EDH-Editorial-Controlan lo que comen, piensan, visten y hacen

No es casual que del Medio Oriente no surgen tendencias pictóricas, literatura, cine, tecnología, descubrimientos científicos, nada que aporte al progreso de la humanidad

06 de Abril.Tomado de El Diario de Hoy.

 

Los nazis, como los marxistas y los países islámicos fundamentalistas, basan y asentaron su poder en el control de lo que sus súbditos hacen, piensan, visten, comen, leen, miran y actúan. Llegan al extremo de ejecutar al que se opone o intenta romper los dogmas.

Es claro que en Egipto, el segundo país árabe en sacudirse la dictadura, la gente es más independiente, menos embobada de lo que son los iraníes, los pakistaníes, los afganos y sobre todo los árabes sauditas. En buena parte eso se debe al enorme turismo que tienen, como también al hecho de que una significativa parte de su población es cristiana.

Con los turistas arriban ideas, modos de vestir, se conversa, se discute e inclusive se hacen amigos. Eso, por cierto, sucedió en Centro-América a partir de mediados del Siglo XIX: con el comercio marítimo llegaban libros, se intercambiaban noticias y experiencias, se dejaban niños y los buenos marineros se quedaban en el puerto y formaban familias.

Pero en las sociedades autoritarias y las dictaduras sólo con dificultad se entra y con mucha mayor dificultad se sale. Viajar detrás del Muro de Berlín, el de la infamia, era casi imposible; intentar salir significaba la muerte para la mayoría. En Berlín hay un museo "del Muro" donde se exhiben los aparatos, engaños y proezas de los que pudieron escapar.

Pero los muros al pensamiento, a la expresión, al arte, son todavía más impenetrables, como lo demostró la persecución a artistas como Chagall y Nolde, a quienes se les calificaba de degenerados. Esa prohibición llega a su extremo más enajenante entre los musulmanes, a quienes está vedado representar figuras, personas y objetos reales.

Al perseguir el arte se destruye no sólo al artista como persona sino también al alma de los conglomerados. Los artistas, sean escritores, músicos, arquitectos, pintores, dan cuerpo a anhelos, ideas y sentimientos que están en el espíritu del tiempo y necesitan salir a luz para marcar los nuevos rumbos de las sociedades. Pero cuando se imponen dogmas inconmovibles, doctrinas rígidas que no admiten variantes, las sociedades se momifican.

¿Son ahora libres? ¡Liberen a sus mujeres!

No es casual que del Medio Oriente no surgen tendencias pictóricas, literatura, cine, tecnología, descubrimientos científicos, nada que aporte al progreso de la humanidad, como no salió nada de valor del colapsado "bloque socialista de naciones", de Cuba o de Corea del Norte.

Castro innovó la industria de los secuestros y de la subversión, pero de Cuba no ha salido ninguna patente importante, ninguna nueva industria, ningún aporte a la moda o a la gastronomía.

Tan estéril es el Caribe socialista, como el Medio Oriente fundamentalista. Los únicos inventos son enfermedades nuevas que los hospitales cubanos curan y por curar cobran muy bien a los pobres turistas de clínica.

Habrá que ver lo que egipcios, tunecinos, libios, yemenitas y Dios mediante sirios, hagan con sus libertades conquistadas a costa de enormes sacrificios y sufrimiento. Lo más importante es liberar a la mujer de usos, costumbres bárbaras y pura estupidez; alguien dijo que un inglés trata mejor a sus perros, que los talibanes y los saudíes a sus esposas, hermanas e hijas. Esa situación ha rebajado la economía de los países fundamentalistas a la mitad, al anular el aporte que las mujeres pueden hacer e innovar.

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