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2010/06/15

EDH-Espejismos políticos

 Luis Mario Rodríguez R. 16 de Junio. Tomado de El Diario de Hoy.

Todos sabemos que los espejismos son ilusiones ópticas que en realidad no existen. Lamentablemente, al observar el desarrollo de los acontecimientos políticos a nivel nacional, estamos corriendo el enorme riesgo de percibir una realidad inexistente o a lo menos confusa en la actuación de los partidos, funcionarios y la sociedad civil.

Naciones Unidas nos señala como el país más vulnerable a los eventos de la naturaleza, como el más violento de Latinoamérica y últimamente, en el marco de la crisis económica, los centros de pensamiento nacionales y extranjeros, indican que probablemente El Salvador presente el menor crecimiento económico en toda la región centroamericana y quizá a nivel continental. Sin embargo, en las áreas que se señalan, el gobierno reivindica una mayor inversión extranjera, un número espectacular de capturas y un triunfo sobre el manejo de los eventos catastróficos de Ida y Ágata. En materia de transparencia, se denuncia la corrupción de los gobiernos anteriores y se calla sobre los señalamientos que el periódico electrónico El Faro ha publicado sobre la contratación directa de Polistepeque y la empresa de seguridad de uno de los allegados del Presidente de la República. Se retrasa la aprobación de la ley de transparencia y acceso a la información pública y las modificaciones a las leyes de Probidad, Corte de Cuentas y Ética Gubernamental, brillan por su ausencia.

En la Asamblea Legislativa, los partidos que tienen un diputado, cuando sientan posición sobre un tema en particular, parece que tuvieran veinte, y los que cuentan con un número significativo que podrían hacer la diferencia a la hora de aprobar una ley, simplemente no tienen una agenda clara, ni voceros calificados que les permitan reivindicar que son una oposición que se prepara, proactiva y leal. Por otro lado, a los partidos liberales se les exige un nuevo discurso, renovación de cuadros y una actuación ética por parte de sus miembros; mientras que a los de izquierda, o por lo menos, los más radicales en esta zona del espectro político, se les percibe como los que tienen la razón, dependiendo si les conviene ser oposición o ser partido de gobierno, los que no necesitan dejar sus cargos en la Comisión Política aunque hayan pasado ya quince años desempeñándolos y los que no deben dar cuenta del destino de los varios millones de dólares que mensualmente les deja el negocio de los hidrocarburos.

En la Corte Suprema de Justicia, en aras de la gobernabilidad, se critica la actuación de aquellos, que pretendiendo moralizar la actividad judicial, eliminan el abuso en el uso de los recursos de ese Órgano de Estado, porque lo hacen tomando decisiones sin "tacto político", lo que ha generado un sisma sin precedentes cuya consecuencia final ha sido el surgimiento de dos bloques al interior del máximo tribunal de justicia. Los que llegaron con la intención de ordenar la casa, agilizar la resolución de los casos que por años no han tenido avance y fortalecer la credibilidad de la última instancia a la que los ciudadanos podemos recurrir cuando se nos ha violentado un derecho, son los que, de acuerdo a algunos, tienen la responsabilidad de lo que está sucediendo al interior de la Corte por su inexperiencia política y por exigir sin contemplación ni diplomacia que se utilicen de una manera responsable los bienes públicos.

Las Instituciones importan, pero también son indispensables las personas que las lideran. Unas y otras son el complemento perfecto para fortalecer la democracia. Cuando el Presidente de los Estados Unidos propone candidatos para el máximo Tribunal de Justicia, lo hace teniendo en cuenta la credibilidad de la entidad de la cual formarán parte los abogados que finalmente el Congreso ratifique. Instituciones fuertes requieren funcionarios sólidos, en los ámbitos ético y académico. La reciente destitución del Fiscal General de Guatemala es un ejemplo de la regla contraria: Instituciones débiles permiten la llegada de funcionarios ligados al crimen organizado, la corrupción y la politiquería. En unas y otras, el ejemplo de los espejismos puede encontrar espacio para su existencia, pero seguramente, en aquellas entidades cuya reforma se ha descuidado y por el contrario, lo que se ha intentado es debilitar su funcionamiento a través de una inobservancia completa del cumplimiento de la ley, la apariencia de "buena gestión" por parte de los funcionarios será una constante que con el tiempo habrá construido una débil democracia, fomentando con ello el descontento ciudadano y el surgimiento de sentimientos afines a los regímenes autoritarios.

La sociedad civil puede entrar al juego de los espejismos ingenuamente. Exigir el cambio por el cambio no puede ser el fin último de los distintos actores sociales. La llegada de nuevos funcionarios a la Corte Suprema de Justicia y al Órgano Ejecutivo debe medirse por resultados concretos, no por expresiones de intención o encuestas de opinión pública, que si bien inspiran e intentan conducir a la unidad nacional, no trascienden al terreno de lo concreto y finalmente, todo sigue igual. A ninguno de los funcionarios los eligieron para ganarse la simpatía de la gente. Muy por el contrario, gobernar y administrar justicia, puede ser, en muchas ocasiones, objeto de malestar para una parte de la sociedad. Lula en Brasil, fue despreciado por sus mismos compañeros de sindicato cuando decidió gobernar con responsabilidad, de la mano del sector empresarial y cumpliendo sus obligaciones financieras con los organismos internacionales. La sociedad civil está llamada entonces a romper los espejismos de origen político, señalando con estudios técnicos en mano, las enormes oportunidades que este nuevo siglo nos presenta para dar un salto de calidad y orientando a la clase política, que casi siempre toma decisiones por la presión ciudadana, a caminar en terreno sólido y fértil, dejando de lado la imaginación y los efectos que una mentira repetida mil veces puede producir.

elsalvador.com :.: Espejismos políticos

1 comentario:

  1. La compra de los espejitos todavia nos juega una mala jugada. La polarizacion politica y economica no permite esfuerzos honestos por mejorar nuestras instituciones. De seguro que hay personas honestas y rectas tanto en la derecha como en la izquierda. Para que las instituciones redirijan su rumbo hacia la eficacia y el apego a las leyes se necesita un nucleo de personeros politicos que puedan trabajar por la nacion muy por encima de sus convenciminetos politicos, cediendo y ganando posiciones, discutiendo y logrando compromisos. Ese tipo de agentes politicos no existen en nuestro polarizado pais. Los unos cargan docilmente la carga de fidelidad impupesta por los poderosos del dinero y los otros se inventan exigencias directas del ideal al que se deben y se agarran de ellas para autoconfirmarse continuamente como dignos de la vida. Nuestra pequeñez humanista nos hecha al suelo. Imposible tirar puentes para salvar a la patria. Igual de tonto y corto si es por el estandard de vida o si es por nostalgias nobles, jamas a concretizar.

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