EDH-Inmutabilidad de la Constitución

 Mauricio Alfredo Clará.06 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Ante las opinables versiones de la posible mutabilidad de la Constitución sin Poder Constituyente, hace más de diez años expresamos nuestra oposición ante el Circulo de Abogados Salvadoreños en conferencia sobre el tema "El control de la constitucionalidad", reproducido en la recopilación "Ensayos, batallas y otras escaramuzas jurídicas", editado por la Sección de Publicaciones de la Corte Suprema de Justicia. La idea, entre muchas, era destacar y llamar la atención de la trascendental responsabilidad del tribunal constitucional en ejercicio de aquel control.

Al mismo tiempo interesaba observar la actuación comprometida en la defensa de la Constitución, tanto en el orden positivo jurídico y teórico doctrinal. Esto porque con los integrantes del tribunal, se venía observando desde su instalación, la tendencia de reformar disposiciones de los códigos, en procesos de amparo, a cuenta de supuestas interpretaciones.

Del referido ensayo transcribimos algunos párrafos:"El control de la constitucionalidad es uno de los temas que en ocasiones desata diversidad de opiniones, algunas conflictivas, en que los juristas debemos considerarnos obligados a estar presentes y, a opinar también, con la debida propiedad y oportunidad. Propiedad para orientar atinadamente las soluciones; oportunidad, para que la orientación cumpla su cometido. Esto es así, porque las cuestiones materia del tema a exponer, no sólo importan a los órganos y funcionarios protagonistas directos de los hechos o actos jurídicos, contenido del tema, sino también a la generalidad dentro de la cual los juristas aparecemos insertados. Se trata de cuestiones que además, reclaman imperativamente, que el control constitucional sujetante, y al que se someten las cuestiones, se cumpla exactamente en los términos que la misma Constitución postula y exige, de manera que aquél también se cumpla dentro del marco jurídico prevenido, para que su desempeño resulte a la vez en completa fidelidad con las normas fundamentales, asunto que es determinante no sólo para la buena marcha de la institución, sino de toda la vida institucional de la República, en la que la generalidad está legítimamente interesada".

Ante la espectacular resonancia provocada por ciertos fallos en ejercicio del control constitucional, las premoniciones expresadas hace más de diez años, parecen cumplirse desdichadamente, cuando juzgamos críticamente aquellas resoluciones: "Hago este señalamiento con la mejor intención y propósito; antes, mucho antes, de tener que presenciar un conflicto de proporciones impredecibles, que puede motivar un grave trastorno en la vida institucional de la República".

Es que siguiendo la tendencia de un sector de pensadores españoles, a cuenta de sentencias "interpretativas" de la Constitución --que nuestra legislación no franquea-- ellos han ideado la sustitución del Poder Constituyente, no sólo para expulsar o anular disposiciones contrarias a la norma fundamental para su defensa, como concibió Hans Kelsen, sino para atribuir contenido creativo como si se tratara de fuente de Derecho a las sentencias de esas características.

El jurista ibérico don Javier Pérez Royo en su libro "Las fuentes del Derecho", editado por Tecnos, afirma: "En realidad la ubicación de la sentencia del Tribunal Constitucional dentro del sistema de fuentes es una cuestión que no está resuelta de manera clara (a veces ni siquiera se plantea) y sobre la que no existe una opinión dominante en la doctrina".

En nuestro ordenamiento no existe cupo para planteamientos como el de aquellos pensadores, porque la Constitución y la Ley de Procedimientos Constitucionales sólo habilitan sentencias declarativas positivas o negativas de inconstitucionalidad, de forma que la idea de trasladar a este ordenamiento aquellos pensamientos, resulta atentatorio e introduce a un terreno minado de inconstitucionalidades del cual difícilmente se puede escapar indemne.

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