Esta semana llegaron a mi escritorio dos libros que todo maestro (a) debiera leer: “Escuela Normal Alberto Masferrer, 50 años de Magisterio” de Baltazar Díaz; e “Introducción al estudio de los valores” de Eduardo Badía Serra.
Escrito por Óscar Picardo Joao.06 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.
Aprovechando este espacio me permito realizar dos breves recensiones sobre estas obras, que sin lugar a dudas son una buena noticia para el árido escenario editorial educativo de nuestro país.
La obra de Baltazar Díaz sobre la “Escuela Normal Alberto Masferrer” –a 50 años de distancia– nos presenta la vivencia de una generación de maestros normalistas, sí de MAESTROS –con mayúsculas– que enseñaban y transformaban en sus aulas con “desprendimiento y autorrealización”, es decir, con mística. El libro contiene datos históricos de los orígenes de las escuelas normales, descripciones de la infraestructura, anécdotas y experiencias, producción intelectual y artística de los actores protagónicos, autobiografías de los alumnos de la época y de sus grandes profesores, programa de estudios, documentos, entre muchos otros datos.
De este bagaje impresionante de información quisiera destacar y compartir el “Juramento del Maestro Salvadoreño”, texto que da muchas pautas para resolver los problemas de hoy: “Juro: 1.- Defender la libertad e integridad de la patria; 2.- Acatar la Constitución de la República; 3.- Fomentar el ideal de unidad centroamericana; 4.- Cultivar el acendrado amor a la humanidad; 5.- Honrar a mis padres y a mis maestros; 6.- Ser tolerante, justo y bondadoso; 7.- Arrancar de mí la envidia, el rencor y el odio; 8.- Buscar siempre la verdad, la belleza y el bien; 9.- Hacer de mi vida una conducta irreprochable; 10.- Dignificarme por el trabajo y el estudio; 11.- Consagrar mis fuerzas al hogar y a la escuela; y 12.- Permanecer fiel a mi vocación de maestro”.
Conversando con dos protagonistas de esta historia: Nora Teresa García de Rivera y José Ernesto Urbina Barrientos, pude verificar el punto 10 del juramento... la dignificación se construye por el trabajo y el estudio.
La obra de Badía Serra, como era de esperar, posee un talante filosófico, enciclopédico y universal. En el primer capítulo el autor nos induce desde lo filosófico a lo existencial, planteando el asunto de los valores como una necesidad para la problemática realidad actual (lo terriblemente material), superando la vertiente del discurso con una apuesta pragmática (los valores en teoría contra en la práctica). El segundo capítulo nos presenta la teoría de los valores (posiciones axiológicas breves) en la historia de la filosofía; un verdadero viaje intelectual por el vitalismo, el utilitarismo, pragmatismo, de carácter universal y también local; destacan aquí los aportes de Kant, pasando por Scheler, Ortega y Gasset, Morentes, Marías, Frondizi, Lara, Fernández, Galindo, Fromm, Zubiri, Caldeira, Juan Pablo II, Bunge, Hartman y Hessen.
El capítulo III, muy amigable, por cierto, presenta dieciséis concresiones de los valores vistos por diferentes filósofos y pensadores, lo que me recuerda un libro que editamos juntos en 1998, concretamente en el centenario del nacimiento de Xavier Zubri, sobre la visión del hombre en la historia de la filosofía.
La obra se cierra con un conjunto de Adendas, entre ellas: la reforma educativa y moral del pueblo chino; la crítica a la moral de Nietzsche; los valores, la ciencia y la tecnología; y los valores y el posmodernismo.
Ojalá que este tipo de obras ingresen al aula, a través de los maestros, y comiencen a transformar nuestro sistema educativo; la obra de Baltazar Díaz aporta las claves para los docentes que necesitamos, y la obra de Eduardo Badía Serra presenta un mapa axiológico para evitar el naufragio en las encrespadas aguas del consumismo y recuperar la educación esencial de la condición humana.
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