Contra Punto-Editorial-La criminalidad y la impunidad no paran

Editorial.16 de Junio. Tomado de Contra Punto.

Al crimen organizado de altos quilares ni a la corrupción inaudita de la derecha autoritaria se le combatió ni siquiera con “mano súperblanda”

SAN SALVADOR

– Por un momento se creyó que con el arribo de un gobierno de izquierda en El Salvador, algunas cosas iban a tener un sustancial cambio. No sólo porque la democracia lo exige, sino también por cuestiones prácticas.

Durante 20 años los gobiernos areneros creyeron que la violencia y la delincuencia social se resolvían con más violencia y represión. Al pandillerismo, que surgió como un fenómeno social de pobreza y exclusión de la niñez y juventud, le dieron manosduras, manos súperduras y grupos de exterminio. El tiempo demostró que lejos de aplacar el problema, se agigantó y las “maras” mutaron al “crimen organizado”.

Al crimen organizado de altos quilares ni a la corrupción inaudita de la derecha autoritaria se le combatió ni siquiera con “mano súperblanda”.

Mucha de esa corrupción y mucho de ese crimen organizado viene de la impunidad de las épocas de las dictaduras y de la guerra civil. Siempre ha habido intocables que hacen y deshaces a sus antojos.

La esperanza había sido y es todavía que, tal como pregonaba el Mauricio Funes Candidato, se desmontaría o se comenzaría a desmontar la estructura de privilegios que se ha impuesto encima de toda la sociedad y que no permite ni desarrollo social ni avance económico.

Desmontar estas estructuras de privilegios también tiene que ver con terminar con la impunidad del pasado y del presente. En este sentido, el gobierno tiene una posición aguada, por ejemplo, cuando sale a relucir el fantasma de la Amnistía General de 1993. El “si pero no” es la respuesta; el si para quedar bien con los organismos internacionales y el no para quedar bien con los impunes locales.

En ello falta coherencia y ojalá el Jefe de Estado tome al toro por los cuernos para que al final de cinco años El Salvador deje de ser el país más peligrosos, criminal e impune de América, como lo es hoy en día.

La criminalidad y la impunidad no paran