La noticia del hallazgo del primer barril repleto de dólares la escuché por televisión y mi pensamiento fue sincronizado y me dije internamente: “Dios mío, ojalá que aparezcan otros aquí en El Salvador en donde hay mucha pobreza y necesidades”.
Escrito por Ricardo A. Novoa Arciniegas.25 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
A los pocos días, como que Dios escuchó mi plegaria, se encontró un segundo barril, y a la fecha llevamos el tercer barril, que sumados están llegando aproximadamente a la suma total de $14,516,130. Sobre el hallazgo en Zacatecoluca (2 de septiembre), la casa donde fue encontrado tenía nueve días de estar abandonada y el último hallazgo ha sido en una casa de la residencial Quinta de las Mercedes y los vecinos han manifestado que los habitantes de dicha casa eran de origen guatemalteco. Qué nos importa descubrir más información y entrar en los detalles y cosas que son secundarias... lo principal y maravilloso ha sido que Dios Nuestro Señor, Padre Eterno, Padre Celestial y sobre todo Padre Misericordioso, a sus hijos... los salvadoreños nos ha querido bendecir, nos ha enviado tres barriles cargados de dólares para que se resuelva tanta necesidad de techo, que tanta falta hace en nuestro país.
Repito, Dios misericordioso quiere que tanto necesitado tenga su techo y su casa, por lo que se vuelve muy del caso que nuestro gobernante, el presidente Mauricio Funes, disponga con sana sabiduría que estos van a ser empleados en una necesidad útil y que directamente sea para que lo goce “la familia” y no se vaya a confundir con la política y se manipule en “obras sociales” o para combatir el “narcotráfico” y todo se diluya como suele suceder y no llega a la verdadera necesidad de nuestro pueblo.
En la crisis que estamos padeciendo ya en varios artículos anteriores he tratado de dimensionarla. Solo Dios es tan bondadoso con sus buenos y obediente hijos, hemos recibido todo su apoyo y debemos saber aprovecharlo, dejando siquiera una vez a un lado la demagogia y la politiquería.
Ya leímos que Salud consiguió préstamos internacionales para sus programas. Entonces, después del rubro salud, sigue indiscutiblemente como necesidad prioritaria tener “techo” y Dios ha sido tan bondadoso que nos los ha enviado, para que lo utilicemos en buena forma.
Señor presidente Funes: Los salvadoreños somos bendecidos por Dios, en plena crisis de lo que estamos padeciendo y sufriendo. Nos ha enviado tres barriles repletos de dólares. ¡Qué mejor y oportuna decisión sería que este dinero sea ocupado para dar techos a los más necesitados, a quienes no tienen una modesta casa donde guardarse con su familia!
El nombre que le corresponde a esa bendita ciudad y que Dios nos envió se deberá de llamar “La ciudad de Dios”, la ejecución de ese proyecto siempre lo agradeceremos buenos salvadoreños. Con la cantidad total de los tres barriles, se puede planificar y en forma bien elaborada una ciudad, a la que sugeriría se le nombrara “Ciudad de Dios” ya que ha sido todo un regalo que hemos recibido del Señor Misericordioso. Ojalá que el destino de estos dineros no vayan a parar en la canaleta de “obras sociales”, para la “seguridad” o la “lucha del narcotráfico”, temas que siempre se sacan a relucir, pero en la práctica a nada bueno se conduce. De eso ya estamos cansados. Hoy es la oportunidad de realizar un proyecto de verdadero provecho para los salvadoreños necesitados.
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