Escrito por Manuel Sorto. 02 de Enero. Tomado de Contra Punto.
Suelto cosas, casi a lo loco, las primeras que se me vienen... y sin pajas, casi deliro...
SAN SALVADOR - Estoy sorprendido que no hubo mayor comentario de la prensa independiente y seria sobre las palabras y el mensaje de Mauricio Funes el domingo 6 de diciembre por la noche. No fue comentado ni en ContraPunto ni en El Faro.
Mauricio Funes Cartagena tuvo un « mensaje » claro y conciso, sin faltarle un par de puntadas brillantes, como casi siempre suelen tener sus discursos. Si en el de toma de posesión soltó lo de su « sueño » de convertir El Salvador en una especie de « microchip » como alquimia y simbiosis posible para amalgamar nuestra diminutez geográfica con nuestra sobrepoblación (una de las dos o tres más altas del mundo si no me equivoco) a partir de nuestra gran capacidad de trabajo y curiosidad y deseosos siempre de emprender nuevas cosas (y ahora más que nunca).
Pues ese domingo dijo: « O todos en la cama o todos en el suelo ». Más claro, ni el agua. No sube el IVA ni el impuesto sobre la renta pero sí los impuestos sobre el alcohol, el tabaco y la compra de artículos e importaciones de lujo. « Que no vengan a decirme que todos los salvadoreños pueden comprarse yates o carros de 60,000 dólares », dijo. Señaló en lo que serán reinvertidos: la salud, la educación y desarrollo de los más necesitados.
Suelto cosas, casi a lo loco, las primeras que se me vienen... y sin pajas, casi deliro...
Nuestra diáspora migratoria y de exilio tanto político como económico nos ha llevado a tener colonias abundantes en casi todos los países y continentes. En unos más y en otros menos. Un músico amigo mío, por ejemplo, tiene cuatro nacionalidades: salvadoreño, estadounidense, nicaragüense y francés; hoy por hoy trabaja en Arabia Saudí y pasa vacaciones en San Francisco California o en París. Mi hijo tiene derecho a tres nacionalidades y quizás cuatro, la mexicana por nacimiento, la francesa por su madre (y la vasca si existiera jurídicamente como muchos ahí quisieran) y salvadoreño por este su servilleta.
En Australia un amigo pintor, ya no es que trata de comprender a los canguros: los ama, los respeta y les habla como se le habla a los caballos. En Australia hay mucha más gente, y con esto no quiero comparar esas nuestras comunidades con la de Los Ángeles, donde al menos tengo tres tías y más de una docena de primas y primos y no se cuántos cheros y conocidos. No, no hago comparaciones, solo quiero decir que estamos por todas partes, por todos los países y continentes, por todo el planeta, haciendo innumerables cosas y oficios. Hemos fundado y recompuesto familias y engendrado hijos que aman El Salvador y vienen y regresan y miran y se funden y sueñan con y como nosotros, aunque se hayan educado en diversas ciudades y pueblos y lenguas. En Australia, solo conocidos míos hay al menos otro pintor, un grafista y Ana Josefa, una de las mejores actrices aparecidas por el Cenar de la buena época; yo en lo personal tengo también a Gladys Cáceres, mi prima hermana de Santa Ana, la que deslumbraba a todos en Sensunte montando a caballo cuando venía a la feria de diciembre a pasear y bailar. En Bayona, en el País Vasco Francés habemos tres salvadoreños, ¡y eso es increíble!
Quiero decir que tampoco los salvadoreños somos o significamos sólo remesas como bien sostiene Álvaro Rivera Larios. Desde aquí, donde asustan, puedo decir que esto está que hierve. Las expectativas después del triunfo del FMLN y Mauricio Funes han puesto todo en movimiento aunque no lo parezca. Todos andamos en algo y muchos hemos dejado de andar sólo abriendo la jeta o pendejeando cuando venimos.
Este victoria nos ha mandado a otra realidad. Tanto, que a veces ni nos la creemos. Y hay que concretizarla entre todos. Pero todo está encendido, y corriendo el riesgo de darme con la piedra en los dientes: estamos renaciendo. Todo ha valido la pena y hasta pareciera que el nuevo año se anunciara venturoso y de mucho trabajo; difícil quizás, sí, pero venturoso y transformador: ha llegado la hora de poner los cimientos. Pienso que del 1 de junio hasta la fecha, es decir el medio año pasado no ha servido más que para calentar motores. Algo se estaban y se están cocinando los jodiditos estos en el gobierno, es lo que espero. El año que comienza, creo que el giro social de tuerca será completamente nuevo en nuestra historia. Lo que se viene es inédito. Por mi parte, confío en los dirigentes que hemos electo y les deseo toda la sabiduría y energía para iniciar la transformación del país. Funes y el FMLN están casi terminando lo que cocinan. Despacio porque tenemos prisa, dice mi madre. ¡¡Uff!!! He dicho.
Y espero no tragarme con vergüenza estas palabras. Por ingenuo, como alguien me dejó escrito el otro día en un comentario, tildando un textículo mío de demasiado entusiasta.
Que no nos valgan más gorro las cosas. No nos ahuevemos, hagamos las paces con nosotros mismos; sabemos de lo que somos capaces, sabemos lo que hemos hecho y lo que hemos logrado con tanto esfuerzo y guerra y lágrimas y muertos y exilios, y muchas veces con odio y traiciones, aunque luego las llamemos « errores ». La larga noche de Caín y Abel, que como dijo Roque Dalton, seguimos dándonos de patadas abajo de la mesa. Sólo que este vez se trata, repito, del turno del ofendido. Van a seguir las patadas abajo de la mesa pero sin matarnos. Al menos eso esperamos.
Es que no nos lo creemos el que todo ha valido la pena, todos nuestros muertos y asesinados. Y si creemos que no ha valido la pena y que no hemos llegado a nada con obtener el primer gobierno popular en toda nuestra historia y no estamos dispuestos a echarle huevo al asunto, al menos no estorbemos. Y esto que digo es válido para todas las izquierdas. Dejemos que Mauricio y el Frente desarrollen su proyecto.
Y que también reflexionen los centristas o escépticos, e incluso ciertas derechas moderadas y pensantes, progresistas, o como quieran llamarse. Este es el momento, este es nuestro tiempo. El FMLN fue nuestro ejército y ahora es gobierno. Y ahora vamos a ver si es cierto.
Si no lo hacemos ahora, la Historia nos lo demandará y restregará, no sólo por la cara (sino que con patadas, mínimo por el culo). Somos nosotros los que lo hemos decidido. Lo hemos ganado en la cancha que querían o pedían que jugáramos: la democracia a la occidental. Como quieran, con dribling, con sombrerito, con vaselina, con o sin regateos, y con alegría... Vaya... Viva Morazán, viva Bolívar, viva el Ché y todos nuestros muertos que están más vivos que nunca en nuestra rechingada historia.
Aquino desde febrero de 1833 en el siglo XIX; Ama, Farabundo y todos los nuestros desde enero de 1932 del siglo XX hasta ese ya año 9 del Siglo XXI: el nuestro. Y vamos a ello: es nuestra hora, la hora de América Latina.
Dejemos de darnos de patadas y de meternos zancadillas y agarrarnos de picahielazos entre nosotros mismos: el año 10 de este nuestro siglo se anuncia venturoso y grandes cambios están a nuestra puerta. Sea.
Y si no, que me coma el tigre.
a bathing ape
ResponderEliminarsupreme new york
kyrie 7