La "estabilidad laboral" lograda por los sindicatos industriales estadounidenses, como hoy ocurre con los de algunos países europeos, terminó con el cierre de muchísimas fábricas
16 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
¿Es la "estabilidad laboral" un derecho inviolable de trabajadores, ejecutivos, funcionarios? En algunos países, para despedir a un empleado se tiene que seguir un largo y no siempre exitoso proceso, como el caso del dueño de una pequeña fábrica en Italia, quien fracasó en su intento de echar al individuo que había seducido a su esposa; cuando la autoridad falló en favor del empleado, el propietario no tuvo otro remedio que cerrar el establecimiento y dejar cesantes a todos los que allí laboraban.
Ese supuesto derecho a la "estabilidad laboral" ha afectado de manera negativa la dinámica económica de muchos países, comenzando por Alemania y Francia, que van quedándose atrás de los llamados "Tigres del Asia", cuyas leyes son mucho más flexibles y permisivas. Hay un gran contraste entre el vigoroso crecimiento de Irlanda, con bajos impuestos y pocas prestaciones laborales, con la situación que prevalece en el resto del continente. Una de las medidas adoptadas por el ex gobierno de Aznar en España, que contribuyó en forma decisiva al "boom" del país, fue precisamente la agilización del mercado laboral.
Resulta paradójico que son los trabajadores los más perjudicados con leyes que garantizan la "estabilidad laboral". Lo son por dos motivos:
--El primero, que al ser difícil o imposible despedir personal, las empresas lo piensan mucho antes de contratar más empleados, o de promocionarlos. Esta es una de las causas por las cuales es tan difícil para los jóvenes conseguir empleo: pocos quieren arriesgarse a contratar personal no probado, que luego se convierta en una hipoteca permanente, en un lastre del que no consiguen librarse;
--el segundo, que tener una plantilla rígida dificulta o hace imposible a una empresa, adaptarse a las cambiantes condiciones de un mercado. Como las leyes son generales, el efecto es también general: son todos los negocios los que enfrentan graves dificultades para acoplarse a las nuevas demandas de los mercados.
"Bienes de producción" y conocimiento
A nivel individual, la ley puede beneficiar al que se aferra a un puesto, sobre todo al tratarse de haraganes o incapaces; ellos siguen a su ritmo, a desgano, pues son intocables. Al ser intocables, "laboralmente estables", carecen de incentivos anímicos para profesionalizarse, ser más productivos, innovar y aceptar los cambios. Más bien sucede lo contrario: se resisten hasta lo último a variar sus rutinas o volverse más eficientes. Esto termina por constituirse en un lastre para las empresas donde esa clase de gente labora, volviéndolas más vulnerables a la competencia de otros.
La "estabilidad laboral" lograda por los sindicatos industriales estadounidenses, como hoy ocurre con los de algunos países europeos, terminó con el cierre de muchísimas fábricas. Cerca de Turín, en Italia, se contempla el gigantesco cementerio fabril de lo que en una época fue la Olivetti.
Hasta hace unas décadas, los "medios de producción", cuya propiedad reivindicaba el marxismo para el pueblo, eran bienes tangibles: enormes maquinarias, grandes instalaciones, edificios, etcétera. Y allí es que querían los trabajadores tener empleos estables, intocables.
Hoy en día esas enormes instalaciones siempre existen, pero los verdaderos "bienes de producción" son intangibles, como el conocimiento, las organizaciones, los sistemas de mercadeo. Es lo que una empresa puede llevarse en un instante a otro continente, acabando con estériles "estabilidades".
elsalvador.com :.: La "estabilidad laboral" en contra del trabajador
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