Sergio Rodríguez Ávila.16 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.
Es difícil reducir todos los problemas de nuestro país a una o pocas causas, son varias. Sin embargo, hay dos problemas en nuestro país, completamente mentales, que han ido siendo heredados de generación en generación durante décadas. Me corrijo, son herencias presentes en Latino América en general, pero especialmente prominentes en El Salvador.
Estos problemas que pronto se los describo, los he sacado de los cientos de correos que he recibido por mis columnas y además por supuesto, por simple observación. Uno de ellos es la verdadera estupidez del "resentimiento social".
Cuántas veces no he recibido críticas de que es diferente escribir y sugerir cambios de actitud y proyectos, y de verdad hacerlos, especialmente bajo las condiciones de pobreza que viven la mayoría de nuestros jóvenes. Es cierto, no todos tenemos las mismas oportunidades, pero eso no es el problema en su totalidad.
La crítica en nuestro país a personas con oportunidades es que abusan de los menos favorecidos. Estoy de acuerdo que esto puede suceder y hay que criticarlo y denunciarlo. Sin embargo la tontería recae en lo siguiente:
Criticar a alguien porque tiene más oportunidades que otro y las aprovecha para multiplicarlas, es el argumento que más divide a nuestra sociedad. La crítica debería ser a aquellos que sí tienen oportunidades (los hay y muchos) y no ocupan esas oportunidades para generar otras.
Hay que entender que el mejor servicio social para una sociedad son las empresas. Dentro de ellas se generan oportunidades, riquezas, empleos, se aumenta la calidad de vida en general de los que las rodean y mejor aún, son fuentes de ingresos para fundaciones que se dedican al servicio social en sí.
En vez de promover el resentimiento social contra los que tienen más oportunidades, mejor hay que exigir que utilicen esas oportunidades. La izquierda ortodoxa de Latino América (entiéndase por eso los miembros del ALBA y el FMLN en nuestro país), tradicionalmente le ha vendido a su base de apoyo que al desprestigiar a los empresarios exitosos y quitarles lo que tienen le hacen un favor a su país.
Es una gran falacia que los empresarios más exitosos, las personas con más oportunidades de nuestros países, necesitan realmente hacer negocios en su país. Los invito a investigar cuáles son las razones por las cuales Panamá está creciendo a un paso tan acelerado. Una de ellas es la cantidad masiva de empresarios venezolanos que han emigrado a Panamá y han continuado siendo exitosos. Mientras en Venezuela, la única economía de la región que se mantuvo en recesión durante 2010 y con una de las inflaciones más aceleradas del mundo, el comandante Chávez pregona que se está haciendo justicia en su país.
Los salvadoreños tenemos que vencer este discurso político infértil, ilógico y divisorio. Por ejemplo, hace poco participé en un evento de jóvenes para ayudar a personas necesitadas de nuestro país. Muchos de los jóvenes organizadores eran de izquierda, lo cual no tiene nada de malo, todos tenemos derecho a creer en lo que queramos.
Durante las actividades de integración de todos los voluntarios, un sinfín de veces acusaban a los empresarios de ser los culpables de la pobreza que estábamos tratando solucionar, durante el evento que duró algunos días. ¡Interesantemente o talvez utilizando memoria selectiva, se les olvidó mencionar que la gran mayoría de los fondos provenientes para el evento provenían de la misma empresa privada!
En conclusión, el resentimiento social es una creación del pasado, que si bien muchos queremos culpar de los problemas de nuestro país a diferentes personas --y varias definitivamente son culpables--, debemos enfocar nuestras energías en ver cuáles son las oportunidades que sí tenemos y podemos multiplicar.
Sin que suene como la letra de una canción, tenemos que entender que sólo unidos saldremos adelante. Cuando digo unidos, me refiero a todos los segmentos de la sociedad.
Pronto les cuento de otros problemas mentales que no queremos en la próxima generación.
*Columnista de El Diario de Hoy. sergio@mediolleno.com.sv
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