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2011/04/04

:: OBSERVADOR POLÍTICO - Argumentos patéticos

 Salvador Samayoa.04 de Abril.Tomado de El Diario de Hoy. 

Patético, en una de sus acepciones, es algo que da pena o que produce vergüenza ajena, y esa es, precisamente, la sensación que deja la lectura del Comunicado del FMLN sobre el veto presidencial al decreto 635 relativo a las reformas electorales.

Da pena porque aparte de las simpatías o antipatías de cada uno, el Frente es un gran partido con una gran historia y un gran peso en la vida nacional; un partido que por eso mismo merece tener y está obligado a producir un pensamiento político de mayor altura.

El problema no está en la posición política que se expresa en el comunicado. Al contrario, esta es una posición sensata, responsable y hasta encomiable en lamedida en que el FMLN se compromete a seguir trabajando, en diálogo con el resto de partidos, para encontrar soluciones que respeten la sentencia de la Corte Suprema de Justicia y la Constitución de la República.

El problema tampoco está en las referencias introductorias a todos los aportes que el Frente ha hecho a la reforma del sistema político salvadoreño, “a fin de volverlo más justo, democrático y transparente”. Eso no está en discusión. Puede haber unos cuantos enfermos de intoxicación ideológica que no sean capaces de reconocer esos méritos al Frente, pero no es su desempeño histórico ni su compromiso general con la democracia lo que se ha puesto sobre la mesa en esta controversia.

Esta es una discusión sobrelos atributos e implicaciones de un decreto legislativo. Mejor dicho, es una discusión sobre algunas disposiciones particulares de ese decreto. Nada menos, pero nada más. Nadie quiere “debilitar el sistema de partidos políticos” como se afirma en el comunicado del Frente. Esta es, simplemente, una exageración.

Algunos de los participantes en el debate público de las últimas semanas han expresado posiciones más radicales que otros. Esto siempre es así en cualquier democracia, pero el denominador común en lamayor partede objeciones al decreto 635 no está en la posibilidad de votar por banderas partidarias, y no está, por tanto, en el mecanismo de sumatoria de votos individuales y de bandera para efecto de calcular la cantidad de diputados que corresponden a cada partido por cocientes y residuos.

La crítica fundamental está en elmecanismo para decidir en cuáles candidatos individuales recae la designación correspondiente a la cantidad de diputados que ha ganado cada partido. Esta particular disposición es la que a muchos nos ha parecido un abusomañoso y truculento, destinado a preservar el poder elector de las cúpulas partidarias por encima del poder elector de los ciudadanos. Y a propósito, quitarle podereshipertrofiados a las cúpulasno equivale a debilitar a los partidos. Al contrario, es requisito indispensable para salvarlos y fortalecerlos.

¿Por qué, entonces, la reacción tan desmesurada del FMLN? ¿Por qué un partido que tanto proclama el cambio exhibe en este tema un talante tan conservador? Al final de todas las consideraciones, la respuesta podría estar en una odiosa e inconfesable deformación ideológica que postula a la cúpula del partido como única poseedora y garante de la conciencia de clase y de la iluminación revolucionaria que le falta al resto de la militancia y a la población en su conjunto.

En todo caso, cualquiera sea la razón última del control que la cúpula del Frente quiere mantener sobre la elección de sus propios diputados, parece que es una razón inconfesable, porque de otra manera no se explicaría la carencia o la pobreza de argumentos en su comunicado y en las presentaciones televisivas de sus representantes.

En primer lugar es una mentira y una falta de respeto la reducción despectiva a “sectores de derecha” que se hace en el comunicado en referencia a las organizaciones que pidieron y respaldaron el veto del presidente. La omisión de instituciones comola Iniciativa Social para la Democracia (ISD), la Concertación Democrática Nacional (CDN), FESPAD, FUNDE se hizo para dejar la impresión de que solo ARENA, FUSADES y ANEP respaldaban el veto. Claro, si el FMLN hubiera reconocido la participación de otras organizaciones, o bien no podría sustentar el argumento de que es “la derecha” la que pidió el veto, o bien tendría que hacer el ridículo intelectual y político de calificar a gente que ha sido de izquierda toda la vida como “sectores de derecha”. Entonces, lo más conveniente fue ignorarlas, pero esto se vio como un recurso propio de los que deforman los hechos a falta de razones para establecer la validez de sus posiciones.

Por otra parte, además de falaz, resulta ya demasiado gastado -ya aburren, comodice la gente- el argumento ad hominem (dirigido contra el hombre, contra la persona o institución) que en realidad no pretende razonar sino atacar o descalificar al adversario. Lo que vienen haciendo los más anquilosados en el Frente desde hace años, cuando no tienen capacidad intelectual o política para refutar una idea o un planteamiento es acusar a su proponente de ser “de derecha”, o “arenero”, y con eso zanjan la discusión.

En el comunicado del FMLN todo lo relativo al veto del presidente se debe a la derecha, a sectores de la derecha, a presiones de la derecha, a la derecha disfrazada de sociedad civil. No hay buenos argumentos, ni siquiera para defender las posiciones del Frente que a algunos nos parecen más legítimas. Es hora, por tanto, de rectificar. El FMLN necesita y merece un pensamiento de mayor calidad. El país también.

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