó a tomar precauciones y a no dejarse amedrentar por las amenazas?
Eso tuvo que decirlo el gobierno, no yo. Quien ofrece la seguridad y justicia en el país es el estado. Mi obligación como dirigente gremial era darles a conocer de las amenazas a nivel nacional. En este caso, el que tuvo que “mañanear” y hacer un llamado a todos para decir que no hicieran caso de amenazas y que prestarían seguridad fue el gabinete de Seguridad. Pero esa motivación no hubo.
¿El ministro de Seguridad y el equipo con el que estaban reunidos le decían que lo que pasaba era...?
Que eran rumores.
¿Y entonces para que les presentaban un plan de seguridad?
Porque el estado es su obligación ponerse en alerta.
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