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2010/06/06

LPG-Para los inmigrantes latinos, tres lecciones del apartheid

 Algunos quizá no vean inmediatamente el paralelismo entre las actuales leyes de inmigración y el apartheid en Sudáfrica –que legislaba una clara división entre las razas– pero yo argumentaría que, en la práctica, las dos son muy parecidas y tienen los mismos efectos.

Escrito por Jorge Ramos Ávalos.06 de Junio. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Sabía que comenzar mi reciente entrevista en Miami con el arzobispo Desmond Tutu haciendo una pregunta sobre fútbol iba a distraernos un poco de nuestro tópico principal. Pero con la creciente excitación pública en torno a la Copa Mundial yo quería saber si su país natal, Sudáfrica –la primera nación africana en ser anfitriona–, estaba preparado para el reto.

“Sí, creo que sí”, me dijo Tutu con la sonrisa amplia, libre, de un niño travieso, “tenemos una o dos cosas por hacer pero ha sido maravilloso ver la construcción de los estadios y la emoción”.

Pero si bien la Copa Mundial es importante, mi meta principal era conocer la perspectiva de Tutu acerca de los problemas que están enfrentando los inmigrantes en Estados Unidos. En los años ochenta él fue uno de los más ardientes e importantes opositores al apartheid en Sudáfrica –el brutal sistema mediante el cual la pequeña minoría blanca suprimía y discriminaba contra la población negra mayoritaria. Por esta lucha fue honrado en 1984 con el Premio Nobel de la Paz.

Algunos quizá no vean inmediatamente el paralelismo entre las actuales leyes de inmigración y el apartheid en Sudáfrica –que legislaba una clara división entre las razas– pero yo argumentaría que, en la práctica, las dos son muy parecidas y tienen los mismos efectos: millones viviendo en las sombras y temerosos de ser perseguidos, pago de impuestos sin representación política, deportaciones que separan a familias y falta de acceso a trabajos bien pagados, incluso para aquellos que tendrían las cualidades para realizarlos. La nueva ley antiinmigrante en Arizona, dicen sus críticos, promueve la discriminación racial de la misma manera que ocurrió en Sudáfrica durante el apartheid.

Tutu estuvo de acuerdo y recordó tres valiosas lecciones, aprendidas de la experiencia de los sudafricanos negros bajo el apartheid, que podrían usarse para apoyar los derechos de los inmigrantes hoy en día.

LECCIÓN Nº 1: MANTÉN LA FE EN TU CAUSA

¿Qué pueden aprender los inmigrantes latinos que luchan contra la discriminación en Estados Unidos de la lucha por los derechos humanos que se dio en Sudáfrica? le pregunté.

“Una. Muy importante, es saber que vas a ganar”, me dijo, “la injusticia no puede continuar para siempre. Cuando la gente es injusta y trata a los demás de una forma injusta, también sufre. Y más tarde descubre que es mucho mejor si nos aceptamos unos a otros como miembros de una familia”.

Tutu dijo que la fe de los activistas y de la gente común en la justicia y eventual victoria de su causa –la lucha contra el apartheid– fue lo que hizo posible el fin del régimen de minoría blanca y la transformación de Sudáfrica en una nación pluralista con 11 idiomas oficiales. “Es una forma de celebrar nuestra diversidad”, dijo Tutu, “por eso decimos que somos una nación arco iris”.

LECCIÓN Nº 2: PACIENCIA

El sistema de apartheid en Sudáfrica ya no existe ahora, y la igualdad y los derechos civiles para todos están incorporados a la Constitución del país, pero le dije a Tutu que durante una visita a Sudáfrica noté, todavía, señales de rechazo y discriminación contra la población negra.

Ese cambio tomará tiempo, me dijo. “¿Recuerdas cómo Martin Luther King decía que no se podía legislar que la gente se amara pero que se puede legislar para decir ‘no me linches’? Uno espera que la gente empiece a entender que es mejor vivir en armonía que como enemigos.”

LECCIÓN Nº 3: HUMILDAD EN EL LIDERAZGO

A Tutu le gusta hablar de “Uvuntu”. ¿Qué es eso? “Uvuntu es la esencia de ser humano”, me explicó, “yo soy una persona porque tú eres una persona”.

El hombre que introdujo este concepto de “Uvuntu” a la política fue Nelson Mandela, presidente de la nación de 1994 a 1999. Mandela –quien pasó 27 años encarcelado por sus actividades de oposición a la minoría blanca– fue ampliamente conocido por sus políticas de reconciliación y por negociar con sus enemigos.

Pregunté al arzobispo: ¿Qué deben aprender otros líderes de Nelson Mandela? “Creo que es un don que Dios te da el que puedas ser un líder”, dijo Tutu, “y el gran don es recordar que tú eres un líder para el bien de aquellos a los que lideras. Tú no eres un líder para engrandecerte o enriquecerte. Tú estás ahí por el bien de los que dicen ‘tú eres nuestro líder’”.

Tutu tiene una extraordinaria cualidad de hacerte sentir a gusto y como en casa. Por eso, aunque solo habíamos estado hablando unos cuantos minutos, me atreví a hacerle la pregunta más difícil ¿Qué equipo ganará el partido inicial en el mundial: México o Sudáfrica?

“Soy de México”, le empecé a decir...

Me interrumpió inmediatamente. “¡Mala suerte!”, dijo. Su risa feliz rebotó en las paredes de la habitación, y no pudimos seguir conversando. Le di la mano, él la tomó entre las suyas, fijó su mirada franca y directa en mí y dijo: “Que Dios te bendiga”. Y siguió riendo.

Para los inmigrantes latinos, tres lecciones del apartheid

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