Editorial. 19 de Enero. Tomado de Diario Co Latino.
Sin lugar a dudas, el cumplir 18 años, la mayoría de edad según nuestras leyes civiles, es simbólicamente importante. En términos de edad, es el paso de juventud a la madurez. En términos políticos, en el caso salvadoreño, al cumplirse los 18 años de la firma de la paz, supondrían un salto cualitativo de mayores compromisos.
Esas expectativas, según la realidad salvadoreña, las cumplió el primer gobierno de izquierda de El Salvador, el Presidente Mauricio Funes, al celebrar el 18 aniversario de la firma de la paz, el 16 enero de 1992.
El Presidente Funes, como primer gobierno de izquierda, hizo lo que debieron haber hecho, cualquiera de los gobiernos de derecha, o de ARENA, en cuanto a pedir perdón por haber “quebrantado el orden constitucional” en El Salvador, durante la guerra civil que duró doce años.
“…En relación con el contexto del conflicto armado interno que concluyó en 1992, reconozco que agentes entonces pertenecientes a organismos del Estado, entre ellos las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad pública, así como otras organizaciones paraestatales, cometieron graves violaciones a los derechos humanos y abusos de poder, realizaron un uso ilegítimo de la violencia, quebrantaron el orden constitucional y violentaron normas básicas de la convivencia pacífica”, dijo el Presidente Funes.
“Entre los crímenes cometidos se cuentan masacres, ejecuciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas, abusos sexuales, privaciones arbitrarias de libertad y diferentes actos de represión. Todo estos abusos fueron ejecutados, en su mayoría, contra civiles indefensos ajenos al conflicto”, agregó el mandatario.
Luego, de forma sincera y contundente expresó: “Por todo lo anterior, en nombre del Estado salvadoreño, pido perdón”. Inmediatamente, los asistentes se pusieron de pie, y más de una lágrima rodaron por las mejillas, de hombres y mujeres, presentes en el acto conmemorativo.
Y es que el perdón del Presidente Funes, en nombre del Estado Salvadoreño, contribuirá al verdadero proceso de reconciliación nacional.
Durante 18 años, los distintos gobiernos del país, realizaron la celebración de los Acuerdo de Paz, prácticamente en privado, entre amigos, entre cómplices, no para sanar la paz, sino, para olvidar tristes episodios de la reciente historia de El Salvador, y dejar las heridas abiertas.
El Perdón del Presidente Funes, en nombre del gobierno, así como su compromiso de dignificar a las víctimas, entre otros, debe marcar el establecimiento de una nueva nación fundamentada en el respeto al derecho ciudadano y a la constitución.
El Salvador deber refundarse, y eso debe pasar por la reconciliación nacional que comienza con reconocer los errores y pedir perdón, pero, sobre todo, con el compromiso de que los mismos no volverán a repetirse.
Sin lugar a dudas, el pueblo salvadoreño no se equivocó al elegir como Presidente al señor Mauricio Funes, ni mucho menos al darle la confianza al FMLN, un partido que recurrió a las armas para buscar los cambios sociales, pero, cuando esa vía se agotó, firmó la paz y le apostó a los procesos electorales.
El Salvador, sin lugar a dudas, con el Perdón pedido por el Presidente Funes, ha marcado un grandioso día en la historia patria.
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