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2011/04/03

EDH-Consumimos más y cosechamos menos

 El frijol que se consume en el país es comprado en Honduras, Guatemala y Nicaragua. Los importadores manifiestan que el llamado "Chino", realmente proviene de Etiopía y no es tan barato

03 de Abril.Tomado de El Diario de Hoy.

 

El frijol que consumen día a día los salvadoreños es cosechado en Guatemala, Honduras o Nicaragua; la cosecha nacional no solamente ha disminuido en los últimos años sino que no parece levantarse a corto plazo. Es más, como alternativa, el grano básico de la alimentación en el país se busca hasta en China.

Es el mismo frijol que llamamos rojo o de "seda" que se cultiva en el país, pero su sabor es diferente ya que incide en él la humedad y el tipo de tierra donde es cultivado.

Es por ello que aumentó su precio, ya que pasó de 50 centavos de dólar el año anterior a casi $1.50, tres veces más de su precio si fuera cosechado en el país.

En la actualidad, ante las medidas tomadas por el gobierno de Nicaragua, para evitar el desabastecimiento, Honduras se ha convertido en nuestro principal proveedor. El frijol proviene de Danlí, a 92 kilómetros de Tegucigalpa, y de Nacaome, ciudad colindante con El Golfo de Fonseca.

El frijol proveniente de Nicaragua costaba 55 dólares el quintal, sin impuestos y el pago de flete, y el hondureño 72 dólares, a los que se deben agregar el IVA y los costos de transporte. Teniendo un costo en el mercado de $81.36 por quintal.

Un importador tiene que pagar por el flete de un contenedor (que transporta unos 600 quintales), un poco más de 800 dólares. A estos gastos se agregan los gastos de aduana, la tasa cobrada por el MAG y el costo de la inspección, lo cuales podrían superar los 350 dólares, sin olvidar el pago a los tramitadores.

Según los importadores, el frijol conocido como "chino" normalmente procede de Etiopía y se le hacen varios análisis para confirmar que está libre de plaga y hongos. Su precio en el mercado nacional puede estar arriba de los 82 dólares por quintal.

Aún con ese precio, el frijol "chino" es más barato ya que solamente paga IVA. El quintal de frijol importado de Honduras, anda entre los 90 y los 93 dólares. Quienes lo traen absorben los gastos para limpiarlo y ubicarlo en las diversas zonas del país.

La diferencia de precios es más que significativa a la hora de comparar el frijol rojo con el negro. Este último en el mercado ronda los 65 centavos de dólar por libra, pero no se consume por el color, aunque el sabor es similar al rojo. El quintal de este cuesta 55 dólares, y se compra en 40. Es traído de Guatemala y Nicaragua.

Para los importadores, si el Gobierno importa frijol, el mercado cambiaría, generando una competencia desleal por parte del Estado. "Ellos no pagan impuestos", coinciden los comerciantes, lo cual supondría que aquellos que han comprado el frijol en la región podrían perder la inversión al no poder competir con los precios que ofrezca el Gobierno.

Además, recomiendan que aquellos que se dedican a la exportación de frijol "chino" deben considerar que la cosecha nacional saldrá a finales de junio, lo cual podría derivar también en pérdidas si se compra más de lo que se consume en el país.

Explican que el frijol chino sí tiene un sabor diferente y un tamaño más pequeño, detalles que inciden en los compradores, porque, como explica un importador: "Los salvadoreños son muy contumeriosos. Se fijan en la textura y en el sabor".

Lo anterior se explica con los nombres: El "chile quemado" y el de "seda" proceden de Honduras y el "negro", de Guatemala. Casi todos tienen el mismo sabor, pero diferente textura y color.

Según un documento del Proyecto Red de Innovación Agrícola-RED-SICTA y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con sede en Nicaragua: "La producción de frijol se ha incrementado en los últimos años, debido al crecimiento sostenido de los precios y políticas de fomento. Sin embargo, el incremento en la producción no ha sido suficiente para satisfacer la creciente demanda, compensada por las importaciones desde Nicaragua". Conclusiones a las que llegaron hace tres años, y nada ha cambiado.

Ya en 2008, El Salvador importaba un promedio de 400 mil quintales de frijol rojo para suplir la demanda que se compone del consumo interno y la exportación hacia los mercados nostálgicos, especialmente a Estados Unidos. Según el informe: "Es por esta razón que la demanda total crece a una tasa superior a la del crecimiento de la población nacional".

Según datos de la Cámara Agropecuaria y Agro Industrial de El Salvador (Camagro), la importación anual ronda los 500 mil quintales. Datos que también se sustentan con los comentarios de algunos importadores, quienes aseguran que traen al país entre mil y 2,500 quintales cada semana. Para la gremial, el tema de la exportación debe estar amparada en el cumplimiento de las leyes y de los requisitos fitosanitarios.

"El frijol tiene que tener todos los análisis en base a los reglamentos correspondientes. Venir libre de plaga y que se hayan hecho todos los análisis para (garantizar) estar libre de enfermedades exóticas", apuntó Agustín Martínez, presidente de Camagro. Aseguró que los problemas del desabastecimiento y de la baja productividad podrían resolverse si el Gobierno implementa un programa agresivo de tratamiento de la semilla porque el problema que existe es la disponibilidad de semilla para cultivar. A los comentarios de Martínez se suman los de los importadores nacionales, quienes consideran que el producto nacional se ve afectado por políticas contrarias al desarrollo de la agricultura nacional.

"La entrega de la Semilla Mejorada está mal. La mejor manera de estimular la agricultura es con semilla y abono más barato", apuntó un productor quien pidió reserva de nombre. Apuntó que para que un agricultor pueda cosechar, tiene que producir 10 quintales (a $12.50 cada uno), y con el dinero de éste, poder comprar una bolsa de 25 libras de semilla que ronda los 125 dólares. Al elevado precio del frijol se suma el del maíz que cada día va para arriba por la escasez de lluvia. En el mercado se comercializa el quintal entre 23 y 25 dólares, cuando regularmente cuesta $16. Estos precios han llevado a las cocineras a reducir el tamaño de las tortillas, las cuales están a cuatro unidades por 25 centavos.

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