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2009/12/07

Opinión,El Faro - Los enemigos de la reforma

6 de Diciembre. Tomado de El Faro.

A seis meses de su llegada al poder, y con índices record de popularidad, el presidente Funes y su gobierno han concluido que pasan por un momento politico ideal para sostener su primer enfrentamiento con las gremiales empresariales en pos de una reforma tributaria. No es una gran batalla.

La nueva propuesta, que contempla cambios en los procesos administrativos y judiciales de seguimiento a evasores, aumento de impuestos a artículos suntuarios y poco más, dejó en el camino otras propuestas como el aumento a los impuestos a las armas de fuego y la creación de tribunales especiales. No tomó en cuenta a los sectores informales y es, en realidad, una propuesta bastante tímida en un país en el que no existe ni siquiera impuesto a la propiedad. 

Aún así, ha despertado una dura oposición de los sectores empresariales y la derecha, que argumentan que, en tiempos de crisis, una reforma de este tipo puede provocar inflación, desempleo y desaceleración económica.

Los argumentos se han convertido en discursos públicos, en algunos casos cercanos al insulto: cuando la Cámara de Comercio aduce que debe contemplarse la difícil situación económica de sus agremiados y que los nuevos costos serán trasladados a los consumidores porque los comerciantes no van a sacrificar ganancias, hay que recordar que en el último año en El Salvador hay más de 50 mil nuevos desempleados; que la pobreza incrementó, solo entre 2006 y 2008, casi diez puntos, y sigue aumentando; que los menos privilegiados, que son millones, viven entrampados entre la necesidad de sobrevivir a la pobreza y el acoso del crimen y la violencia; y que ellos, los pobres, no necesitan paquetes de estímulos fiscales ni diatribas sobre la atracción de inversiones, sino protección de un Estado que se encuentra en una frágil situación debido a las cuentas recibidas del gobierno anterior y a la baja recaudación.

Hay que recordar que El Salvador es, junto a Guatemala, el país con los más bajos índices de recaudación fiscal del continente. Y que lo que está en juego para quienes hoy protestan, con esta insuficiente reforma fiscal y las que debería impulsar más adelante esta administración, es el cambio de un sistema de privilegios para los que más tienen a uno que comience a distribuir beneficios para los que más necesitan.

Con más de 40 por ciento de hogares salvadoreños en condición de pobreza, el país sigue siendo, oficialmente, uno de “renta media”. Es una de las sociedades más desiguales y con menor inversión social; uno de los países más violentos del continente y con una elevada tasa de emigración y dependencia de remesas. Es también uno de los países con sistemas menos solidarios y por tanto con ciudadanos más desprotegidos, peor educados y con mayores niveles de riesgo.

Los más privilegiados, esos ciudadanos que gozan de una vida digna y segura, que tienen estabilidad económica y que no deben preocuparse por el alimento ni la educación de sus hijos, son quienes más alzan hoy la voz contra esta reforma tributaria, que no afecta los precios de los artículos básicos de consumo sino aquellos de lujo. Y que les exige a ellos hacer un poco más de sacrificio porque alguien lo tiene que hacer, y los de abajo y los de enmedio ya no pueden.

Lo que urge, en realidad, no es una reforma fiscal, sino una transformación cultural en la que empresarios honestos, solidarios y comprometidos con su sociedad  asuman que no es viable, ni ético, ni moral, aumentar la propia riqueza a costa de una sociedad empobrecida, enferma y violenta; y un Estado sin recursos. Es difícil que esto sea posible, mientras los directivos y voceros de las gremiales sigan esgrimiendo argumentos ideológicos (los ataques a la libertad del mercado, etc…) en vez de un discurso político basado en las evidencias.

Ojalá que, así como ahora protestan por una superficial reforma fiscal, protestaran también por los arreglos políticos que han avalado durante décadas, y que han impedido que podamos tener un ente contralor serio que garantice que, efectivamente, el dinero recaudado sea manejado de manera transparente y en beneficio de todos los ciudadanos.
Una mirada a la guerraEl periodista Francisco Campos presenta una colección de más de 70 fotografías históricas de los últimos años de la guerra salvadoreña en su exposición itinerante “La ofensiva guerrillera 1989, reflexiones 20 años después”. El objetivo de Campos es dar a conocer parte de la historia reciente del país.

Opinión , El Faro- Los enemigos de la reforma

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