10 de Junio. Tomado de Diario Co Latino.
En las últimas semanas ha sido tema de la cotidianidad, en términos negativos o de preocupación, el subsidio al gas propano que próximamente implantará el gobierno. La medida, si bien es necesaria, no será realidad solo por cuestiones del erario público, sino, también por presiones de los organismos internacionales, léase FMI o BM.
De acuerdo con las estimaciones estatales, el subsidio podría ponerse en marcha entre julio y agosto. Qué significa esto, que quienes sean favorecidos seguirán pagando el cilindro de 25 libras, por citar un ejemplo, a $5.10 centavos, y los que no entre $13 y $15. En este último caso el precio variará según los precios del petróleo y sus derivados.
En términos generales se entiende que los subsidios deben favorecer sólo a los que lo necesitan, sobre el entendido que hay decenas de miles de salvadoreños que bien pueden pagar el costo real del producto.
No obstante, el estudio de quien necesita el subsidio y quien no, debe ser analizado a profundidad, pues, el parámetro anunciado por el gobierno no es del todo realista. Según dicho parámetro, los beneficiarios del subsidio serán aquellos hogares que consumen hasta 99 kilowats de energía al mes, cifra que nos parece muy baja, irreal, pues, ese consumo será solo para aquella familia que solo tiene un foco, y champa en este país, ni mucho menos casas con un solo foco.
El subsidio no debe verse para el lumpen proletario, sino para grandes sectores de la sociedad sistemáticamente golpeados por el neoliberalismo, es decir, aquellos que tienen refrigeradora, televisor, lavadora y otros enseres eléctricos porque se los mandaron familiares que se fueron “mojados” hacia los Estados Unidos.
Cuando el Ministerio de Economía y otros dicen en sus encuestas de hogar que centenares de familias tienen esto y lo otro, creen que es por el salario que ganan en las maquilas, o en la fábrica o en el gobierno. No los tienen porque se los mandaron del Norte, o porque los compraron con la ayuda que reciben del Norte.
Esos artículos los llevan a gastar energía eléctrica, los cuales ya son imprescindibles en el seno familiar, inclusive, hasta para burlarse de su condición social, para aparentar otra realidad.
Estas cosas son las que debe analizar el gobierno, el Presidente de la República para tomar una decisión correcta, y no como la del agua, que todavía tiene descontentas a decenas de miles de familias humildes por los incrementos a la tarifa del agua. Por cierto, el subsidio al agua, en un cien por ciento, debería ser hasta los 40 metros cúbicos, no 20 como ha quedado.
En cuanto al subsidio al gas propano y a la energía eléctrica, la propuesta del FMLN es justa, la más justa, y es la que debería retomar el gabinete económico para que sea avalada por el Presidente Mauricio Funes. Es decir, subsidiar hasta los 300 kilowats, tal como está en este momento, y tomar ese consumo para el subsidio del gas propano.Editorial
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