El MOP con sus tres viceministerios tiene por atribución legal la responsabilidad de dar salida a estos problemas. Tiene un desafío y una gran oportunidad para lucirse y lucirse bien. Financiamiento, gerencia eficaz y resultados.
Escrito por Sandra de Barraza.04 de Junio. Tomado de La Prensa Gráfica.
El invierno va llegando. Se anunció una entrada tardía. Y después de días sofocantes de calor todos lo esperábamos para que el ambiente “refrescara”. ¡Tantos y tanto que se dijo esto en las últimas semanas! Llegó y su inicio nos ha dejado nuevamente marcados a lo largo y ancho del país con las consecuencias de la vulnerabilidad. No es pobreza... es vulnerabilidad.
Vulnerabilidad. Los medios de comunicación divulgaron que después de estudios especializados, las autoridades se sorprendieron. ¡Todo el territorio es vulnerable! Sí. Así es y así ha sido siempre en estos 20,000 km². Suelos frágiles y quebrados, con hacinamiento por cualquier parte y con el desorden que caracteriza el territorio del país... la topografía y el suelo no dan para más, la dinámica de población tiene el tratamiento que la emigración da y la institucionalidad... bien gracias. Allí está pero es como que no existiera.
El año recién pasado el invierno nos sorprendió de igual manera. Se despidió con Ida y dejó lecciones y estragos de los que a pesar de las fotos, las declaraciones y los discursos, aún no se ha salido. La gente resolvió de una u otra forma su problema levantando de la nada paredes y techando con cualquier cosa. Pero la solución no ha llegado y por más paciencia que se tenga, la verdad es que la solución a las consecuencias de Ida no se ha hecho ver... siguen en trámite y en proceso. Seis meses después y con más fuerza llegó Agatha y lo que hemos visto en destrucción es no más que un leve reflejo de lo que seguramente estaremos viendo al final de este invierno.
Pero... seis meses después es de reconocer que las instituciones y las autoridades responsables de advertir y enfrentar emergencias como la que hemos vivido reflejan aprendizaje acumulado. Protección Civil y toda su estructura de organización territorial pusieron de manifiesto organización y capacidad de advertir y reaccionar a la emergencia. El manejo fue prudente y el agua les dio tiempo de llamar a la presidencia para que públicamente llamara a la prevención y diera garantía y seguridad de medidas para solucionar el problema coyuntural y estructural. Ofreció, otra vez, vivienda.
La crisis mundial, luego Ida y después Agatha han puesto en evidencia la vulnerabilidad en la que vivimos y convivimos, esa eterna vulnerabilidad que demanda respuestas institucionales con gerencia efectiva y resultados concretos, medibles y verificables. Pero las respuestas son lentas, tan lentas que se corre el riesgo de nunca dar ni responder con la solución. Y esto porque las soluciones demandan más que discursos, exigen trabajar con agilidad, articulación y sincronización. Necesitan dinero. Sí. Pero... de poco o nada sirve sin visión ni compromiso articulado.
En el caso de la demanda de vivienda hay muchas historias. No hay terrenos buenos ni suficientes, los terrenos están muy lejos, los terrenos no tienen calificación, no hay suficientes terrenos públicos... hasta llegar al... los quieren vender en una millonada. Y luego... no hay permisos, los permisos tienen trámites engorrosos, no salen los permisos y... hay que repetir el trámite. Entre todas estas historias y declaraciones y con ocho meses de trabajo en el Plan Quinquenal de Desarrollo aparece un recuadro con los principales resultados del Plan Anticrisis a febrero de 2010: “La garantía inmobiliaria por $2.8 millones para cinco proyectos de vivienda social, 188 viviendas disponibles y dos proyectos en licitación”. El PAC tiene una meta de construcción de 25,000 viviendas de interés social. En promedio se han construido 24 viviendas por mes. El avance es del 1%. Falta construir 24,812 viviendas. Si efectivamente se quiere cumplir y dinamizar la economía ¡son 517 viviendas por mes las que tienen que verse levantadas y pintadas! Pero, con el ritmo que llevan... faltan 1,034 meses para llegar a la meta y a este gobierno le quedan no más que 48 meses.
Calles, carreteras y puentes. Si el mantenimiento sigue con ese ritmo, al final del invierno no habrá calle transitable. Estaremos peor que hace 20 años, peor porque ya vivimos lo que significa en el presupuesto familiar y en la competitividad del transporte tener buenas calles y carreteras. Y con Agatha, la cuestión se ha empeorado. Nos quedaremos sin pavimento, sin puentes importantes y con megahoyos. El MOP con sus tres viceministerios tiene por atribución legal la responsabilidad de dar salida a estos problemas. Tiene un desafío y una gran oportunidad para lucirse y lucirse bien. Financiamiento, gerencia eficaz y resultados. ¿Hay que subir el FOVIAL? ¿Hay créditos? Esto, seguramente, es fácil de conseguir, pero no es suficiente.
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