LPG-Elecciones libres, según dicen

“Antes eran los generales, ahora son los izquierdistas”. Esta fue la leyenda que estampó la revista brasileña Veja al pie de la foto de la primera plana de El Nacional de Caracas del 18 de agosto, censurada por Hugo Chávez. De un saque el comandante acabó con el tema de la violencia en un país donde el número de homicidios anuales triplica el número de asesinados en México y cuadruplica el de civiles muertos en similares circunstancias en Iraq. Si las comparaciones se realizan respecto a Caracas y otras capitales como Bogotá y San Pablo, las diferencias asombran aún más, porque la media de asesinatos por año cada 100 mil habitantes en Caracas es 10 veces mayor que en la de Colombia y casi 15 veces más que en SP. Y menos del 10% de esos asesinatos ha sido resuelto.

Escrito por Danilo Arbilla. 28 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica.

Chávez atribuye la violencia y la inseguridad a la pobreza heredada “del neoliberalismo y el imperialismo”, pero durante su largo período de gobierno se duplicó la violencia, crecieron los ingresos por petróleo y la pobreza no decreció. Eso la gente lo ve y el próximo 26 de septiembre hay elecciones legislativas y eso preocupa al presidente. De ahí la censura de prensa. No se informa sobre violencia y terminó la inseguridad ciudadana.

Y como decía Veja: igual que los generales Stroessner, Somoza, Trujillo que también hacían elecciones. Y las ganaban siempre.

El problema es que con una censura de prensa tan flagrante, se les hace difícil a sus mayores avales, Lula, Miguel Ángel Moratinos, entusiasta portavoz del gobierno de España, y José Miguel Insulza, de la OEA, decir que es el presidente más democrático de América Latina, porque ha ganado más elecciones “libres”. No es que no lo vayan a apoyar, porque como dice Celso Amorim, el canciller de Lula, negocios son negocios y no es cuestión de estar manejando siempre este asunto de los derechos humanos. Y en eso los brasileños son coherentes: no revisan lo que pasó adentro cuando la dictadura militar, porque se van a meter con lo que pasa afuera, sobre todo si no les conviene para sus negocios.

Se ve que Chávez entendió y dio marcha atrás y en eso de recular, también es experto. Analizó las posibilidades sustitutivas usadas: listas de funcionarios, amenazas, proscripciones, prebendas, uso de bienes y recursos del Estado, declarar la guerra a EUA o a algún vecino, descubrir un complot contra su vida, etc. Quizás la OEA, y sin duda la UNASUR, con Néstor Kirchner a la cabeza, quien para ello está dispuesto incluso a hacer una breve pausa en su esfuerzo por adueñarse de la televisión, la prensa, la producción del papel, el fútbol, el índice de precios y la temperatura en su país.

Y ya Chávez se lanzó y tal cual lo previsto “movilizó a funcionarios públicos, utilizó recursos del Estado y contó con una cobertura ilimitada de los medios de comunicación oficiales para la caravana que marcó el inicio de su campaña”, según denunció la oposición a las autoridades electorales, hecho que pudo ser comprobado por cualquier observador no comprometido.

Pero esas son minucias. Seguramente de aquí al 26 habrá peores y no va a pasar nada y amigos y “observadores” avalarán.

Antes, en las democracias liberales, a ese tipo de cosas se le llamaba “fraude”, y “abusos de poder”, ahora en la era progresista, se les llama “elecciones libres”.

Elecciones libres, según dicen