Escrito por Rigoberto Chinchilla.29 de Septiembre. Tomado de La Página.
Los periodistas profesionales y responsables, no tienen por qué temer por el reciente fallo de la Corte Suprema de Justica, la libertad de expresión está garantizada y en ningún momento limita el libre ejercicio del Periodismo.
Los hombres y mujeres con conciencias honradas siempre exponen la verdad y jamás inventan o recurren a la descalificación, difamación, o las injurias para exponer sus ideas, vencer a la competencia o simplemente exponer su pensamiento.
La sentencia del viernes nos exhorta a la responsabilidad que debe haber en todas la profesiones del mundo, nos subraya la ética profesional con la que debemos proceder en esta y en todas las profesiones
Si un ingeniero diseña un puente con malos materiales aún sabiendo el daño a futuro que provocará, e igual lo construye, pone en riesgo la vida de los seres humanos, es un irresponsable, lo mismo un médico que no advierte a sus paciente o revela públicamente el padecimiento endémico del enfermo, el abogado que viola el secreto profesional para ganar un proceso.
Es decir el ejercer el periodismo o funciones similares no es sinónimo de impunidad, no se puede difamar o dañar la honorabilidad de las personas, calumniarlos porque tengo capacidad de publicación o emitir injurias, tomando ventaja que ese ciudadano no se va defender de manera inmediata, o simplemente porque no sabe cómo hacerlo.
Vemos un falso nerviosismo, que pretende crear adhesión y colocar en el ciudadano la idea de que está en peligro la democracia.
La historia ha cambiado y sí debe existir preocupación es para quienes en el pasado han estado acostumbrados a tratar de: locos, chusma, promiscuos ciudadanos, rojitos, ladrones, ratas de poca monta, ignorantes… en fin calificativos peyorativos dirigido a opositores políticos y ciudadanos, a quienes ven como seres indeseables. Entonces la pregunta ¿quién es el que fomenta el odio de clase?
De modo que no hay nada inherentemente malo en esa sentencia que sin duda ocupará la inconformidad de algunos empresarios de Medios de Comunicación y ordenarán derramar toneladas de tinta sobre el papel.
Hay que reconocer existen profesionales del periodismo salvadoreño que con su actuar diario, son la conciencia de este país y orientan de manera profesional a nuestra población
¿Porqué actuar de manera temerosa? se pretende sumar al gremio periodístico como capital humano de rechazo a la sentencia, para seguir defendiendo una actuación anacrónica que desentona con el mantra de una profesión que lucha por construir un país conscientemente, donde el discernimiento de los temas modulares de la nación se puedan discutir y se mantenga un diálogo ciudadano abierto e inteligente, donde los excesos de abusos se superen.
Nada más lejano que los periodistas están expuestos a que su libertad de expresión está en peligro, es que nadie, absolutamente nadie debe tener un trato diferente o especial ante la justicia.
El tema es reflexivo. Pero los poderes fácticos y mediáticos, no pueden seguir fomentando, un actuación impune y sustituir la institucionalidad de otras instancias donde se dirimen las diferencias, Debe revertirse la tentación y la falsa premisa de que somos el cuarto poder.
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