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2010/12/22

Co Latino-Tu querida presencia, Che Guevara (4) | 22 de Diciembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 René Martínez Pineda.22 de Diciembre. Tomado de Diario Co Latino.

(Coordinador del M-PROUES)*
Pero, la cuestión revolucionaria a resolver es: ¿cómo lograr lo heroico (no en un evento fatal; o en una catástrofe; o en la insurrección -que también hace brotar la cobardía en unos-; o en la revolución prolongada) en la vida diaria, en el proceso cotidiano de producción, en el curul, en el despacho ministerial, en el aula, en la oficina, en el escritorio público, tras la puerta de una dirección institucional? Ese es el signo implícito que plantea el Che al hablar del hombre nuevo: la constancia que lleva a ser imprescindible.
Él, como dirigente revolucionario y a través de sus diversos cargos (primero en el Banco, luego como Ministro de Industria) inició la lucha por hallar a los héroes del trabajo, los héroes de la vida horaria, los superhéroes de sus hijos, los héroes del barrio. Así, en el espacio público conquistado por la revolución, surgen las distintas vías de la transición del capitalismo al socialismo, así como las apremiantes vertientes en el paso del hombre viejo al hombre nuevo.
En verdad, en ambos casos hablamos de dos vías básicas, aunque se conocía sólo una: la que se había consolidado en la Unión Soviética, fundada en la autogestión de las empresas como propiedad del Estado, pero… según el Che, eso todavía no era el socialismo.
Por ello, empezamos a hablar del camino del Che al socialismo, en el que los “Manuscritos económico-filosóficos de 1844” (Marx) jugaron un papel decisivo. Este escrito era relativamente desconocido, pues, recién se publicó en 1934, y fue leído con suma cautela en la Escuela de Frankfurt (una suerte de centro de estudios marxistas), debido a que en 1933 había subido Hitler al poder, y Mussolini gobernaba Italia, con lo que viene el fascismo y el nazismo en medio de la guerra. Por tal razón, el escrito era desconocido incluso por intelectuales del calibre de Gramsci. En Latinoamérica, los manuscritos recién se empiezan a debatir en la década del 60. El Che, insaciable lector –como todo buen revolucionario- los conoce, los estudia y los lleva a la práctica.
Dentro de ellos, hay uno llamado “El trabajo enajenado” (o “trabajo alienado”), el cual es llevado por él a un nivel de discernimiento ideológico y político que le sirvió de sustento para su tesis del hombre nuevo. La palabra “enajenado”, en la lógica usada por Marx, hace referencia a una cuestión económica, no ideológica. En la jerga contable, enajenar es vender, y “alienado” tiene un signo psicológico. Pero, tanto el concepto “enajenar” como el concepto “alienar”, hacen referencia a “dejar de ser, quedar excluido, quedar afuera”; se refieren a la separación; señalan lo que deja de pertenecer. Entonces ¿a qué se refiere Marx con trabajo enajenado? Simple y brillante, al mismo tiempo: analiza la vinculación del producto del trabajo con el proceso del trabajo.
Hay un escrito de Engels al respecto: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, en el que afirma que “el hombre empezó a ser hombre con el trabajo y con la palabra articulada”. Entonces, si la actividad ilustremente humana es el trabajo, el hombre se debería sentir realizado en él; debería ser su pleno desarrollo, su unánime liberación, o sea que se debería sentir más humano que nunca al trabajar. Pero, todos sabemos que no ocurre eso, que el trabajo no le produce satisfacción al trabajador, sino que lo somete. Marx dice que el trabajador vende el trabajo, por eso, cuando está trabajando objetiva su acción de trabajo en el producto, pero, el producto realizado no le pertenece, le es ajeno. De ahí la enajenación: el producto de su trabajo es ajeno al productor. En ese sentido, está enajenado del producto.
Además –agrega Marx- está enajenado del trabajo como proceso, porque al trabajar no se pertenece a sí mismo, pues, le ha vendido su capacidad de trabajar al capitalista, labora para el capitalista, no para él. Entonces, hay una separación del productor con el producto del trabajo y del productor con su energía de trabajo. Este es el proceso de enajenación en Marx. También, habla de la enajenación en la naturaleza, la enajenación de sí mismo que acaba en alienación, y eso es lo que hace que el trabajador -quienes hemos trabajado en fábricas lo sabemos- “huya del trabajo como de la peste”. Bien lo recuerdo: llegaba el último minuto de la jornada y huíamos despavoridos, lo que es similar a lo que hacen muchos trabajadores hoy, cuando buscan “puentes” para alargar el fin de semana o la vacación. La gente en la fábrica, la maquila, el almacén, el ministerio… sale corriendo, no caminando; trabaja a desgano, no con energía.
En la Cuba con el Che, el responsable respectivo organizó el campo, la caña de azúcar, la zafra, los ingenios, basándose en la autogestión de las empresas, en el cálculo económico (empresa rentable) y en el estímulo material, partiendo de la premisa de que: “para que sea rentable hay que incentivar al trabajador a través del aumento salarial y otras cosas materiales”.
En cambio, en el Ministerio de Industria dirigido por el Che se trabajó de otra forma. Esto es un invento de él (aunque no era economista), un aporte suyo que no estaba escrito en ningún lado y no había una experiencia previa -ni en los países del Este ni en la Unión Soviética- de una organización realmente socialista del trabajo. Él organiza el sector industrial como una sola fábrica, una gran fábrica a la que llama “Sistema Presupuestario de Financiamiento”. Así, en el intercambio entre las empresas, no se vende una con la otra, sino que hay un intercambio que queda asentado en los libros (mas no como compra-venta) buscando que no impere la ley del valor capitalista, pues el Che plantea que hay que combatir el funcionamiento de dicha ley desde el principio. En el otro sector, se afirma que evadir la vigencia de la ley del valor provocaría un descalabro económico.
Pero, el Che tiene una posición muy firme sobre la naturaleza de la célula de la sociedad capitalista: la mercancía. En el capitalismo, el productor produce para vender. La diferencia que tiene el capitalismo con otras formas de organización social es que, tanto en el esclavismo como en el feudalismo, la producción es para el consumo, y en el capitalismo la producción no es para el consumo, sino que para la venta, esa es su esencia.

Tu querida presencia, Che Guevara (4) | 22 de Diciembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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