Rubén Aguilar Valenzuela31 de Agosto. Tomado de Contra Punto.
MEXICO-El compromiso de 40 de las personas más ricas de Estados Unidos de donar la mitad de su riqueza para financiar obras sociales en todo el mundo, obliga a analizar la manera en cómo los empresarios entienden hoy la filantropía.
Llama la atención el monto de los fondos comprometidos que resulta un hecho sin precedente. Nunca antes había ocurrido un evento de esa magnitud y los promotores del movimiento dicen que apenas es el inicio.
El antecedente inmediato es la relación de Bill y Melinda Gates con Warren Buffett. El último decidió que 99% de su fortuna, calculada en unos 40,000 millones de dólares, pasará a la fundación de los primeros.
Éstos, a su vez, en 1994 decidieron crear una fundación con la mayor parte de su riqueza que se estima hoy en 53,000 millones de dólares. Los Gates y Buffet se dieron a la tarea de contactar a otros grandes empresarios en Estados Unidos.
De ahí surge la campaña The Giving Pledge (El Compormiso de Dar) que se ha propuesto contactar de manera personal a las personas más ricas de Estados Unidos, en una segunda etapa del mundo, para invitarlos a donar la mitad de su fortuna.
El movimiento parte de dos ideas básicas: la primera es que deben devolver a la sociedad la mayor parte de la riqueza generada por sus negocios y, por lo mismo, que sus herederos no deben ser los principales beneficiarios de su riqueza.
La segunda es que las personas con reconocimiento social deben predicar con el ejemplo y, por lo mismo, hacer público sus donativos, algunos ya lo hacían de manera callada para desatar un movimiento que invite a los otros a hacer lo mismo.
Estas primeras ideas hacen relación a la captación de fondos, pero a ellas se añaden otras, las más relevantes, que hacen relación a la acción y son las que han cambiado la idea de la filantropía.
Ya no se trata de una “obra de caridad” en el sentido tradicional de que al donado se otorga un recurso para resolver un problema inmediato o se da un donativo en forma desinteresada, pero sin ver la eficacia del mismo.
En el nuevo concepto los recursos deben ser canalizado al financiamiento de programas sociales de manera profesional, para que de forma evidente y constatable contribuyan a la solución de los problemas.
El diseño e implementación de los programas y proyectos deben estar a cargo de profesionales altamente calificados. Los empresarios comprometidos en El Compromiso de Dar han sido vanguardia en la innovación tecnológica o en el desarrollo de productos y servicios.
Ahora su capacidad la ponen a la búsqueda de la solución de los grandes problemas sociales del mundo. Esta decisión habla de una nueva actitud de los empresarios, pero sobre todo del nuevo papel de la sociedad civil organizada en el mundo. Será el actor fundamental en el siglo XXI.
La nueva filantropía empresarial - Noticias de El Salvador - ContraPunto
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