EDH-A doña Vanda Pignato

 Teresa Guevara de López.29 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy. 

Durante el Congreso de Mujeres de Partidos Políticos, cuando el maestro de ceremonias se dirigió a usted como Dra. Vanda Pignato de Funes, usted manifestó su desacuerdo por el uso de la preposición "de" en el nombre de las mujeres casadas. Y en su disertación instó a las diputadas a promulgar una ley que lo prohíba. ¿Sabe Ud. que en El Salvador el Código de Familia nos da a las mujeres casadas la opción de seguir usando el apellido de solteras, o el de sus maridos precedido o no de la preposición, según y como nos dé la gana?

Como escribo a título personal, puedo decir que durante los 42 años que llevo felizmente casada con el mismo marido, he usado la preposición de, con la misma ilusión con que firmé la primera vez luego de mi matrimonio. Que como creo en la indisolubilidad del matrimonio, de uno con una y para siempre, jamás me he sentido dominada ni en posición de inferioridad, porque el "serán los dos una sola carne" que dice la Escritura, no supone jamás una sola inteligencia ni una sola voluntad. Me siento orgullosa de haber sido esposa, ama de casa, madre de 8 hijos, profesora de bachillerato durante 10 años y luego 12 como Directora de Estudiantes y catedrática de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN).

He visto que algunas de mis hijas, todas profesionales, al casarse han optado por el apellido de sus esposos, mientras otras mantienen sus apellidos de solteras en su gestión profesional y el de casadas para sus actividades sociales. Y como están ejerciendo un legítimo derecho, preocupa escuchar una vez más la palabra prohibición, que parece estar muy de moda, no sólo en temas banales como el de las cachiporristas, sino en otros que atentan contra la libertad de decisión.

No son las cachiporristas una tradición nuestra, sino de los juegos estudiantiles de EE.UU., que vinieron por primera vez al país en los Años 50, importadas por el Ministerio de Trabajo para el 1 de mayo. Las bellas y piernudas rubias tuvieron que ser retiradas del desfile, para no ser presa de la desbocada multitud. En este momento las alumnas cumplen una función de diversión, disciplina y alegría, aunque es lamentable el enorme gasto en que incurren sus familias para aperarlas del traje, botas y demás accesorios. Pero lo hacen con entera libertad.

A la cabeza de la Secretaría de Inclusión Social, usted tiene una inmensa labor que desarrollar por los niños y mujeres de este país, reforzando la institución familiar, cuya desintegración y decadencia son la causa directa de los males que nos afligen. Aunque al cambiar el nombre de Secretaría de la Familia, parece haber más preocupación por homosexuales y lesbianas, que aquí jamás han sido discriminados.

La experiencia ha demostrado que no se apoya a la mujer y al niño, con políticas que propicien el sexo libre en adolescentes, el aborto, la desintegración familiar. Únicamente fortaleciendo la familia, educando la voluntad de los jóvenes para que practiquen la continencia, sepan esperar mediante el autodominio y tengan sus estudios como prioridad, es como formaremos hombres y mujeres de verdad. Usted tiene en la mano, la oportunidad de hacerlo, independientemente de la manera como quiera firmarse. Por el bien de este país, al que tanto queremos, le deseo mucho éxito. Con toda consideración.

P. D. Aprovecho la oportunidad que me brinda esta columna, para agradecer, de todo corazón, en nombre mío, de mi esposo y de mis hijos, las atenciones, cariño, oraciones y flores de tantos buenos amigos, con motivo de mi reciente enfermedad. ¡Que Dios se los pague!

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