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2011/05/14

TR-El día feroz que está llegando

Alberto Quiñonez.14 de Mayo. Tomado de Tendencia Revolucionaria. 

Será de choque el futuro. O no será”. Con esas palabras, Lizard imprecó las revueltas en la Argelia de los años sesenta. Aquí, ahora, el pueblo se ve empujado a un porvenir de choque. La situación se va volviendo intolerable y las estructuras sociales deben asistir a un momento de cambio no sólo para soslayar la problemática propia de un sistema decadente sino para garantizar la vida de las personas.
Desde de política hasta la economía, pasando por la cultura y la institucionalidad; la población salvadoreña se ve acorralada por un sistema excluyente, empobrecedor, enajenante. Los partidos políticos se oponen a la sociedad civil, negándole su derecho constitucional a elegir a sus propios representantes. Partidos políticos como el PDC y PCN, declarados muertos por la Sala de lo Constitucional, se aferran a artimañas legales para seguir ocupando puestos burocráticos que no les corresponden.
El partido oficial, el FMLN, apoya estas acciones declarándose en contradicción con las sentencias de la Corte, después de que fuera uno de los principales denunciantes de la inconstitucionalidad de dichos partidos y siendo el partido que tradicionalmente se había declarado al servicio del pueblo.
Paralelamente el costo de la vida sigue su escalada por todas las vías posibles. El petróleo sigue aumentando de precio casi incontrolablemente a pesar de la existencia de precios de referencia de la gasolina establecidos por el MINEC. Ese aumento sigue inflando las ganancias de las empresas importadoras y distribuidoras de combustible, incluida una en la que el partido oficial participa como accionista.
Los alimentos siguen aumentando de precio. Los granos básicos y hortalizas, debido a la desestructuración del aparato productivo agrícola, se han vuelto más escasos y, en consecuencia, más caros. Otro tipo de alimentos como son los procesados han comenzado su tendencia alcista en los próximos días, debido al encarecimiento del gas propano que se derivó de la liberalización de dicho mercado.
Las medidas de descongestión y “recuperación” del centro histórico de San Salvador impactarán sobre los ingresos de los vendedores informales establecidos en esa zona, precisamente porque recorta fuentes de trabajo y disminuye los ingresos de esas familias.
La violación de la autonomía universitaria, fruto de justificar la exclusión sistemática del derecho a la educación, será el precedente siniestro para la represión de las organizaciones estudiantiles al interior de la UES. Esa represión podrá ser incluso el mecanismo que haga posibles los proyectos privatizadores y las reformas hacia una educación para el mercado.
La contratación de deuda no va a parar este año. El BID informaba, a principios de febrero, que ya tiene 300 millones de dólares listos para prestar al gobierno. De los cuales ya es segura la erogación de 32 millones para el tema de seguridad.
En ese marco, el presidente Funes dijo claramente –en la convención ENADE 2011 de la gran empresa privada- que no se tocarán impuestos (para la empresa privada, ni para las clases pudientes del país) y que se concesionará lo más pronto posible el puerto de Cutuco. Eso significa, por un lado, mantener el actual régimen regresivo de la estructura tributaria, en donde las personas con menos ingresos tributan proporcionalmente más que las de ingresos más altos. Por otro lado, significa que el pueblo será quien financie los gastos del Estado –incluida la mal llamada “clase política”.
La concesión del puerto de Cutuco en La Unión beneficiará a las inversiones transnacionales y los grandes capitalistas del país, mientras que habilitará la posibilidad de crear un enclave de transporte y almacenamiento en la línea del Plan Puebla Panamá.
Además, Funes llama a la Mesa Consultiva a los ex presidentes del país, todos militantes del partido ARENA. Es como pedirle consejo a quienes nos han puesto la soga al cuello. Hay que recordarle al presidente Funes que en su campaña proclamó defender los intereses de las mayorías, “como hiciera Monseñor Romero”. Y esas mayorías votaron por él por haberse cansado de políticas neoliberales, no porque quisieran más de lo mismo.
A inicios de este mes, Funes anuncia un aumento del 8% a los salarios mínimos después de más de dos años sin ser revisados y en un clima de alto encarecimiento de los bienes de consumo básico de la población. La falta de regulación de mercados –la ausencia de techos de precios- posibilitará una “corrida de costes”, es decir, una situación en la que el aumento del salario será la excusa para que los empresarios aumenten los precios dejando sin ningún efecto la mejora salarial.
Pero este aumento no va a ser un beneficio para la clase trabajadora dadas las deficiencias estructurales del modelo económico, sino que es sólo una válvula de escape, una medida populista del gobierno para disminuir la presión social que se avecina.
El Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (ADA) y los tratados de libre comercio con Canadá y Perú, ya comprometidos por el MINEC, vendrán a desarticular aún más el aparato productivo, generando más desempleo y mayor explotación de la clase trabajadora, tal como lo ha hecho el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (TLC). Estos mismos tratados darán vía libre a las inversiones transnacionales que, dentro de la estrategia global de valorización del capital, pretende apropiarse de recursos estratégicos para la vida de los pueblos como la biodiversidad y el agua.
Así mismo, el gobierno actual está dando seguimiento a la ejecución de los megaproyectos de inversión, como las represas, que desplazarían a muchas familias, destruirían una gran parte de la riqueza natural del país y comprometerían la sustentabilidad de los recursos hídricos.
En este marco, la lucha social se erige como la única vía posible para que el pueblo pueda emanciparse de un sistema que de suyo lo oprime y lo excluye. La situación no es sólo social, económica y políticamente intolerable, sino también vitalmente insostenible. Ello plantea la necesidad de una transformación social radical que no llegará de manera armónica, dado el carácter oligárquico del Estado y la lucha de clases que se muestra hoy en su forma más descarnada. El día feroz, al contrario de la canción de Silvio, está llegando.

El día feroz que está llegando

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