Hacer el giro hacia lo que la democracia les demanda es vital para la estabilidad nacional y para la garantía del avance hacia el desarrollo.
Escrito por Editorial.22 de Enero. Tomado de La Prensa Grafica.
La problemática nacional se ha venido volviendo cada vez más compleja y exigente, y, en contraste, la dinámica política se ha quedado rezagada en eso que comúnmente se da en llamar “polarización”. Dicha “polarización” no sólo afecta a las fuerzas directamente enfrentadas, sino que genera una serie de efectos colaterales nocivos y perversos, como se pudo ver en el pasado con las alianzas coyunturales entre partidos para fines estrictamente aritméticos en la Asamblea Legislativa, sobre bases evidentemente turbias o, al menos, sospechosas. Si se hubiera hecho lo necesario para gestionar las relaciones interpartidarias en forma congruente con la lógica democrática, desde el principio de la posguerra, otros gallos nos estarían cantando.
El año 2009 fue el más complicado y desafiante de la posguerra en dos cuestiones fundamentales: la economía y la seguridad. Este resultado tan perturbador debe ser el principal acicate para enfrentar las cosas de una manera distinta en 2010. Ha quedado en más evidencia que nunca que hay vulnerabilidades estructurales en el país que ya no pueden seguir estando en el limbo de la negación o en el tanteo constante de los tratamientos superficiales. El sistema económico necesita reajustes de fondo y se requiere una política de seguridad que responda de veras a los retos del fenómeno real que vivimos.
Nada de esto puede lograrse si los partidos políticos siguen comportándose como lo hacen hasta la fecha; es decir, sirviendo más a sus propios intereses que a los de la colectividad que presuntamente representan. Hacer el giro hacia lo que la democracia les demanda es vital para la estabilidad nacional y para la garantía del avance hacia el desarrollo.
Construir proyectos de futuro
El Gobierno ha anunciado que, dentro de poco, le presentará al país un plan quinquenal de desarrollo, en un marco estratégico de más largo alcance. Tal iniciativa es, en sí, positiva, porque ya no podemos seguir dependiendo de meros impulsos de ocasión, al vaivén de las circunstancias. Pero hay que decir, al mismo tiempo, que una iniciativa de tal naturaleza requiere una base de consenso lo suficientemente amplia y sólida para producir resultados que no sean sólo luces de bengala. Lograr dicha base de consenso sólo será posible si las fuerzas políticas emprenden, en serio, un proceso de entendimientos razonables, que no sean las componendas de siempre.
En el fondo lo que está es el imperativo de acordar una visión nacional de futuro, para lo cual los distintos actores que se mueven e influyen en la realidad deben entrar en una línea de responsabilidad compartida, que pase de las palabras a los hechos en forma verificable y confiable. La gran pregunta es si dichos actores están efectivamente dispuestos a hacerlo, después de tanto tiempo de comportarse según las más rancias y obsoletas imágenes del pasado.
El momento es más que oportuno para emprender un esfuerzo semejante, y la clave está en generar ejercicios realistas, que no estén atados a un pragmatismo oportunista ni vayan a flotar en los idealismos o los tecnicismos impracticables. Y esto funcionará si nadie busca apropiarse del mérito resultante ni del éxito posible.
No sera posible. Desafiando la imaginacion es dificil ver a la derecha, con su innato atraso, apoyando proyectos de Funes. Imposible!. Lo que hay que tratar de hacer es darle el maximo apoyo a Funes, todos y cada uno de los que votaron por Funes deben apoyarle. En el camino Funes tiene la tarea de comprobarle a la derecha mas accesible de que no necesitan dejar de ser de derecha. Ellos deben de seguir haciendo oposicion seria y estructurada. Deben ser garantes de que la corrupcion disminuya, deben argumentar en contra de proyectos dudosos( asi le dan la oportunidad a la izquierda de defender sus proyectos y pulirlos o desecharlos ). El apoyo que se necesita de la derecha no debe ser puesto en el plano de "vencidos" o "vencedores". Funes por su lado tiene la tarea de persuadir a la derecha de que su posicion economica y politica pueden ser sostenibles e incluso mejorados, en total armonia con el desarrollo de los demas.
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