En la oscuridad del corrupto y del mafioso no hay gatos blancos o negros, felinos de derecha o de izquierda... en la noche todos los “gatos políticos” son pardos.
Escrito por Roberto Rubio-Fabián.02 de Mayo.Tomado de La Prensa Gráfica.
En este mundo incierto y cambiante, ¿tiene sentido seguir utilizando las categorías derecha, izquierda y centro para definir los distintos posicionamientos políticos, así como para comprender la compleja realidad política de nuestros días?
Una pregunta semejante se hacía hace 17 años el politólogo italiano Norberto Bobbio, en su libro “Derecha e Izquierda” (1994): “...En estos últimos años, se ha venido diciendo repetidamente, hasta convertirlo en un lugar común, que la distinción entre derecha e izquierda que, durante casi dos siglos, desde la Revolución Francesa en adelante, sirvió para dividir el universo político en dos partes opuestas, ya no tiene ninguna razón de seguir siendo utilizada”. La respuesta de Bobbio, refutando al filósofo francés Sartre que sostenía que dichas categorías eran “cajas vacías”, es que sí tiene sentido hacer la distinción derecha e izquierda.
Tal como afirmamos en otra oportunidad en este mismo espacio (LPG, 6/2010), creemos, siempre y cuando abandonemos el mecanicismo y el simplismo, que todavía tiene sentido seguir utilizando las categorías derecha e izquierda, en especial para definir posicionamientos políticos. Hay principios, valores, enfoques que ciertamente los separan. Por ejemplo el énfasis que se da a la equidad y la solidaridad en la posición de la izquierda no se da en la de la derecha.
Sin embargo, no creemos que las categorías derecha, izquierda o centro sean suficientes para dar cuenta de la cambiante y compleja realidad política de hoy en día. ¿Podemos comprender los acontecimientos políticos que ocurren actualmente en los países árabes del Magreb y del Medio Oriente bajo el limitado dualismo derecha-izquierda? Las revueltas de los jóvenes árabes clamando democracia, libertad, participación, así como el fin del autoritarismo, de la censura y de la tortura, ¿obedecen o inspiran en alguno de los mencionados posicionamientos políticos? Ciertamente, este palpitar revolucionario y de cambio en el mundo árabe no podemos ubicarlo a la diestra o a la siniestra del cuerpo social, sino en las aspiraciones profundas del espíritu humano. Lo mismo podemos decir de los miles de militantes organizados en las redes sociales, que como el movimiento Anonymous, su acción política no es ideológica sino programática, basada en la transparencia, el acceso a la información, en la lucha contra la corrupción.
Como afirmamos hace un par de años: “...La definición lineal de los posicionamientos políticos, circunscritos a derecha, centro e izquierda, se ha quedado corta y estrecha. La realidad política del planeta globalizado es demasiado compleja, diversa y fluida como para encerrarla en los reducidos márgenes de las direcciones lineales... En fin, estamos atrapados a una concepción unidimensional del posicionamiento político, donde solo nos movemos hacia la derecha, al centro o a la izquierda. Quizá falta un lenguaje y una cultura política más a tono con los complejos tiempos actuales, donde, como el cubo, no solo hay una posición lineal hacia un lado u otro de la línea, sino también hacia una posición pluridimensional que incorpora lo ancho y lo alto. Una posición donde cabe el adelante y hacia atrás, lo liberal y lo conservador, hacia arriba o hacia abajo, lo nuevo o lo viejo” (LPG, 2009).
Ahora bien, el campo donde las categorías políticas derecha, izquierda o centro quedan completamente desdibujadas, sea como categorías útiles para identificar posicionamientos ideológicos, o sea como categorías de análisis para comprender las realidades políticas, es en el campo de la Ética. En el terreno de la ambición desmedida, el individualismo, el amor al dinero fácil, la corrupción, se borran las ideologías y la díada derecha-izquierda como categoría de análisis político. En la oscuridad del corrupto y del mafioso no hay gatos blancos o negros, felinos de derecha o de izquierda. Parafraseando a Hegel diríamos que en la noche todos los “gatos políticos” son pardos. Y parafraseando al líder reformista chino Deng Xiaoping podemos decir que todos estos gatos pardos no cazan ratones, sino fortunas mal habidas. En el campo de la Ética, los posicionamientos políticos y las acciones políticas se comprenden mejor desde la perspectiva de la decencia/indecencia que desde la de izquierda/derecha.
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