Editorial.07 de Mayo. Tomado de Raices.
Como hemos sostenido en este espacio virtual desde el gane de Mauricio Funes, la inseguridad y la crisis económica galopante fueron, son y serán los problemas que ensombrecerán su gestión. Claro que todo depende de cómo le haga frente a dos flagelos que, si bien heredados, a un año de gobierno alguna cuestión debió poner sobre la mesa.
Por lo que dijo en su comparecencia ante el pleno legislativo y de cara a la nación resulta poco convincente que su gabinete de seguridad haya tenido mayores éxitos. Al menos, y para paliar, señaló a la prensa la también reconocida forma de presentar ante el conglomerado las informaciones sobre la violencia cotidiana. Solo el drama, la acusación, pero sin reflexión tampoco sirve.
¿Qué hacer frente a los que se lucran de la inseguridad?, ¿no será que con las 13 muertes diarias y demás fechorías le están diciendo que ellos tienen más cojones que la policía, los soldados, etc.?, ¿hasta dónde el narcotráfico y el crimen organizado tienen permeado al Estado y sus instituciones que las vuelven inoperantes? Son muchas las interrogantes.
Y, al hablar de la crisis económica, si bien lo de los zapatos, uniformes y útiles ha sido una medida que ha ayudado a los desposeídos, no es cierto que sea un avance de primer orden de cara al problema de la injusticia estructural. La asistencia monetaria, aunque modesta, a los ancianos es otro ejemplo que no está mal, pero no nos asegura mayor cosa hacia el futuro.
Sobre el tema hay mucha tela que cortar, pero vale la pena que sobresalga en el análisis el hecho que quienes solidariamente deberían asumir parte de los costos, como son los empresarios privados, tan solo se dedican a demandar del gobierno el “rumbo” que a ellos les conviene, pero sin sacrificar un cacho de sus ganancias.
Ahí debería estar una mejor y justa distribución de la carga tributaria. Los que tienen y ganan más que aporte más. Solo queda el recuerdo de lo que les dijo en su momento aquel embajador estadounidense, republicano por cierto, a esos empresarios que se niegan a pagar los impuestos que les corresponde: gorrones. Muchos le dieron la razón, pero aún no cancelan lo que les corresponde.
En este segundo año de gestión, pues, el gobierno tiene que tomarse bien en serio la inseguridad inaguantable y la crisis económica también insoportable. Ahí está el futuro de lo que significa en el imaginario colectivo el primer gobierno de izquierda en El Salvador y el gobierno del cambio, frases propagandísticas que fueron bien vendidas en la campaña electoral.
Hay que señalar que se necesita también de un esfuerzo intelectual serio y constante ante el desarrollo de los acontecimientos, pero con la menor cuota de pasión. El sistema mediático debería ponerse la mano en la conciencia ante la cantidad de absurdos que se publican como posturas serias, en especial en artículos de opinión. Claro que puede que estemos pidiendo peras al olmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.