Ha habido en los últimos días un aumento considerable de accidentes de tránsito, la mayoría provocados por buses.
Escrito por Jaime Ramírez Ortega.02 de Marzo. Tomado de La Prensa Gráfica.
jaimeramirez_ortega@hotmail.com
Esto sucede por dos razones esenciales. Una es por la falta de valores y concienciación de los personas que se dedican a conducir, no tienen modales para tratar a los usuarios, conducen a alta velocidad como si estuviesen transportando animales, hacen paradas en lugares no autorizados, congestionan las arterias principales creando las famosas “trabazones” y nadie les puede decir nada porque inmediatamente amenazan a cualquiera, en el mejor de los casos; de lo contrario, quiebran vidrios de carros particulares, incluso atentan contra la vida de otros conductores solo porque les pitaron y les reclamaron para que se aparten de la vía publica, sin contar que cuando atropellan a alguna persona la dejan tirada como si fuera un perro que arrollaron, abandonan la unidad y nadie les dice nada.
Todas estas malas prácticas que atentan contra la vida de las personas y que generan desorden en la vía publica se dan por el poco control que tienen los conductores, tanto del Viceministerio de Transporte como de los dueños de las unidades, dándose el lujo de conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
Sin embargo, son buenos para pedirle al Gobierno que les perdone las esquelas o que se las cobren por medio de trabajo comunitario. Y lo hacen con una gran soberbia, por medio de marchas y protestas, y pronto se les olvida todo el dolor que le han causado al pueblo.
La segunda razón es que a los dueños de los buses no les interesa que los conductores tengan buenos modales o una buena conducta frente al usuario. Les importa una buena ganancia y no que se pasen un semáforo en rojo o que violen los derechos de los demás conductores, llevando al gremio del transporte a ser tildado de anárquico. De manera que tampoco les interesa darle a sus unidades un mantenimiento preventivo que evite futuras tragedias.
No obstante, con los últimos accidentes provocados por los conductores del transporte colectivo, queda en evidencia el poco mantenimiento y la mala fe de este gremio tan cuestionado.
Todos los salvadoreños hemos visto en los últimos días que los transportistas, por cualquier cambio de precio del combustible, quieren aumentarle al pasaje y hacen protestas, paralizan el transporte, amenazan al Estado diciendo que si nos les resuelven sus demandas de aumento de subsidio van a aumentarle al pasaje y no les importa nada.
Esto conduce a la conclusión de que estamos frente al abuso exacerbado de parte de este sector, donde ellos piden y el Gobierno tiene que acceder a sus peticiones, como el recién aumento del subsidio a $750 por unidad que les otorgaron. Ahora no están satisfechos con esto, sino que quieren que el Gobierno les perdone las esquelas a sus unidades, dando a entender que ellos son superiores que los demás ciudadanos honestos. O sea que si el día de mañana se les muere algún pariente, ¿también le pedirán al Gobierno más subsidio para enterrarlo? ¿Hasta cuándo permitirá tanto chantaje el Gobierno?
En conclusión, si el transporte es malo y no les deja las utilidades soñadas, señores, busquen otro negocio. Ya dejen de estar pidiendo. Comiencen a ser creativos y propositivos.
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