Teresa Guevara de López.13 de Junio. Tomado de El Diario de Hoy.
La recesión económica que ha golpeado al mundo presenta, en diversos escenarios, actitudes ejemplarizantes y serias medidas tendientes a enfrentar la crisis. Estados Unidos ha inyectado millones de dólares a sólidas empresas e instituciones bancarias, que por despilfarro se vieron tambalear.
Los países más vulnerables de la vieja Europa están ahogados por la enormidad de sus deudas, y su incapacidad para pagarlas. Porque generaron un estado de bienestar, con fuertes subsidios, con un enorme aparato estatal. Como medicina, han aplicado una estricta política de austeridad, rechazada de inmediato por el pueblo que no entiende de finanzas y ya se acostumbró a sólo extender la mano para esperar que el gobierno le dé.
Los países que más peligran, Grecia, España, Italia, Irlanda y Portugal, han acordado aumentar el IVA, reducir el sueldo de los funcionarios públicos hasta en un 15%, congelar pensiones, paralizar contrataciones y privatizar numerosas empresas públicas. Pero también los países más solventes, están tomando precauciones para salvar el euro y evitar las consecuencias negativas de la crisis.
Así Inglaterra, Alemania y Francia esperan ahorrar miles de millones de euros, recortando viajes de funcionarios, nombramientos de asesores externos, subsidios, pensiones, ayudas familiares y muchas otras prestaciones a las que ya estaban acostumbrados. Pero la visión de largo plazo de los gobiernos, y la madurez de sus ciudadanos, les permitirá mantenerse sin caer en el caos o en la anarquía.
¿Y en El Salvador? El Ing. Manuel Enrique Hinds y muchos otros analistas, han escrito reiteradamente sobre la necesidad de disminuir el cada vez más gigantesco y creciente gasto público. Pero como aquí no tiene vigencia el conocido refrán castellano: "Cuando la barba de tu vecino veas cortar, pon la tuya a remojar", seguimos en la danza de los millones. En el MINED, surgen nuevos planes y programas realizados por expertos bien pagados, pero como no hay recursos, se está buscando financiamiento.
La Secretaría Técnica crea dos nuevas comisiones de trabajo: la Mesa Coordinadora del Plan de Transparencia y Anticorrupción, y la de Concertación con Organizaciones Sindicales del Sector Público del Órgano Ejecutivo. La primera, dará a luz a una Oficina para el Fortalecimiento del Control y Auditoría Interna. Más sueldos para nuevos funcionarios y asesores que durante meses estudiarán, analizarán y recomendarán, sin resultados evidentes. Más un recién nombrado nuevo funcionario que controlará la gestión de los ministros del selecto gabinete elegidos por meritocracia.
No ha dado buen ejemplo el Presidente, con la adquisición de lujosos vehículos, la remodelación de casa presidencial y de la quinta del Lago de Coatepeque. Pero le ganaron los diputados, regalándose 84 laptops, con full extras, a un precio mucho mayor al de mercado, si se considera la cantidad adquirida. Y las justificaciones ridículas de "ya tengo dos, pero como me la dieron no la voy a rechazar: una será para las decisiones de las plenarias, otra para las comisiones y la tercera para asuntos personales". Parejo todos los partidos, hasta los del cambio por la gente.
También la directiva se recetó ve-hículos de $60,000, y ante la justa indignación ciudadana responden que con cuatro años, la flota vehicular ya no sirve, y es más caro repararla. Cuántos salvadoreños pasan más de 10 años sin cambiar vehículo, porque sigue en buenas condiciones. Y para visitar pueblos remotos, con malas calles, hubieran comprado pick-ups y ahorrado mucha plata de nuestros impuestos.
Ostentoso despilfarro que contrasta con escuelas destruidas, hospitales sin medicinas, daños de las tormentas sin aliviarse, puentes y carreteras destrozados, porque los funcionarios parecen ignorar que fueron elegidos para velar por el bien común, y no para aprovecharse de su cargo. "Después de mí, el diluvio", exclamó Luis XV, rey de Francia, en los años anteriores a la Revolución Francesa, sin importarle el baño de sangre que caería sobre su pueblo. Pero lo grave es que en nuestro país ya lo vivimos.
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