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2010/01/22

LPG-Alborota el avispero

El ministro de Educación debería ocuparse de educarnos para conocer el contenido de la Constitución y ejercer los siete artículos afectados por el artículo 248. Esa sería una gran contribución a nuestro sistema político.

Escrito por Sandra de Barraza. 22 de Enero. Tomado de La Prensa Grafica.

Los ciudadanos esperamos que los funcionarios públicos conozcan, reconozcan y ejerzan su papel. Nosotros, los ciudadanos, tenemos el derecho de opinar con libertad y responsabilidad y hasta tenemos el derecho y la libertad de opinar diferente. Un funcionario público tiene el deber de opinar con responsabilidad y en el marco de lo que la ley le manda y tiene la obligación de hacer lo que la ley le ordena. En el ejercicio de este derecho y deber de estar informado, estar ubicado y ejercer la prudencia es conveniente.

Llegamos a los 18 años de la firma de la paz. Y desde entonces se sentaron bases de convivencia política y social y se crearon mecanismos para el diálogo con distintas expresiones y en distintos temas. El país ha sido ejemplar por ese proceso. Desde afuera se demuestra reconocimiento y valoración a nuestro proceso. Y en nuestro pequeño territorio, a estas alturas, la mayor parte de la gente se concentra y empeña en la supervivencia y confía la representación en “nuestros delegados”, esos descritos en la Constitución de la República.

Han surgido actores organizados en partidos políticos. Por ley esos partidos son la expresión de nuestro pluralismo político y el instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del gobierno. Hay poca renovación de liderazgo y eso afecta la credibilidad porque es del interior de los partidos de donde salen los “delegados temporales” para ejercer la representación de los intereses ciudadanos. Muchos creemos que los partidos y sus dirigentes quedan atrapados en los intereses personales y partidarios, que falta transparencia y que la rendición de cuentas está pendiente.

La evaluación, la crítica y las sugerencias para el fortalecimiento del papel de los partidos se mantienen vigentes. Poco se ha hecho. Las iniciativas ciudadanas han avanzado, pero los intereses de los dirigentes de los partidos políticos hasta la fecha siguen siendo el gran obstáculo. Y en la Asamblea Legislativa siguen con la “representación del pueblo” aquellos por quienes no votamos. Los cocientes y los residuos les favorecen. Los cocientes y los residuos desdibujan las preferencias ciudadanas.

Concentrar esfuerzo en fortalecer la democracia asegurando mecanismos de representación de los intereses ciudadanos en los partidos políticos es una tarea pendiente. Poner el nombre y el apellido en el o la que pone la cara por cada departamento haría diferencia. Al menos podríamos cambiar la ubicación de los “delegados del pueblo en la Asamblea Legislativa”, sentándoles no por partido para que se acuerpen, sino por departamento para que tengan referencia geográfica. No más hay que mover sillas y reubicar las banderas. Pero esto es imposible. Y entonces ¿cómo explicar que el vicepresidente de la República demande reformas en la Constitución de la República? Y ¿cómo se justifica que el ministro de Educación utilice adjetivos ajenos al currículo nacional para calificar la Constitución de la República?

En un momento en el que el país necesita de confianza y más confianza en el ejercicio de la democracia, que el vicepresidente de la República emita opinión sobre el artículo 248 de la Constitución genera un ambiente similar al del avispero alborotado que amenaza a cualquiera que esté cerca. El ministro de Educación debería ocuparse de educarnos para conocer el contenido de la Constitución y ejercer los siete artículos afectados por el artículo 248. Esa sería una gran contribución a nuestro sistema político. Las declaraciones del vicepresidente de la República contradicen el programa del FMLN y afecta uno de los factores fundamentales para superar la crisis: la confianza.

Me alegra que esté distribuyendo uniformes y paquetes escolares. Pero “Sacar al país de la crisis y colocar el país en la ruta hacia el desarrollo” como se plantea en el Programa de Gobierno del FMLN exige confianza en el sistema jurídico institucional de nuestro país. Nadie va a invertir si corre el riesgo de cambios en las reglas de juego. Sin ir tan lejos basta con analizar por qué se van a Costa Rica las grandes inversiones extranjeras directas. Sin ir tan lejos, pregunten por qué ni los salvadoreños están invirtiendo en el país. Falta de confianza dicen.

Los uniformes y los paquetes escolares no sacan de la crisis. El desafío de país es el desarrollo con equidad. Y para esto se necesita inversión, se necesita empleo, se necesita hacer crecer la economía. Para esto la alfabetización es insuficiente, se necesita gente con educación media, bien educada, que se comunique bien, que domine el inglés, que sea capaz de aprender y que sea capaz de decidir. Desde el Órgano Ejecutivo esta debe ser la ocupación. Falta hacerlo bien.

Alborota el avispero

1 comentario:

  1. No entienden.. ni pueden entender.. habra que esperar a que una nueva generacion les reemplace. Es falta de sentido comun hacer esas declaraciones en estos momentos de pedidas de perdon sin fondo. Hubiese preparado una cuantas oraciones bien puestas para desbalancear a arena por las tenebrosas declaraciones de calderon acerca del perdon de Funes. Lo que el maistro debe hacer es dedicarse a trabajar duro.. mas que los de su entorno... para mejorar las condiciones de vida de los mas humildes y contarnos acerca de los avances y sus aventuras mientras lo hace. Yo le escucharia y yo, con mucho gusto, le daria el puesto ideologico al que ellos con tanta angustia quieren afianzarse: el de "revolucionario".

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