Escrito por Carlos A. Rosales. 22 de Enero. Tomado de La Prensa Grafica.
Ya era tiempo que alguien lo hiciera. Había ya un retraso de 18 años. Pedir perdón en nombre del Estado por los excesos y abusos cometidos durante los 12 años del conflicto armado era una deuda pendiente. Qué bien que el presidente Mauricio Funes finalmente lo haya hecho.
En ocasión de conmemorar los 18 años de la firma de los Acuerdos de Paz, el presidente Mauricio Funes hizo algunos anuncios que reparan varios desaciertos históricos. Primero, pidió perdón en nombre del Estado por los abusos cometidos por instituciones del Estado en contra de la población civil durante el conflicto armado.
Segundo, el presidente anunció la recuperación del 16 de enero como fecha digna de celebración por ser el aniversario de la firma de la paz. Por último, el mandatario anunció la creación de varias comisiones gubernamentales cuya misión será la búsqueda de niños extraviados durante el conflicto, y buscar soluciones para los lisiados de guerra.
Cada cierto tiempo, sobre todo en épocas de campaña electoral, el tema de los abusos a los derechos humanos durante la guerra civil sale a la luz pública. Por un lado están los sectores radicales que piden la derogación de la Ley de Amnistía. Por otro lado, están las voces más prudentes que argumentan que dicha ley, con todo y sus defectos, es el instrumento que garantiza la armonía y la convivencia nacional.
Sin embargo, lo que casi nunca se había discutido públicamente era la posibilidad de que un presidente de la república cumpliera su responsabilidad histórica de pedir perdón en nombre del Estado por los excesos cometidos por instituciones estatales durante el conflicto interno. Hacerlo era una deuda pendiente.
Debido a dogmas partidarios, ningún presidente arenero lo había hecho. Pero por ser el único presidente arenero que no arrastraba el bagaje del conflicto armado, el ex presidente Antonio Saca era el llamado a hacerlo. Pero, al planteársele la idea, el ex mandatario optó por escuchar voces obtusas que rechazaron la moción. Como si negando la historia se consiguiera cambiarla.
En 2004, el ex presidente Óscar Berger –de derecha– lo hizo en Guatemala. El gesto del mandatario chapín fue bien acogido por la crítica nacional y por la comunidad internacional. Al igual que aquí, en Guatemala también era deuda histórica por las masacres y los abusos cometidos en el vecino país durante los 36 años de guerra interna.
Fue evidente que varios representantes del partido ARENA mostraron su desacuerdo guardando silencio durante la ovación conferida por los presentes a los anuncios de Funes durante el acto de conmemoración de la firma de la paz. Algunas cosas nunca cambian.
Pero esa mentalidad es precisamente una de las cosas que deben cambiar en ARENA. De lo contrario, el otrora partido de gobierno no logrará enrumbarse hacia una transición exitosa, de ser un partido político de la guerra fría, a ser un instituto político moderno y pragmático.
Pero también es cosa de astucia política hacer cosas que van a generar más opiniones favorables que desfavorables. Para no mencionar la importancia de reconocer los errores del pasado y tratar de corregirlos.
Era obvio que un presidente de izquierda lo iba a hacer, pero el hecho de que un presidente de derecha no lo hiciera representa una oportunidad perdida para cerrar esa controvertida página de la historia nacional. Esto empero, no desmerita en nada lo hecho por el presidente Funes.
Al contrario, como en otras ocasiones, el mandatario salvadoreño demuestra una vez más su pragmatismo y su capacidad para aprovechar las oportunidades políticas que se le presentan. Ahora solo falta que el FMLN también pida perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.