El riesgo es que, en adelante, haya en la Asamblea machos sin dueño identificable, sin brújula, sin antecedentes, sin lealtades conocidas pero con dinero para financiar su campaña
Editorial.09 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.
Ortega y Gasset cuenta que en plena Guerra Civil Española una bien intencionada estadounidense ofreció donar un par de ambulancias a las autoridades de Madrid. El regalo estuvo a punto de ser aceptado hasta que se supo que las ambulancias eran para recoger perros y gatos abandonados en la ciudad, donde el problema eran los heridos.
Hay oportunidad para todo, y lo que en un momento es un acto generoso (y ahora se recogen allá los animales abandonados) en otro es una especie de domingo siete, lo que no hace falta. Y eso sucede, nos dicen muchos, con las candidaturas independientes que legitima un fallo de la Sala de lo Constitucional: pueden ser válidas, pero no muy oportunas en los tiempos de la droga. Si hasta hoy no se logra aclarar la procedencia de los financiamientos a los partidos, pues inclusive mucho viene de fuera (en gran parte dinero sustraído por Chávez a los venezolanos) menos se van a transparentar los fondos que reciben los candidatos independientes.
Por si no se ha dado cuenta, estimado lector, estamos en una democracia en tiempo de la droga, lo que es ya una terrible realidad de la política mexicana.
En teoría, todos los ciudadanos tienen derecho a optar a diputaciones, pero debido al el enorme costo de las campañas hay ciudadanos más iguales que otros, que cargan los dados a su favor con dinero no necesariamente limpio. El que muchos diputados se pongan en venta a los pocos meses de haber sido electos "por el pueblo" es la prueba de que hay algo podrido en Dinamarca. Y la podredumbre no se va a corregir vía candidaturas independientes.
Aquí se debe contrastar la buena teoría con la triste realidad. Similares padecimientos hay en la región, comenzando por Nicaragua, un Estado cleptómano sostenido por la alianza entre dos grandes corruptos; la mayoría de los pobres votantes nicaragüenses no consigue ordenar su casa y restablecer la institucionalidad y vota una y otra vez por promesas que no se cumplen ni pueden jamás cumplirse mientras no se quiten de encima a los sandinistas.
¿Quién pagará la fiesta del candidato?
La gran innovación que traería el fallo sobre las candidaturas independientes es que en las papeletas figurará la fotografía de cada candidato. La esperanza es que viendo fotografías retocadas, los votantes podrán adivinar las nobles cualidades, la notoria instrucción, la limpia hoja de vida de los que se ofrecen tutelar a la comunidad. A lo mejor no vuelve a suceder como ahora, en que agazapados en las listas, reconocidos homicidas y delincuentes terminan victoriosos. Además, como lo demuestra la historia de Felipe IV, El Hermoso, rey de Francia hace setecientos años, se puede ser muy guapo y también muy malvado.
Hasta la semana pasada el sistema de gobierno era democrático y representativo, lo que permitía una medida de responsabilidad: los partidos avalaban las cualificaciones y la conducta de sus candidatos y correligionarios, al mismo tiempo que se adherían a movimientos internacionales comprometidos, en la mayoría de casos, con la cordura y la defensa del Orden de Derecho y la libertad.
El riesgo es que, en adelante, haya en la Asamblea machos sin dueño identificable, sin brújula, sin antecedentes, sin lealtades conocidas pero con dinero para financiar su campaña. La gran interrogante es de dónde saldrá todo ese dinero y quién paga la fiesta.
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