25 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.
Hay empresarios de empresarios. Unos, los pocos, lastimosamente, seguramente cumplen con las leyes, pagan sus impuestos a tiempo, y piensan en los consumidores. Otros, desgraciadamente, los muchos, hacen todo lo contrario.
Son los que el Papa, Juan Pablo Segundo identificó como los del “capitalismo salvaje”. Los esquilmadores, los voraces. Acaparan los productos para venderlos hasta por el triple de su precio original.
En este grupo están –habrá honradas excepciones- los que importan o comercializan el frijol, aquellos que saben que, para millones de salvadoreñas y salvadoreños, es su único alimento diario, y cuando decimos alimento diario es porque lo consumen desayuno, almuerzo y cena. A sabiendas de que es así, no les importa, y le suben el precio de 60 centavos a un dólar.
La voracidad perversa, y con el beneplácito de su Dios, el “dios mercado”, acaparan los productos y luego le suben el precio.
A estos empresarios no les conmovió, en lo absoluto, la muerte de aquellos niños, en Soyapango, que sus angustiados padres, hicieron tortillas con maíz curado para la siembra, cuando los pequeños les pedían de comer.
Estos empresarios, son capaces de cerrar su puerta, al paso del cortejo fúnebre, para ignorar que en El Salvador también se muere por falta de alimentos.
Y siendo que esa es una realidad, pues no queda otra que el Estado asuma su papel, tal como lo está haciendo la Dirección del Consumidor, y esperamos que pronto se sume la Fiscalía General de la República.
La DC ha iniciado las investigaciones ante la supuesta escasez del vital producto, y ha encontrado que no hay motivos para que tal situación se dé en el país.
Armando Flores, Presidente de la DC, ha dicho, una y otra vez, que tanto la producción nacional, como las importaciones de frijol, superan incluso, a las de 2009. Y no solo en cantidad, sino también en mejores precios.
La sospecha es entonces el acaparamiento o simplemente los deseos de ganar a costa de atentar contra el hambre de las y los salvadoreños. Si esto es descubierto, desde esta tribuna debemos pedirle al gobierno, dureza contra los voraces empresarios, que buscan el lucro a cambio del hambre de nuestro pueblo.
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