Marvin Galeas.07 de Abril.Tomado de El Diario de Hoy.
Orson Welles, uno de los más completos comunicadores de todos los tiempos, dijo una vez que en la radio la pantalla es más grande. Tenía razón. A lo largo de los más de 30 años que llevo trabajando en comunicaciones he hecho casi de todo: locutor de radio, comentarista de televisión, corresponsal extranjero, director de revistas. He escrito reportajes, entrevistas de periódicos, libros y publicidad. Sin embargo, lo que más me ha gustado y apasionado, después de escribir, es trabajar en radio.
Fueron diez años en la Venceremos en guerra. Transmitir desde la montaña dentro de una cueva como cabina y unos cuatro cachivaches como equipo es cosa que pertenece más al terreno del realismo mágico que a la tecnología. En esas condiciones, para salir al aire, era más importante el ingenio, la creatividad y la voluntad que los aparatos de última generación y que el talento humano. Aunque talento había. La voz de Santiago quedará grabada para siempre como la voz de la guerra.
Los reportajes de Hernán Vera desde la línea de fuego son sencillamente únicos e irrepetibles. Hay que reconocer también las voces femeninas de Lety y Mariposa; el trabajo técnico-milagroso de Apolonio, Mauricio, Abel y el súper carismático David, más conocido como el Cheje. Tampoco hubiese sido posible ese referente de la guerra que fue la Venceremos sin el mujeral del equipo de monitoreo de noticias; los que transportaron los tambos de gasolina, cerro arriba, desde la carretera conocida como la Ruta Militar, las inquebrantables mujeres de la cocina y muchas personas más en diferentes e importantes tareas.
Tras los Acuerdos de Paz la Venceremos se convirtió por unos años, otros diez para ser exactos, en una "emisora comercial". Esa transformación, que para no pocos fue un sacrilegio, también tuvo sus grandes momentos. Su noticiario ganó premios importantes, incluso a nivel internacional. Compitió seriamente con los grandes y tradicionales espacios de noticias del país. Fue pionera, acá, de las revistas matutinas radiofónicas.
Por el espacio de entrevistas desfilaron grandes personalidades. En la cabina de la RV Stereo estuvieron Facundo Cabral y Mercedes Sosa, Francisco Flores y Enrique Altamirano, Dagoberto Gutiérrez y Héctor Silva, Milova Jorick y Mauricio Cienfuegos y muchas más. En su última etapa y de la mano de Osiris Reyes, el entrañable Osi, uno de los mejores DJ's de la década pasada, la radio impulsó el audaz proyecto de convertirse en la primera estación completamente bilingüe en el país.
Con ese cambio logró ascender a los primeros puestos de preferencia. Sin embargo lo más sorprendente era su portafolio de anunciantes. Eran patrocinadores de la que fue la radio guerrillera empresas transnacionales telefónicas, grandes corporaciones bancarias, tiendas por departamento, gasolineras, mueblerías, sorbeterías. Increíble. Fue un ciclo completo: fue un día de marzo cuando llegué a Morazán, un día de marzo salí del frente y otro día del mismo mes se acabó para mí la aventura. Hace 10 años.
Heredé de mi largo paso por la radio un millón de amigos. Todavía me escriben algunos. Y es que ese medio en donde sólo la voz humana, la música y los sonidos son los grandes protagonistas, tiene magia. Es grata compañía. Dispara la imaginación. La radio y yo hemos sido amigos desde siempre. A mediados de los setenta disfruté a aquella gran generación de DJ´s en donde figuraban Sergio Gallardo, Snoopy Sánchez, el Chiri Rivas, John Richardson, Lito Cruz, Rolando Orellana…, herederos de grandes maestros: el desaparecido Tito Carías, Willie Maldonado y el gran Leonardo Heredia.
Pocos años después me hicieron menos duros los rigores de la guerra Neto González, El Cronchis García, Mauricio Urrutia, Quique Iraheta, Charly Renderos y uno de los mejores: Daniel Rucks. Los partidos de fútbol y los avatares de mi querido Aguila me los contaban Raúl Beltrán, Escopeta y Neto y Neto Aparicio entre otros. La mejor voz comercial de todos los tiempos, a mi juicio, el ya fallecido Alfredo Aguilar Umaña.
Por estos días hay muchos programas buenos. Pero quien rompe todos los paradigmas, aquel que igual habla dentro y fuera de la cabina, que se burla de si mismo por no saber inglés, que no presume de conocimientos profundos de artistas y canciones, uno de los más empáticos e ingeniosos de todos los tiempos, tanto para niños, adolescentes y adultos (lo cual es sorprendente) es sin lugar a dudas Max González, el entrañable Gordo. En la mañana, sin duda, el rey del dial.
Completamente de acuerdo con Ud...honor a quien honor merece¡¡¡¡
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