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2010/08/31

Contra Punto-La Ideología de la Dolarización - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Por Carlos J. Glower.31 de Agosto. Tomado de Contra Punto.

Los diestros nos impusieron un futuro de leche y miel, que escapa a las mundanas e inconvenientes limitaciones de la discusión democrático

SAN SALVADOR - La gran falacia de la dolarización es que se introdujo con razonamientos que pretendían ser técnicos. De ser así, su preparación no se hubiera tratado con sigilo y muchos otros países más ya hubieran repetido el experimento. (De hecho, no existe estudio técnico riguroso que sirviera de base para la dolarización.) Pero, después de una década, nadie repetiría un fallido experimento político-económico, que nunca se fundó en razones técnicas y que se sostuvo con razones políticas únicamente, apoyándose en juicios ideológicos. De hecho la dolarización es la Joya de la Corona de la ideología del Neoliberalismo. Su fracaso en El Salvador, Estados Unidos y en muchos otros países, es ahora patente aún para el menos indiferente.
El Salvador ha estado en camino de la dolarización forzada por una década. Los diestros de la dolarización se nos presentaron como paladines de la innovación y como un dispositivo nuclear que propulsaba la modernización y la prosperidad.  Estos mismos diestros que desde la Colonia han legitimado las condiciones de las grandes mayorías salvadoreñas como hechos inmutables, desfilaron como motores de la sociedad abierta a la democracia y a todas las posibilidades favorables a los aspectos sociales y económicos.
Estos usaron el dogma del mercado eficiente y todopoderoso para predecir un futuro prospero, que con la dolarización, que apresa al gobierno ineficiente y a la consecuente desatinada política económica, solo beneficios le otorgaría al país, inclusive de la dolarización que es piedra angular de su visión.
Ellos tienen la solución. No es necesario discutirlo más. Dentro de sus sabidurías nos querían hacer sorber la historieta que sus propuestas, como la dolarización, nos llevarían a un futuro menos complejo con mayor espacio de elección.  Ellos olvidaron que el mundo no puede ser simplificado con fe, mucho menos cuando esta es propiedad de sectores minúsculos, privilegiados y radicalizados. El simplismo con que nos quieren hacer aceptar su visión de futuro dolarizado, es el único rasgo de su propuesta disparatada.
En El Salvador en el año 2001 los diestros se dieron el lujo de creer que disponían de leyes económicas indiscutibles que presumiblemente les concedía el derecho de exclusión a conveniencia de las características de todo proceso democrático, los cuales se hacen para ellos innecesarios. Así, la discusión pública, como la dolarización, se convierte en un lastre para el progreso, en cualquier forma que este sea concebido. Es obvio, aún ahora, que los diestros se han creído con la potestad, el derecho y el destino de poder zigzaguear los procedimientos democráticos cuando estos impiden el avance de su extraviada visión de progreso. En esta consigna radica su peligro para la sociedad.
Su trasfondo iluso y conveniente se basa en una sociedad tranquila y satisfecha como la que presuntamente existía antes de que las discusiones públicas del bien común fueran elevadas al plano democrático y en el cual ellos creían que el mercado era libre, y verdaderamente eficiente.  Aún cuando estos dogmáticos esgrimen la retórica de los inconvenientes asfixiantes del Estado, utilizaron y utilizan al mismo para implantar su alucinación ideológica.
Con la dolarización creen, igualmente, habernos convencidos que nuestro país no es capaz de auto gobernarse. Nos determinan a un enemigo amorfo que está al acecho para destruir nuestra felicidad y riqueza.  Las inventadas alucinaciones resultan solo ser sujetas a sus pociones mágicas con ilimitados beneficios inmediatos que como buenos magos de circo pueblerino, las dispensan gratis en un principio.
Los diestros nos han impuesto por ley terrenal, su visión de un futuro de leche y miel. Este futuro escapa las mundanas e inconvenientes limitaciones de la discusión democrática. Igualmente importante, en su imaginación y deseos, la dolarización representa la única esperanza de sacudir el pasado y comenzar una verdadera etapa opulenta en la historia del país.
El optimismo es por fin descubierto y proporcionado a las masas de salvadoreños para su beneficio y bendición.  Los profetas de la dolarización se muestran caritativos y hasta bondadosos y nos conceden su visión en el sueño edénico de la dolarización, cimiento y pasaje inmediato a la prosperidad y al cielo, rescatando el pasado añorado y tranquilo cuando la democracia era innecesaria.
Los iluminados de la dolarización no cuchichean palabras, se consideran guardianes de la tradición modernizante de las elites nacionales que en forma desinteresada creen habernos legado un país con instituciones fuertes y leyes claras que se cumplen y donde la impunidad es inexistente. Estos defensores de la dolarización son el muro de contención frente a los interminables acosos de los inflacionistas y devaluadores de la moral, la moneda y la riqueza.  Nos otorgan la dolarización como un acto patente de su desinterés en lo que ellos consideran un momento clave en la evolución de los acontecimientos sociales y económicos del país. Ellos sostienen que para la democracia salvadoreña, uno de los aportes fundamentales para su consolidación proviene justamente de su oferta e implantación de la dolarización.
Difícil no es concluir que estos Diestros son adivinos, genios de botella, duendes enrevesados, astutos mercaderes y tontos naturales. Veamos.
El Salvador es un país que se ha dolarizado por decreto, sin necesitarlo, sigilosamente y sin consultarlo a su ciudadanía, y sin plan ni mapa se quemaron las naves del retorno. La prudencia del estadista se echó por la borda.  ¿Por qué todo este secreto? ¿Por qué este ocultamiento a la ciudadanía? Por qué las pociones mágicas se aplican en secreto, al igual que la dolarización.
Los supuestos líderes dolarizantes del Pulgarcito de América rompieron su complejo de inferioridad y después de venir caminando varios años y décadas a zancadas sin rumbo ni destino, se autocalificaron como vanguardia progresista e iluminada, olvidando que más de la mitad de la población salvadoreña ni colones tenía. Eso no importaba, los Iluminados sostenían que los desposeídos pronto tendrían dólares al igual que sus profetas. Los magos de la dolarización nos trataron de embelesar con la historieta de que la dolarización solo tenía beneficios y que estos eran inmediatos.  ¡Qué farsa! Es lo mismo que dicen los vendedores de sopa de culebra.
Uno de los costos potenciales más altos de la dolarización se está pagando con la crisis profunda que vivimos.  Los brujos nos dejaron solo su maldición y nos robaron la capacidad para hacerle frente racional y humanamente a los efectos adversos del desastre.  Nos dijeron con la dolarización que no éramos capaces de auto gobernarnos por medio de la política económica.  Ahora, ni ellos mismos pueden gobernar.  Nuestra economía está a la deriva y nuestra sociedad casi totalmente a la intemperie sin techo, acechada por epidemias, desnutrición infantil y por la industria del crimen, que es la única que crece y ofrece empleo. Nuestra economía nacional está desnuda con instrumentos de política económica inoperantes y rezamos para que las remesas de los hermanos expulsados por el modelo económico de la dolarización implantado durante 10 años, aumenten su nivel.
Como bien nos dicen algunos de estos magos: no hay almuerzo gratis. Cierto es, pero, el almuerzo que nos permiten comprar es el más caro del mundo y con un menú muy reducido.  Perdimos, además, la capacidad de elegir: solo bananas y cacao comemos. Utilizaron a nuestro país para asentar su ideología y su experimento que ningún otro país se atrevió a imitar. Qué lástima que la crisis actual derrumbó su experimento y su sueño. Pero, el costo lo estamos pagando todos los salvadoreños que ni vela en el entierro tuvimos.  El experimento lo tendrán que ir a repetir a otro país donde la democracia también no funcione y donde el eco del coro de las sirenas seduzca a los mercados a ser tranquilos, estables y pujantes.
Los magos no solo nos convencieron de quemar las naves.  Nos convencieron también de endrogarnos y de perder la cordura y la racionalidad.  Así, nuestro país ha tenido que ir a mendigar por el mundo. Ojalá estos regresen pronto de su viaje y espejismo ya que los efectos de de la crisis se agudizarán aún más a raíz de la dolarización que nos han legado y que nos ha dejado sin capacidad de tener política económica para enfrentar los grandes problemas que se nos vienen.
En un futuro cercano la tal dolarización tiene que ser revertida pues los precios y los mercados cambian al día. No será sencillo pero más complicado y caro ha sido su puesta en práctica y los costos reales y potenciales que ello representa para nuestro país en el presente y futuro. La Ley de Integración Monetaria fue aprobada con mayoría simple en la Asamblea Legislativa.  Los amparos puestos ante la politizada Corte Suprema sobre dicha Ley no fueron fructíferos y esta falló con un desenlace que ni chicha ni limonada fue.  Los salvadoreños tendremos que llevar la lucha a los recintos electorales y a todos los demás lugares de nuestro pequeño país.
No podemos permitir que el futuro del país como tal sea aprisionado por la ideología arcaica de un puñado de magos de circo pueblerino. La dolarización es solo su último disparate de ideólogos, convertidos en dignos miembros de una sociedad exclusiva, pero que se comportan como cualquier alucinante loco callejero.  Piensan ser del Primer Mundo pero solo pusieron en evidencia que son Tercermundistas vendedores de sopa de culebra.
La dolarización ha sido una medida estrictamente política e ideológica.  No tiene nada de técnica. Así, esta tendrá que ser combatida en el mismo plano: El Político.  Repito, si sus supuestos beneficios fueran realidad ya otros países latinoamericanos más exitosos la hubieron puesto en práctica.
La ilusión y fantasía de la ideología que nos dio la dolarización descartaba tajantemente el mundo real que actualmente vivimos. El ambiente económico donde se desenvuelve ahora la dolarización no debería de existir según sus padrinos. Su gran supuesto, la base ideológica de la dolarización es que las crisis no `pueden existir ya que el mercado nunca se equivoca.  Pero, precisamente, una deflación y depresión es lo que ha afectado en el 2009-2010 a la economía salvadoreña.  Los efectos de la crisis económica mundial se manifiestan en El Salvador con una resonancia creciente y una magnitud progresiva y perversa.
La nación salvadoreña se debe preparar para recuperar su arrebatada capacidad de utilizar los instrumentos de política económica y así forjar su propio futuro, inclusive de enfrentar adecuadamente futuras crisis y desastres naturales (y sin la vergüenza de mendigar internacionalmente y sin tener que expulsar más salvadoreños a tierras extrañas).  El futuro del país no se puede comprometer con una ideología taimada y disfrazada como ciencia que solo beneficia a unos pocos.
Con la crisis, es ahora obvio que la dolarización ha sido una treta comparable a la del Lazarillo de Tormes y superior a la del Buscón. Con la dolarización nos hicimos más quijotes que el mismo Don Quijote.  La hora de regresar a la realidad ha llegado.
(*) Carlos J. Glower fungió como economista principal para asuntos monetarios, Banco Asiático de Desarrollo (Manila) y Jefe de Misión  para  estadísticas monetarias y Asesor del banco central de China (Beijing) y de los bancos centrales de Indonesia, Vietnam, entre otros.

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