Carlos Federico Paredes Castillo.01 de Marzo. Tomado de Contra Punto.
SAN SALVADOR - Las conclusiones que podemos bajar de la muy transparente página web del Ministerio de Hacienda respecto al acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional nos dicen lo siguiente:
· El marco fiscal contenido en el Acuerdo Stand By implica un cambio estructural en el manejo de las finanzas públicas, en el cual se atienden las necesidades de corto plazo (liquidez) dentro de una lógica de sostenibilidad fiscal de mediano plazo.
· La estrategia de endeudamiento de reducir el coeficiente deuda/PIB a niveles del 47.5%, presupone alcanzar un superávit primario promedio de al menos 0.63% durante el periodo hasta 2015, con un crecimiento promedio de 3.1%
· Existen factores de riesgo para alcanzar las condiciones del marco fiscal de mediano plazo: un menor crecimiento económico, dificultad de elevar la carga tributaria, aumentos en la tasa de interés real de la deuda y la no aprobación de los financiamientos pactados con los organismos multilaterales.
· De no cumplir con el SBA, se puede llegar a niveles insostenibles de déficit y de deuda.
Quiero concentrar la atención del lector a los factores de riesgo que representan el elemento central del acuerdo. Esto es, si no se cumplen los supuestos, éste, no tiene validez. Un menor crecimiento económico dependerá al menos de tres elementos que en su orden son: que haya capacidad para ejecutar la inversión pública de manera razonable, lo que significa capacidad de ejecución de la inversión física y que sea inversión de calidad.
Ello presupone que las condiciones previas de desembolso por parte de cada unidad primaria se cumplen a satisfacción, que el proyecto esté adecuadamente diseñado, que las licitaciones se hagan en tiempo, lo que asume que la mesa está limpia de aspectos legales (evitar otra Diego de Holguin con derechos de via no negociados desde el inicio del proyecto).
Requiere que haya liderazgo efectivo en cada cartera de estado que permita con claridad llevar adelante todas las delicadas negociaciones de carácter interinstitucional. Este tema es vital porque requiere de una calidad humana que impregne de alto sentido de responsabilidad a sus equipos de trabajo. Si trabajamos con un personal que viene de administraciones pasadas, estos requieren o de un liderazgo que sepa más que ellos o de un liderazgo que tenga la humildad para aprender y dejar que sean los que tienen más conocimiento los que le impriman el ritmo necesario a la ejecución. Eso pasa por dejar de criticar el pasado y asumir el presente y el futuro con alto nivel de responsabilidad. Pero también implica que cada cartera primaria supere conflictos que evitan que haya la sinergia y la productividad de los equipos humanos, que en vez de sentirse que laboran en una estructura aceitada para cumplir los objetivos, están protegiéndose del aislamiento o peor aún están intentando salvar su empleo ante arremetidas continuas en contra de su integridad profesional porque representan una u otra línea de liderazgo dentro de la administración pública. Y, esto no es respecto a administraciones anteriores, esto ya son conflictos propios que se viven dentro de las instituciones gubernamentales, en unas mas, en otras menos, por diferencias entre los liderazgos actuales, no pasados, de la administración pública. Este ambiente paraliza la productividad.
Requiere que los recursos sean invertidos correctamente, en donde tengan el mayor efecto multiplicador. Debe cuidarse mucho que la inversión no termine en hacer más grande la maquinaria del estado, más bien concentrarse en hacerla más eficiente. El estado mientras más pequeño y eficaz mejor. Que significa en lo fundamental, un estado con alto nivel de productividad. Estos aspectos implican un ambiente de aprendizaje que permita comprobar las hipótesis de la operatividad diariamente. Cada trabajador debe mostrar que puede diariamente hacer mejor la rutina de su trabajo. Debe tomar decisiones, correrse el riesgo!!!
Respecto al riesgo de aumentar la carga tributaria. En esta caso me inclino a hacer un acuerdo con el sector privado de llegar al 17% de recaudación del PIB en 2014, que se vaya midiendo la recaudación en los periodos que se acuerde, y, que sea la libertad económica el ambiente que se priorice, para permitir que el dinamismo de la economía resurja. No es posible crecer a los niveles que se requiere, que prácticamente son de 3.5% por año para poder recaudar a esos niveles pactados con el fondo si no es en un ambiente de sinergia entre el sector empleador, los trabajadores y el gobierno. Esto presupone que el otro actor social fundamental que lo constituye el sector trabajador debe hacer su contribución a la productividad, en tanto que si se logran niveles pactados de crecimiento habrá una correspondencia en mejora hacia sus condiciones de vida. Este ambiente de compromiso de las partes es vital.
El partido en el gobierno debe tener claro que encaminar al país hacia un gasto improductivo es la receta para la crisis Griega. El camino está a la vista. Entonces, es vital cumplir los objetivos acordados con el Fondo Monetario Internacional, pero dicho acuerdo dice mayor recaudación tributaria, no dice como. Dice además el Fondo Monetario que está para responder a las necesidades del país. Si El Salvador le dice que el camino a seguir concertado con los sectores es no la vía de aumentar impuestos, sino por la vía de aumentar la productividad y con ello recuperar el dinamismo de la economía, y, con ello lograr mayores impuestos, el FMI no pondrá restricciones a esa ruta. Recordemos, el acuerdo con el FMI nos dice el que, pero no nos impone el cómo. Si llegamos al reconocimiento que este o cualquier otro gobierno liderado por la oposición necesita cumplir con los objetivos del acuerdo Stand By con el FMI que son totalmente razonables, pues centremos la discusión en que ENADE por ejemplo, sea un espacio para recibir una propuesta del sector privado y del sector trabajador al gobierno para hacer una propuesta concreta en ese sentido. Valdría la pena que el sector privado y el sector trabajador, juntos propusieran un camino. Al menos conocer un posible derrotero que seguir.
Los partidos políticos deben entender que con la comida del pueblo no se juega. Si ese principio está claro, estoy seguro que lograremos un acuerdo a escala nacional. Si esta línea de acción se sigue, la consecuencia será que la reactivación económica nos colocará nuevamente en una condición de solvencia ante los ojos de las clasificadoras de riesgo, ello impactara en el costo del financiamiento que es otro de los riesgos del acuerdo. Bajar el costo de la deuda por la vía de hacer más confiable al país respecto a su capacidad de pago, lo que a su vez impactara en el último riesgo, que los organismos financieros aprueben los desembolsos para el país.
Esto pasa por dejar tranquilo el tema de la dolarización, si tenemos este instrumento y hemos dicho que no lo revertiremos, entonces asumamos que es uno de los dos remos que tenemos y busquemos coordinadamente los movimientos para hacer avanzar la balsa de la economía. El remador en este caso lo representa el objetivo estratégico alcanzado que es cumplir con el acuerdo de Stand By firmado con el fondo. Este acuerdo para comenzar, es un programa mínimo de país. No es necesario inventarse otro, invito a leerlo. Ocupemos las finanzas para fijar el objetivo, estas nos llevaran al desarrollo humano, pero generemos riqueza.
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