LPG-Concertación y consenso: acciones claves

 Escrito por Rafael Rodríguez Loucel.03 de Mayo.Tomado de La Prensa Gráfica.
rloucel@utec.edu.sv

La concertación y el consenso son acciones estratégicas para gobernar en paz y construir una sociedad renovada. Se afirmó en el último ENADE que la unidad y el diálogo son elementos esenciales. En tal evento la empresa privada y el Gobierno plantearon la necesidad de trabajar en conjunto por la unidad nacional con el compromiso de dejar a un lado intereses ideológicos y sectoriales. El ex presidente de Chile Ricardo Lagos, invitado especial, insistió mucho sobre la empatía, la búsqueda del diálogo, la generación de confianza y el respeto a las normas del juego.

Existen muchos acuerdos y pactos en el país, pero en la práctica lo que predomina es el egoísmo, el conflicto, el desacuerdo sistemático, la desconfianza y lo que a veces se enuncia y entusiasma a la audiencia en los grandes salones; en las calles, en las oficinas y en los puestos de trabajo, se desvirtúa con las acciones. Pareciera que el conflicto es inherente y arraigado al ser humano, soberbio por naturaleza. El beneficio colectivo es un resultado, pero muy difícil de ser una natural iniciativa; porque inconscientemente se actúa esperando algo a cambio.

En este pequeño y pobre país, abundan ciudadanos con deseos de conseguir prestigio personal y si son políticos, estos deseos se vuelven incontrolables, ya sea en el círculo de discusiones de correligionarios o en las plenarias; siempre hay más de uno que sufre y a menudo se frustra cuando no puede imponer su verdad; porque siempre creen que la verdad es de ellos y el resto está equivocado. Entonces, solo el poder les puede brindar el placer de imponer su raciocinio en detrimento de una nación.

Estas reflexiones surgen luego de observar el deterioro que el país experimenta en todos los campos del quehacer nacional en un entorno de polarización política extrema. No se ignora que en política existen diferencias básicamente por ideologías, pero también las diferencias deben ser en algún momento conciliatorias cuando el bien común está de por medio Se ha dicho hasta la saciedad que hay que crear un crecimiento con equidad, por dónde empezar, por el aumento de la riqueza o del ingreso o por la distribución del mismo.

Esa actitud del ciudadano como denominador común hace más difícil la concertación que lleva implícito el ceder cuando el sentido común y la lógica se imponen sobre una verdad individual. El principio por excelencia es la voluntad de aceptar la conciencia colectiva y no la óptica individual que siempre será relativa, pero en ningún caso absoluta. La verdad por excelencia generalmente coincide con el sentido común o con la lógica. Ensayemos un posible consenso basado en la lógica. ¿Qué convendrá más a un gran empresario cuyo mercado base es el interno: una absoluta inequidad en la distribución del ingreso o una amplia clase media con poder de compra? ¿Qué convendría a una ciudadanía: que los candidatos a la Asamblea sean escogidos previamente por un partido político o por toda la ciudadanía, cambiando así los patrones establecidos que nos ligan con la ignorancia y el subdesarrollo? ¿Qué país tiene posibilidades de progresar: uno donde predomine la ignorancia u otro que se destaque por sus altos niveles de educación?

Este país debería de partir del logro de consensos básicos para ir avanzando hacia campos que se perfilan como de una mayor complejidad, precisamente por su bajo nivel cultural. Paralelamente, se deberían de lograr consensos en la juventud que son los propietarios del futuro del país y por ser más factible “sembrar que enderezar”, bajo el supuesto que a temprana edad menos probable es el prejuicio que es un obstáculo natural de la concertación.

Concertación y consenso: acciones claves