Julia Regina de Cardenal.03 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
¿A quién se le ocurre hacer una película sobre la vida de un cura –de la Iglesia Católica– buena gente en estas épocas eclesiofóbicas? Todos los pronósticos serían, lógicamente, que este documental sería un fracaso rotundo, cuando se explotan casos negativos para vender una imagen equivocada y sórdida de la Iglesia. Cuando a nadie le interesa ir a ver sacerdotes generosos, alegres, serviciales, humildes; sacerdotes anónimos que sirven a Dios sirviendo a los demás, porque esto parece aburrido en comparación con algún escándalo mediático.
Pues dicho documental se realizó y hasta el momento los resultados han superado todo lo previsto con grandes éxitos taquilleros en todos los países en donde se ha presentado. Hoy será su estreno aquí en El Salvador y esperamos que habrá el mismo entusiasmo, reacciones y comentarios positivos que se han ido dando en Europa, Centroamérica y Suramérica, en donde las personas han acudido en masa para apoyar una iniciativa en defensa de ese supuesto "monstruo" que es la Iglesia Católica y sus curas.
El día que cumplió cuatro meses de presentación en los cines de España, la película "LA ÚLTIMA CIMA", el productor pensó que nunca se hubiera imaginado trabajando en un proyecto como este. Pero desde que conoció a Pablo Domínguez, un sacerdote especial que marcó su vida, comenzó a sentir la necesidad de buscar y divulgar la verdad y su vida cambió.
El resultado novedoso logrado aun entre personas que no son católicas, o que no son practicantes, incluso de ateos es inexplicable. Además, a esto se le suma que no se tenía presupuesto para la publicidad y que la película no contiene sexo ni violencia, no trata de un cura pederasta, ni exorcista, ni mujeriego, ni ladrón, ni misionero en la selva, ni fundador de ninguna institución, que sería lo que algunos consideran llamativo.
Cuando los expertos le advirtieron al productor que si crucificaba a un cura en público, tendría éxito y hasta le darían importantes premios, pero si al contrario hablaba bien de un cura, lo crucificarían a él, les contestó que entonces tenía un grave problema, pues había conocido a un cura bueno y quería contarlo. No ha sucedido lo que le predijeron sino que el interés sigue aumentando y los comentarios son excelentes.
El sacerdote sabía que iba a morir joven y deseaba hacerlo en una de las montañas que tanto disfrutaba escalar. Pablo era querido por un número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de su muerte. Era positivo y le encontraba sentido hasta a los dolores y sufrimientos que muchas personas rechazan. Por ejemplo, una amiga decidida a abortar a su bebé porque venía con problemas físicos, él la convence de darle una oportunidad a su hijo, y en su corta vida tiene un impacto trascendental en la vida de la joven madre.
Actualmente vemos campañas de odio y descrédito hacia la Iglesia y sus ministros, sabemos que es un montaje dirigido por unos pocos, que buscan manejar las conciencias de las personas infundiéndoles una imagen totalmente distorsionada de la realidad generalizando los errores y abusos de algunos.
Los medios de comunicación ejercen un poder fuerte sobre la conciencia colectiva en donde Dios suele ser expulsado, pues lo que vende es el sexo, la violencia, el suicido, las adicciones, los escándalos, etc.
Qué maravilla que nuevamente se comience a poder ir al cine a disfrutar de películas buenas en las que se puede salir pensando positivo, alegres y con deseos de ser mejores personas. A pesar de los ataques a la Iglesia y al Papa, la gente sigue siendo susceptible a los valores más profundos enarbolados por la religión. No nos conformemos sólo con ir a ver La Última Cima, animemos a nuestros familiares y amigos a ir a verla. ¡Vale la pena!
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