Escrito por Elena María de Alfaro.11 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.
“Un empresario difícilmente se arriesgaría a invertir en un país donde impera la desconfianza y la inseguridad jurídica y física...”
Hace algunos meses y después de unificar criterios, el Gobierno hondureño junto con la empresa privada determinaron aquellos sectores de la industria y servicios en los cuales pudieran ser competitivos o atractivos para inversionistas extranjeros. Con base en los resultados, identificaron 1,500 empresas y las invitaron al foro que organizaron con el tema “Honduras está abierta para los negocios”. Paralelamente prepararon un paquete de leyes modernizando el marco jurídico regulatorio para inversiones dentro del territorio hondureño. Entre lo relevante está la aplicación del procedimiento acelerado para inversiones, reduciendo a 30 días la tramitación y la incorporación de una empresa internacional. Según declaraciones, el evento que se realizó la semana pasada fue un éxito, logrando congregar a más de 400 empresas y personalidades del mundo de los negocios y de diferentes nacionalidades. Sin duda, los frutos se recogerán a corto plazo y los hondureños podrán contar con más y mejores oportunidades de desarrollo y crecimiento.
Por su parte, Costa Rica creó cuatro decretos que reducirán de 90 a 30 días los plazos de algunos trámites necesarios en construcción, agro y medio ambiente. Adicionalmente, se reduce el plazo para el análisis de impacto ambiental de 12 a tres meses. Al haber invertido en la educación a nivel técnico y profesional desde hace años, no es extraño que la semana pasada empresarios alemanes del área tecnológica, energía renovable y automovilística visitaran aquel país y discutieran sobre futuras inversiones en la nación tica.
Panamá también compite; tiene listo el proyecto de ley para la creación del régimen de asociación pública-privada. El Gobierno está invirtiendo tanto en la ampliación del canal como en la formación profesional y especializada de su recurso humano; está premiando a empresas con proyectos de innovación. Además, está invirtiendo en infraestructura en salud, en carreteras y en energía. Por ello hay muchos empresarios que han decidido invertir, abriendo oportunidades para empresas existentes y nuevas, sobre todo en el sector de la construcción y servicios.
Muchos gobiernos de América Latina, África, Asia y hasta los más desarrollados, como Estados Unidos de América, entienden que hay que competir y prepararse para atraer inversiones. Por eso se esfuerzan por ofrecer las condiciones más favorables y posibles. Comprenden que es imprescindible definir el rumbo, identificar oportunidades, crear condiciones favorables, tener reglas claras y ofrecer seguridad jurídica si se quiere atraer inversionistas con proyectos de alto impacto, que generen un mejor futuro y aceleren su desarrollo.
La historia es distinta en El Salvador; de hecho, es adversa. La semana pasada, la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) reveló que mientras Honduras creció 52%, Panamá 33% y Costa Rica, 7%, nuestro país tuvo un crecimiento negativo de inversión directa de -79%. ¡Fuimos los peores del continente! El presidente Funes dijo que se debe a la crisis internacional. Pero si esta fue una crisis a escala mundial, ¿por qué crecieron tanto los demás países centroamericanos? Porque un empresario difícilmente se arriesgaría a invertir en un país donde impera la desconfianza y la inseguridad jurídica y física, y exista una deficiente preparación del recurso humano.
Mientras el Gobierno continúe antagonizando con el sector privado, el FMLN enviando mensajes confusos distintos a los del presidente y permanezcamos revueltos en este huracán político donde lo único que importa es ganar diputaciones y alcaldías, seguiremos siendo el patito feo de América Latina.
Las inversiones no llegan a un país sin rumbo. Por lo tanto, como en Honduras, el Gobierno y la empresa privada tienen que unir criterios, definir las apuestas estratégicas, generar confianza y las condiciones necesarias para convencer al inversionista de que El Salvador es su mejor apuesta.
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