Paul Fortis.30 de Agosto. Tomado de Simpatizantes del FMLN.
Estamos tan hundidos que parece que a nadie le importa el dolor ajeno. Los
niños se hacen hombres, las niñas, mujeres, hombres y mujeres sin
opciones, sin oportunidades, sin nada donde escoger y lo peor, sin esperanza alguna.Parece que de nada ha servido a nuestro pueblo tanto sacrificio, tanta sangre a lo largo de nuestra historia, tanto luto familiar, mientras la utopía se
escapa de nuestros hemisferios cerebrales y la fraternidad y confraternidad son términos huecos que no encuentran eco en nuestra subjetividad.Los políticos viven la tragedia de la incapacidad de no resolver nada. Si les
quedara un poco de honestidad y auto estima y se preguntaran si la vida del
pueblo es el reflejo de su trabajo, la patria se convertiría en cementerio de
políticos suicidas.Los que logran sobrevivir la violencia, el hambre, pobreza, desempleo, sub
empleo, guerras fraticidas y todos los males de esta Sociedad Anómica viven una anti vida de grotescos esperpentos como ingrato retrato de los males sociales de esta nación donde el estado es el máximo asesino.Ah, qué país! Niños que apenas pueden hablar y ya hablan de matar. Niños que matan adultos y adultos matando niños.
Un país donde pocos poseen todo y la gran mayoría no poseemos nada y los que todo lo poseen es porque todo lo han robado a la nación.
Un país donde los académicos no leen, y los que leen apenas pueden deletrear la vaga interpretación de las torpezas que leen, siendo estas, más que todo , lo aparecido en la prensa oscurantista cotidiana.
Un país, donde un puñado de plumíferos nacionales y extranjeros, se convierten en endiosados periodistas y toman poses de sabios en los diferentes medios de descomunicación nacional.
Un país donde el dolor reinante pareciera reírse de la alegría inexistente, y
donde la ausencia de esperanzas aparece en los rostros permanentes de un pueblo acongojado y condenado al sacrificio.Un país, donde el arte está ausente y el presente es la expresión grotesca de la insatisfacción artística de la observación objetiva y profunda de la sociedad en la cual vive.
Ah mi país! El país más violento de América, el más femenicida, infanticida,
fratricida. Ya no somos sólo “los Reyes de la Página Roja de Roque” sino los
reyes del asesinato permanente.Un país, donde el pueblo ya no entierra a sus hijos/as, y cualquiera ve con
indiferencia al pasar el cadáver de otro salvadoreño asesinado exclamando con gesto de desidia: Otro más.Un país donde los pocos expulsan a los muchos y los muchos son asesinados en el trágico viaje del “tren de la muerte“ a lo largo de la nación de la nación
Malinche, en la cual las autoridades son partes de la bandas criminales
organizadas y autorizadas para asesinar migrantes.Un maldito país que obliga a lo mejor de sus hijos e hijas a abandonar la patria a sabiendas que la nación imperialista de filibusteros y piratas desde hace ratos declaró: “nuestros enemigos han dejado de ser los comunistas, son los inmigrantes latinoamericanos“
Un país de mierda, donde se condena al pueblo a comer mierda, a beber agua
sacada de los ríos llenos de mierda y a convivir con la mayor parte de la
clase política mas mierda de la tierra.El país de condenados mucho antes de haber nacido. Donde los que nacen si por suerte se escapan de morir en la primera infancia, morirán en la segunda. Un país, sin juventud… un país de seniles esperpénticos.
Aun así estoy condenado a amarlo, porque el odio cuando es tan grande se
convierte en amor.
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