Escrito por Eduardo Torres. 8 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
El intento en la víspera de la Navidad de hacer estallar un avión en pleno vuelo -–con más de 250 almas a bordo--, en el lapso final de un vuelo trasatlántico hacia la ciudad de Detroit, es un claro indicio de que continuará y seguramente aumentará la lucha global contra el terrorismo, durante esta segunda década del milenio. El deterioro de la situación en Afganistán, que comparte tanta extensión fronteriza con Pakistán --donde se guarecen los principales cabecillas de la red terrorista Al Qaeda--, llevó a la coalición internacional que lucha en ese país, encabezada por los Estados Unidos, a desplegar decenas de miles de tropas de refuerzo, para evitar que se les vaya de las manos la situación y poder aspirar a derrotar las fuerzas del terror.
La buena noticia a inicios de esta nueva década es que iniciará la recuperación de la economía mundial; así lo dice la mayoría de indicadores de la economía estadounidense, motor de la economía mundial; qué tan rápido llegue la recuperación a cada región del mundo dependerá, en mucho, del clima interno que se tenga en cada área. El Istmo centroamericano, ruta del narcotráfico hacia los Estados Unidos, requiere de un esfuerzo supremo en el ámbito de la seguridad. Seguridad física para las personas; seguridad jurídica -–donde se respete el derecho a la propiedad privada--, brindándose la requerida confianza para quienes inviertan.
En el ámbito político nuestra región, digamos en una versión más amplia, América Latina, ha empezado a dar síntomas de mayor sensatez tras los últimos resultados electorales y los que se ven en el horizonte inmediato, al estar siendo favorecidos candidatos con vocación democrática en menoscabo de quienes valiéndose de la democracia llegan al poder para seguir la hoja de ruta chavista y atentar contra ella. Porque la lucha en el mundo del subdesarrollo --aunque válidas para ubicación en el espectro político-- ha dejado de ser entre izquierdas y derechas: es entre democracia y regímenes con vocación totalitaria. Veinte años después de la caída del Muro de Berlín y aún demostrándose la insostenibilidad de ese sistema, se busca implantar el socialismo recargado.
Lo que sí se ha recargado, como decía en su columna de ayer Álvaro Vargas, son las opciones de centro izquierda y centro derecha, opciones democráticas per se. "En teoría", dice Vargas, "algunos de los gobernantes en ciernes se proponen hacer de América Latina un espacio con más dinamismo empresarial y económicamente más diversificado: la región sigue dependiendo demasiado de los recursos naturales, sus niveles de inversión son demasiado bajos en comparación con otros recién llegados a la carrera del desarrollo y sus estándares educativos continúan siendo paupérrimos". Pero pocos, muy pocos, seguirán con la onda liberalizadora y privatizadora de la Década de los Noventa. En El Salvador, sin duda, el tema de la seguridad pública es el desafío número uno que tendremos en esta nueva década; luego está, por la coyuntura actual, la preservación y fortalecimiento de nuestra institucionalidad democrática y como producto de ello pero no menos importante, ayudar a la gente a salir de la pobreza vía la generación de empleos y a través de subsidios focalizados y teledirigidos como por rayos láser, programas como el de Red Solidaria. Mucho es lo que hemos venido avanzando desde el fin de la guerra y, de no caer en descabelladas aventuras que inexorablemente llevan a la confrontación y a la pobreza, ésta podría ser una buena década. ¡Ojalá sea así!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.