Si los invitan, los empresarios salvadoreños deben acompañar al Presidente Funes en su visita a Cuba. Al hacerlo se convierten en testigos del desastre del régimen
30 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.
Las gremiales deben designar a un número de sus miembros para que acompañe al Presidente Funes en su viaje a Cuba. Es natural que se estructure una agenda para el Presidente y sus acompañantes más cercanos, otra común para todos y una, de darse el caso, para hombres de negocios salvadoreños que quieran explorar la posibilidad de intercambios comerciales. Es importante asimismo que la comitiva incluya a periodistas que reporten sobre la realidad de la Isla, que, de acuerdo con la izquierda del país, es tergiversada por las agencias noticiosas internacionales.
Como se dice que Cuba sobresale en las áreas de educación y salud, la comitiva debería incluir a representantes de los fabricantes de medicinas salvadoreños, a directivos de las clínicas privadas y a miembros de las universidades privadas del país.
Sería importante que el viceministro de Salud, que ha mostrado interés y gran conocimiento sobre la industria farmacéutica nacional, pueda integrar grupos de industriales salvadoreños y sus homólogos cubanos, para aprender de los significativos avances en investigación y fabricación de medicamentos en Cuba.
Antes del viaje el viceministro debe visitar un par de fábricas nacionales de medicamentos, para mejor apreciar el tan alto nivel de la industria cubana.
Si de salud se trata, las comitivas deben visitar los centros médicos cubanos, inspeccionar sus bodegas y salones de preparación, las instalaciones para lavar ropa, sábanas y toallas de los pacientes, las cocinas donde se preparan los alimentos, los frigoríficos de los hospitales.
Las ciudades cubanas, nos aseguran, son celosas guardianas de su pasado histórico, al punto de que en sus centros tradicionales no se ven edificaciones nuevas; todo data de la era pre-revolución, desde ventanas, puertas, aceras, sistemas de alumbrado y alcantarillas, hasta los repellos de las paredes y la pintura del edificio.
Cuba ha tenido el gran acierto de preservar no sólo edificios, sino también automóviles, todos modelos clásicos. Hay salvadoreños que compran autos en La Habana que ya no existen en otro lugar de la tierra.
Más pobres que Nicaragua, más que Haití
No vamos a seguir con el sarcasmo, que respecto a Cuba siempre resulta fácil pero también doloroso, pues su punto de partida es la tragedia, hasta hoy interminable, de un pueblo envilecido, hundido en la pobreza, amordazado y encarcelado.
Si los invitan, los empresarios salvadoreños deben acompañar al Presidente Funes en su visita a Cuba. Al hacerlo se convierten en testigos del desastre del régimen, por más que sus anfitriones les muestren las "Aldeas Potemkin", los recorridos maquillados para disimular la cruda realidad.
Hay beneficios adicionales. El primero, que fortalece la convicción democrática de las gremiales y su compromiso con la libertad. Lo segundo, que les muestra la triste suerte que correría el sector productivo, la institucionalidad, el bienestar de la población y el empleo de la gente, de instaurarse en esta tierra un sistema opresivo como el cubano.
Es de rigor un paseo por el centro de La Habana, por los barrios de la periferia, por los malecones con sus ramilletes de jineteras, por los sitios donde el régimen entrega sus raciones y sus vestimentas a la población. Cuba es más pobre que Nicaragua y, por las señales que hay, también que Haití post-terremoto. Su principal producto de exportación es el indoctrinamiento, el espionaje, esquemas represivos, manuales para sembrar cizaña.
elsalvador.com :.: Que las gremiales acompañen la visita a Cuba
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.