Escrito por Marvin Aguilar.21 de Diciembre. Tomado de La Página.
Algunos de nosotros. Todos, somos al parecer personajes equivocados en este país, al momento en que vivimos en él. Leeremos a continuación algunos informes de la legación estadounidense desde San Salvador correspondientes a 1931 y 1932 y, que nos permiten entender un momento historico especifico e importante para la vida nacional: la insurrección indigena del siglo XX.
El agregado militar estadounidense con residencia permanente en Costa Rica Mayor A.R. Harris informaba a su gobierno el 22 de diciembre de 1931: “La situación económica y social de El Salvador es explosiva, ya que el 90% de la riqueza de la nación esta en manos del 1% de la población y treinta o cuarenta familias poseen casi todo en el país. La situación en El Salvador es muy parecida a la de Francia antes de su revolución, a la de Rusia antes de su revolución, y a la de México antes de su revolución. La situación esta madura para el comunismo y los comunistas parecen haberse dado cuenta de eso”.
Siempre y durante su estadía desde el 11 al 22 de septiembre de 1931 el attaché militar de los Estados Unidos en América Central revelaba lo siguiente: “una de las primeras cosas que se observan cuando uno llega a San Salvador es la abundancia de automóviles de lujo que circulan por la calles. Pareciera que solo hubiera Packards y Pierce Arrows. No parece que exista nada diferente entre estos carísimos vehículos y la carreta de bueyes guiada por el boyero descalzo. No existe practicamente clase media alguna entre los inmesanmente ricos y los pobres de solemnidad”.
“La gente con que hablé me dijo que las mejores familias viven con esplendor de reyes, rodeados de servidumbre, envían a sus hijos a educarse a Europa y Estados Unidos, y despilfarran el dinero en sus antojos. El resto de la población practicamente no tiene nada. Miguel Dueñas el mayor latinfundista de El Salvador, solo paga $5,000.00 anuales de impuestos, cuando debería estar pagando unas diez veces más esa cantidad”.
“El primero de diciembre de 1931, había en el correo de San Salvador 3,000 libras de literatura comunista provenientes de Nueva York, confiscadas por las autoridades postales en el transcurso de un solo mes.
Las autoridades parecen comprender que la situación es bastante peligrosa y se encuentran muy alertas en su lucha contra las influencias comunistas. Una cosa que les ayuda es que la gente nunca esta hambrienta. Los pobres siempre pueden conseguir frutas y verduras gratuitamente y pueden robar madera para el fuego... Ademas, como nunca han tenido nada, no sienten tan aguda la necesidad de las cosas que les hacen falta...”
“Una revolución socialista o comunista puede retardarse por varios años en este país, digamos diez o veinte años, pero cuando por fin suceda va a ser sangrienta”.
Mr McCafferty encargado de la legación norteamericana en San Salvador, informaba a su gobierno el 5 de febrero de 1932: “La legación ha informado en los últimos años sobre algunos brotes comunistas, o supuestamente comunistas, en San Salvador, lo mismo que las actividades de Agustín Martí, el dirigente comunista. Se han escuchado opiniones de que un comunismo verdadero no podría prosperar en este país debido al clima benigno y la abundancia de alimentos y la ausencia de la necesidad de mucha ropa y buen techo. Sin embargo, durante las últimas semanas se ha vuelto más y más evidente de que dirigentes comunistas, muchos de ellos extranjeros, apoyados por propaganda comunista impresa en Estados Unidos, se han aprovechado del creciente descontento entre los trabajadores en las fincas cafetaleras”.
“Las condiciones que han dado pie a este repentino auge del llamado comunismo son bien conocidas. Los trabajadores de las fincas con frecuencia han recibido sueldos miserables y han estado trabajando en algunas fincas bajo condiciones que han sido ciertamente intorelables. Las condiciones han sido de las peores en muchas fincas de los terratenientes más ricos de El Salvador. No existe atención médica y los trabajadores se han visto obligados a comprar sus pocas necesidades al crédito en las tiendas que mantienen los dueños de las fincas. Se ha dicho con frecuencia que un animal de labranza tiene más valor para su dueño que el trabajador, ya que existe una abundante oferta de estos”.
“Aprovechándose de la supesta debilidad del gobierno de facto, alrededor del 20 de enero, y bajo la dirección de líderes comunistas, los trabajadores montaron revueltas exitosas y horribles. La mayor parte de los dueños de fincas se habían percatado del peligro que se avecinaba y se trasladaron a la capital, donde, como resultó evidente, estaban completamente a salvo. Los que sintieron el grueso de estos ataques fueron los mandadores, administradores y sub-administradores, al igual que los policías, los telegrafistas y los funcionarios de los pueblos pequeños. El movimiento insurreccional se limitó casi exclusivamente a la región entre San Salvador y Ahuchapan y Sonsonate. En este territorio, se dieron enfrentamientos intensos entre las fuerzas del gobierno y los comunistas despues que éstos lograron tomar el control de varios pueblos y caseríos”.
“El carácter sanguinario de los comunistas, que curiosamente no pareció requerir, como es costumbre, del estímulo del alcohol, se manifesto en ataques numerosos y sangrientos. Las mujeres fueron violadas y masacradas, a otras se les corto los senos, y los hombres quedaron macheteados que fue imposible reconcoer cadáveres. Las casas fueron saqueadas y otras destruidas totalmente. Todas la existencias de los almacenes fueron sustraidas. Según se sabe, solamente un extranjero, un italiano de apellido Redaelli, el gerente en Juayúa de una empresa italiana grande, fue muerto, pero el movimiento no adquirió un carácter anti extranjero”.
“El gobierno tomó severas medidas represivas y, afortunadamente, debido a la cancelación de algunos salarios atrasados y las mayores precauciones, logró mantener la lealtad de la tropa. El estimado oficial de comunistas muertos ha sobrepasado los 4, 800 en este momento, pero se cree que esta cifra es algo exagerada. Una característica sorpendente de los ataques del gobierno a los comunistas fue el valor y la frialdad que mostraron los pobres indígenas -a quienes no se les podría haber pedido explicación alguna de lo que es el comunismo- cuando se enfrentaron a la muerte”.
“Las fotografías que han llegado a la capital los muestran frente a los pelotones de fusilamiento con expresiones de asombro, casi de distracción. En innumerables casos, las personas fueron fusiladas no por existir avidencia alguna de sus creencias comunistas sino porque ellos mismos les dijeron a las fuerzas del gobierno que eran comunistas”.
Si comprendemos que la experiencia ha sido la forma en que los paises del primer mundo superaron sus propìas conflictividades sociales, atrasos economicos y culturales, los cables de la embajada estadounidense de esa época nos permiten comprender algunas cosas: la población crece más rapido, que lo que se desarrolla el país. De allí, que muy pocos posean mucho no es en realidad el problema, es que los muchos que no tienen casi nada, no estan sujetos a una política demográfica que les asegure mediante una racionalización de nacimientos, abastecer a su prole en todos los ordenes de la existencia que aseguran una vida digna y decente; no solamente hay que luchar por los no natos, sino de igual una vez nacidos, vivir con los Derechos Humanos necesarios. Y la pregunta obligada es: ¿tiene El Salvador la capacidad natural para darles lo necesario a los habitantes que nazcan en el futuro? ¿y los que ya estan aqui, podrán obtenerlo?
Igualmente no se puede decir hoy, como en 1932 que no existe clase media, pero si podemos sostener que el patron que esta clase media tomó cómo forma de consumo es: vivir con esplendor de reyes, rodeados de servidumbre, despilfarrando el dinero en sus antojos. Olvidandose de una parte de la población que como ayer, hoy practicamente no tiene nada.
Más sin embargo si repasamos nuestra reciente historia y actualidad, podemos concluir lo siguiente: el salvadoreño jamas pierde la oportunidad, de perder una oportunidad. ¿tendrá que colapsar el modelo otra vez, para pactar cambios entre los sectores nacionales?
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