Pedro Roque.29 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.
Para curarme una fuerte gripe me recetaron antibióticos en inyecciones, jarabes para la tos, pastillas para el dolor del cuerpo, sueros con vitamina C, gotas para la garganta, nebulizaciones y pastillas para el dolor de cabeza. ¿Se imagina?
Como me enfermo poco, caí en la cuenta que enfermarse aquí, además del sufrimiento y con ingresos menos de la mitad, curarse cuesta por lo menos el doble que en Estados Unidos o España.
Y además, se entra en una lotería que por cada $100 las medicinas le pueden costar entre $80 y $120, si considera las diferencias de precios, los falsos descuentos y la forma de pago.
Mientras en otros países los precios son los mismos si paga con tarjeta o efectivo y esto hace que de verdad haya competencia y uno no tenga que andar dinero en efectivo; aquí esa regla, aunque las empresas usuarias del sistema aceptan el compromiso de que los precios serán los mismos, no lo respetan y de ahí en parte la lotería con los falsos descuentos.
He tenido descuentos de hasta 45% sólo por tener una tarjeta de un determinado banco y comprar medicamentos en determinadas farmacias.
Lo otro es que los médicos siguen recetando medicamentos con nombres comerciales de laboratorios, que pueden costar el doble de los genéricos y en dos ocasiones han insistido en que no compre genéricos porque son de dudosa calidad. Y la verdad es que por efecto sicológico o químico con algunos, me he sentido mejor con los que me recetaron.
En España desde hace años los médicos recomiendan productos químicos y en las farmacias, donde hay farmacéuticos, le ofrecen al cliente alternativas de diferentes laboratorios y uno decide cuál comprar. Pero también nadie duda de la calidad de los medicamentos y no existen "chaveliados".
Pues molesto por lo que me sucedió, comentaba este jueves con mis contertulios sobre esta lotería con los medicamentos, cuando la vendedora le dice: "Cuesta tanto pero con el descuento le queda en tanto", y cuando saca la tarjeta, la vendedora dice: "Pero el descuento es al contado, con esa tarjeta sólo le puedo hacer 5% descuento". Y luego agrega: "Pero si tiene la tarjeta de tal banco el descuento es un 10% más". En mi caso particular le respondí: "Yo tengo tarjeta de este banco, revise si hay los descuentos especiales que anuncian para estas farmacias". La vendedora revisa en la computadora y me dice: "Tiene razón, hay un descuento especial, pero para este medicamento no aplica". ¿Cómo?, le respondo: "El descuento es por la tarjeta no por los medicamentos". Ella contesta: "Lo siento, para este medicamento no aplica". Molesto le respondí: "Pues no compro porque esto es publicidad engañosa". "Es cosa suya", me contestó. Y compré en otra farmacia sin el anunciado descuento especial.
Bueno… ¿Y la Defensoría del Consumidor sabe que así funcionan las farmacias y que así torean a los consumidores enfermos? ¿Es justo que la gente sencilla que no tiene tarjetas pague más caros los medicamentos ya de por sí caros? ¿Esto es libre competencia? ¿Tiene esto arreglo para que las farmacias ganen y paguemos lo justo?
Fíjese: en las gasolineras las diferencias son centavos, en las farmacias pueden ser $10 o más, en un medicamento que vale $50.
Y lo peor: La gente se alegra por estos descuentos... ¡Así estamos!
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