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2011/04/02

EDH-Diálogos... ¿de sordos?

 María A. de López Andreu.02 de Abril.Tomado de El Diario de Hoy.

Nuestro país sufre una ola galopante relativa a formación de comisiones y comités de consulta, de apoyo, de especializaciones, de diálogo, de ciencias ocultas y de cuanta gestión, existente o por existir, pueda usted imaginarse. Por eso, me ha parecido práctico y oportuno compartir párrafos y consejos de un ar- tículo que, con el título de "Aprender a conversar", escribió hace un par de años el presbítero y doctor Antonio Orozco Delclós.

"Con-versar --dice el Dr. Orozco-- equivale a versar juntos sobre un mismo tema, asunto o argumento. La conversación --el diálogo-- es de dos, o más. Pero juntos y sobre una misma cosa. Si hay dos o más hablando de cosas distintas ya no es una conversación ni es un diálogo", sino cualquier otra cosa.

Hasta aquí, ninguna sorpresa. Todos coincidimos con la descripción anterior. Entonces, ¿por qué tanta dificultad en "dialogar" y llegar a acuerdos?

La respuesta, como todas aquellas que son sabias es, a la vez, fácil y complicada: porque resulta que las diferentes partes están convencidas de estar hablando sobre el mismo tema, de estar comprendiendo de la misma manera todos los términos. Pero, realmente, no es así.

Para demostrarlo, el Dr. Orozco cita varios ejemplos que lo comprueban; ejemplos de situaciones reales, que han sucedido, incluso, entre médicos o grupos de profesionales muy cultos, pero que han interpretado el concepto en discusión, de manera totalmente diferente. Por supuesto, el debate se vuelve infructuoso y termina, muchas veces, profundizando los problemas en lugar de solucionarlos.

El Dr. Orozco propone varios ejemplos para evitar caer en situaciones semejantes, especialmente cuando los temas a tratar son de vital importancia para el conglomerado. Citaré solamente un método, que me parece el más adecuado para procurar que, por fin, la "comisionitis" dé buenos resultados en nuestro país. Se trata de la técnica de Anatol Raport. El Dr. Orozco comenta que, aunque el método quizá parezca lento, es muy eficaz, ya que evita discutir sin saber exactamente cuál es el objeto del que se está hablando.

Esta técnica para solucionar problemas consiste en que, en caso de conflicto, cada grupo expone clara y concretamente su posición. Pero, para continuar, en vez de que cada parte amplíe su propia definición del problema, el grupo "A" debe exponer de un modo exacto y detallado la opinión que ya expuso el grupo "B", hasta que éste (B) acepte la exposición y la declare correcta. Después, el grupo "B" ha de definir la opinión de "A" de un modo que resulte satisfactorio a éste (A).

Por supuesto, para poder definir el problema como lo mira el otro, la primera condición es escuchar atentamente y de verdad. Porque, por lo general, cuando estamos en un debate, mientras habla el oponente, estamos pensando en qué vamos a responder, en lugar de escuchar qué nos está diciendo. De allí que, aplicando esta técnica, suceda no pocas veces que una de las dos partes en litigio diga asombrada a la otra: "Nunca hubiera pensado que usted creyera que yo pienso así".

Todos sin excepción, tenemos necesidad de comunicarnos correctamente en nuestra vida personal, laboral y social. Sin embargo, los consejos del Dr. Orozco son vitales para quienes tienen la responsabilidad de gobernarnos y dirigirnos, ya que están obligados a dirimir conflictos y mantener la paz. ¡Basta ya de diálogos de sordos!

elsalvador.com, Diálogos... ¿de sordos?

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