14 de Mayo. Tomado de ContraPunto
SAN SALVADOR – El periodista hondureño Héctor Francisco Medina Polanco falleció este miércoles en un hospital de San Pedro Sula a causa de las heridas de bala producidas por disparos de dos sicarios.
Medina Polanco fue disparado cuatro veces por dos sujetos que se desplazaban en una motocicleta en la noche del martes, cuando llegaba a su casa tras salir de su trabajo en un canal de televisión en el municipio de Morazán, departamento de Yoro, al norte del país.
El vicepresidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), José Santos Gálvez, informó que el periodista asesinado había recibido amenazas a las que las autoridades “no le dieron ninguna importancia”.
Según Gálvez, Medina Polanco había informado recientemente sobre actos de corrupción de la alcaldía y actividades ilegales de los ricos y poderosos ganaderos de la región.
Sin embargo, el alcalde de Morazán, Mauricio Hándal, mostró a la radio HRN de Tegucigalpa su extrañeza por el señalamiento a la municipalidad y afirmó que Medina Polanco y él mantenían una "excelente relación". De hecho, Hándal aseguró que él mismo estuvo acompañando a la familia del periodista y ayudó a organizar su traslado en ambulancia a un hospital de El Progreso, también en Yoro, desde donde fue llevado a San Pedro Sula.
“Era un crítico permanente de las actuaciones de la Policía Nacional, de grupos privados de seguridad que custodian bienes de ganaderos pudientes de la zona, donde además operan bandas de narcotraficantes", dijo sobre el periodista el Comité de Familiares de Desaparecidos de Honduras (Cofadeh).
Medina Polanco es el duodécimo periodista asesinado en Honduras desde que el actual presidente del país, Porfirio Lobo Sosa, tomara posesión de su cargo en enero de 2010, tras el golpe de Estado que se produjo a finales de junio del año anterior y que sacó al presidente constitucionalmente elegido, Manuel Zelaya Rosales, del poder y del país.
Organismos de derechos humanos, opositores y gremiales de periodistas denuncian que el Estado no hace nada por investigar estas muertes, con lo que lanza un mensaje de impunidad a los asesinos y en contra de la crítica periodística y la libertad de expresión.
"Como la policía no resuelve las muertes de tantos periodistas registrados en Honduras, envía un mensaje claro a los delincuentes de que aquí se puede matar a cualquier comunicador sin que pase nada", afirmó el vicepresidente del CPH.
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