Para realizar labores de salvamento y patrullar el territorio en el combate al narcotráfico, es mucho más urgente reparar la red vial, ahora en deplorable estado, que poner a volar aviones
02 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Como señalan ANEP y la Cámara de Comercio, en esta crisis no está el país para comprar aviones de guerra, los que en la práctica no tienen utilidad alguna para labores de salvamento, monitorear el narcotráfico o proteger las fronteras.
El país tiene mayores prioridades, desde mejorar las instalaciones de clínicas en el interior de la República hasta reparar y adecuar escuelas. Para realizar labores de salvamento y patrullar el territorio en el combate al narcotráfico, es mucho más urgente reparar la red vial, ahora en deplorable estado, que poner a volar aviones de reconocimiento.
Ni la aviación colombiana, ni la mexicana tienen protagonismo en el combate del narcotráfico, aunque en Colombia la Fuerza Aérea presta imprescindibles funciones en localizar campamentos de las FARC, plantaciones de droga y laboratorios donde esta se procesa. Los Estados Unidos no han logrado detener el tráfico de heroína, opio y morfina de Afganistán hacia el exterior, pese a contar con bases aéreas y naves no pilotadas en la vasta zona.
En cuanto a labores de salvamento, los aviones de combate no pueden aterrizar en pistas cortas ni menos en terrenos inundados.
Por no ser expertos en aviación de guerra no imaginamos cuáles serían las funciones de aviones de hélice o de propulsión en perseguir el narcotráfico, que no se pueda hacer a una fracción del costo con vehículos terrestres capaces de moverse en cualquier clase de terreno.
A esto se agrega otro factor: que el narcotráfico no utiliza furgones pintados de amarillo que se puedan detectar y destruir de inmediato desde el aire. La droga se transporta en submarinos pequeños que navegan casi a ras de la superficie, entre la carga de camiones, en las tripas de las "mulas", en compartimentos muy pequeños en la suela de zapatos, enterrados en macetas, en el doble forro de vehículos.
Para salvamento, los todoterreno son la respuesta
Por esas modalidades de transportar droga es que el combate al vil comercio se realiza con labor de inteligencia, vigilando el movimiento de capitales, yendo detrás de fortunas inexplicables, monitoreando llamadas por teléfono y correos electrónicos, con perros que la olfatean, con exhaustivos registros, al azar, de furgones.
La lucha contra el narcotráfico inicia coordinando estrategias y acciones con los países vecinos y primordialmente con Estados Unidos, que es el destino final de la mayor parte de la droga que se mueve en el Hemisferio Norte. Haber mantenido la estación de monitoreo en Comalapa pese a la oposición de la izquierda, es afortunado, ya que sólo así se pueden descubrir las avionetas no identificadas y las lanchas de alta velocidad en las que se transporta la droga por el Pacífico.
Tampoco parece lógico usar aviones de combate en labores de salvamento. Un aparato de esa clase no lleva ni pasajeros ni carga, con la limitante de que sólo despega y aterriza en pistas largas. Si hay una inundación en el Bajo Lempa, ¿qué clase de ayuda puede prestar un avión de combate, que está imposibilitado de aterrizar? Es obvio que no dejará caer medicinas o médicos o tiendas de campaña en paracaídas, los que se llevan con más seguridad en vehículos de doble tracción.
¿Cuántos "jeeps", ambulancias, hospitales móviles, brigadas de socorro se pueden transportar en un tiempo más corto y a menor costo, de lo que pueda hacerlo un avión en el caso más propicio imaginable?
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